Análisis Drakensang: The River of Time

Una vez dadas las ordenes, volveremos a pulsar el botón de reanudar partida, todo se desarrollará según lo previsto aunque pueden surgir imprevistos como que uno de los enemigos se enzarce en combate directo con el mago o el curandero. En tal caso deberemos volver a pausar el combate y asignar nuevas órdenes como desplazarse a un punto concreto de la habitación, etcétera.

Esto que sobre el papel parece bastante tedioso una vez en el juego se vuelve cuanto menos adictivo y estratégico a partes iguales. No tengáis miedo a pausar el combate al principio por temor a que se os hagan eternos los momentos de lucha, es más, luego posiblemente será lo que más hagáis dado que estos van ganando en dificultad y un grupo de bandidos puede ser un plato sencillo pero una manada de lobos os puede rodear y destrozaros en cuestión de segundos.

Como es de esperar el nivel de dificultad influirá directamente en el reto que supongan cada uno de los enfrentamientos. Fácil os podemos asegurar que será un auténtico paseo e imposible será el momento que a nada que os sepáis adaptar al sistema algún jefe final os plantee cierto problema. En el nivel normal la cosa cambia, todo está más equilibrado y aquí si los jefes finales os plantarán cara. Ni que decir tiene que el más difícil de todos os supondrá un auténtico suplicio acabar con grupos grandes y donde conocer conceptos como todas y cada una de las habilidades de nuestros compañeros y asignarles de forma manual un comportamiento en el combate se plantea obligatorio no, lo siguiente.

El tema de las habilidades también es algo importante en Drakensang. A diferencia de otros títulos del género, aquí los integrantes de nuestro sabrán hacer un poco de todo. De esta forma encontramos con que un guerrero tiene ciertas dotes de ladrón ante la posibilidad de con mayor o menor acierto abrir una cerradura o un bardo la opción de curarse. Con esto se evita el que necesitemos por narices a determinadas clases solo con un único fin para después caer en desuso.

El inventario y en general los menús del juego se adaptan perfectamente a nuestras necesidades. Rápidos, intuitivos y sin que den pie a que nos perdamos. Todo queda perfectamente reflejado: la hoja del personaje con sus correspondientes estadísticas, el menú donde tendremos a nuestra disposición el equipo y lo que tenemos actualmente sobre el protagonista e incluso a la hora de crear al héroe no nos sentiremos abrumados por una ingente cantidad de submenús que nos compliquen su creación, aun a pesar de la enorme variedad de decisiones a tomar en este proceso.