Análisis Darksiders II

Una de las novedades de Darksiders II es la posibilidad de conocer más a fondo todo el entramado sobre el que se moverá la historia así como el origen de algunas leyendas o la fama de ciertos personajes, esto es posible gracias a la opción de diálogo que nos aparecerá en pantalla cada vez que hablemos con NPJ que encontremos en puntos clave del mapa y que servirán como línea de salida para explorar el mapa. Con un sistema de “rueda” que recuerda mucho al visto en Mass Effect, podremos preguntarles sobre nuestra siguiente búsqueda, la zona en la que nos encontramos o bien sobre su pasado; algo que sin duda añade más profundidad al título. Uno de los principales problemas que acarrea este apartado es la excesiva carga de información que plantea al jugador, dando por hecho que ya conocemos el mundo en el qué estamos así como gran parte de sus personajes y aun a pesar de las preguntas para indagar sobre ellos, nos surgen nuevas dudas que no hacen nada más que quedarse en el aire.

Completar la trama principal de Darksiders II nos puede llevar unas 25 horas, y con eso yendo rápido y sin apenas realizar misiones secundarias por lo que nos encontramos ante un título que fácilmente puede abarcar las casi 35 horas. En lo que respecta a la forma en la que el juego nos lleva por los diferentes mundos y la narrativa hemos encontrado varios claro-oscuros. Si bien durante  las 10 o 15 primeras horas la inmensidad de sus territorios nos sorprende y en algunos de los casos nos abruma, aun más lo serán las mazmorras que nos encontremos desperdigadas y que albergan grandes secretos. Pasada la mitad del juego y que se corresponde con los dos primeros mundos, el juego se abalanza de forma rápida y directa hacia su final, como si tuviera prisa por concluir. Las mazmorras son casi refritos de las anteriores y su linealidad por momentos es preocupante; por si fuera poco la trama y cuyo climax debería estar remarcado por el dramatismo, carece totalmente de emoción y sorpresa, donde el jugador a nada que haya seguido la historia siente que el final es vacio y no casa con la magnitud de la aventura que hemos dejado horas atrás.

El juego queda fragmentado en cuatro mundos de los que por supuesto no vamos a hablar para no arruinar la sorpresa. Los dos primeros son bastante amplios y dan para explorar las muchas zonas que nos ofrecen, encontrar secretos o visitar más adelante una vez Muerte tenga algo más de nivel. Cada una de estas zonas tendrá sus personajes característicos así como sus correspondientes intereses a la hora de pedirnos que acabemos con la Corrupción. Por desgracia los NPJ son totalmente planos y carecen de total interés y trasfondo como para meternos el gusanillo de querer seguir indagando en la trama.

Es precisamente Muerte el que peor parado sale en este tema debido a su total inexpresividad y ausencia de carisma. Como segundo jinete del apocalipsis que somos deberíamos de inspirar terror y no dedicarnos a ser el recadero de los habitantes del mundo de turno en el que nos encontremos. Su fuerza e impacto visual a simple vista queda en entredicho debido a las escuetas y en según qué casos ridículas respuestas por no hablar de la actitud en muchas ocasiones chulesca, pero que a más de uno gustará. No hablamos de un personaje frío y calculador, sino de uno totalmente carente de personalidad y al qué muchos jugadores nos hubiera gustado interpretar como lo que somos: el más mortífero de los cuatro jinetes del apocalipsis y no alguien que se deja manejar por NPJ planos y es capaz de convertirse en una máquina de matar, algo que ya sabíamos.