Análisis Tropico Global Power

Tropico 3 + Absolute Power

En ‘Tropico 3’ la ciudad empieza a crecer. Lo primero que llama la atención nada más iniciar una partida es el salto gráfico brutal. Por primera vez podemos mover la cámara a nuestro antojo, situarla entre las calles de la isla y recrearnos en los detalles de los edificios, palmeras o tropicanos. Como la ciudad es más grande, podemos construir carreteras y estaciones de coches para que los transportistas puedan llevar los paquetes para exportar más rápido y los trabajadores lleguen antes de su casa al puesto de trabajo.

Así soy yo de molón, un dictador Elvis

Otra de las grandes novedades es nuestra figura. Podemos salir de nuestro edificio presidencial y dar una vuelta por las calles. Sí, por fin podemos clickar e indicar el lugar al que queremos ir, algo que resulta muy útil. Como somos el jefazo, cuando pasemos por un edificio en construcción los trabajadores se motivarán y lo harán más rápido, y si vamos a una granja aumentará la producción y los resultados serán mejores. Además, podemos dar discursos desde nuestro balcón de cara a las elecciones, y hacer promesas electorales para contentar a los grupos ideológicos que no están tan contentos con nuestra gestión.

Estos grupos ideológicos están ahora muy bien ordenados en nuestro diario (en ‘Tropico 1’ estaba todo más difuso), con un porcentaje de felicidad que nos sirve para saber con qué grupo nos llevamos mejor. Si los religiosos están descontentos, quizás sea hora de construir una iglesia o un periódico. Cuando en el anuario pinchamos en cada grupo, se despliegan algunas peticiones que tienen para su presidente. En nuestra mano está el tenerlas en cuenta o no, pero conviene al menos prestar atención al grupo que tenga más gente en la isla, para así garantizarnos sus votos en las próximas elecciones.

Y esta es mi isla, con un gimnasio Pokémon (polideportivo) al fondo

En 'Tropico 3' se incluye como novedad un sistema de logros. Otra novedad es la posibilidad de elegir un líder político con nombre y apellido (Fidel Castro o Che Guevara entre una larga lista) para las partidas libres o crearnos nuestro propio presidente. Durante el juego nos dan muchos consejos muy útiles para aprender a manejar la isla, algo muy de agradecer porque de nuevo el tutorial se hace corto. Además de estar todo más claro y ordenado, ahora abrimos el menú de construcción con el click derecho. Las campañas de 'Absolute Power' son muy divertidas y nos llevarán bastante tiempo acabarlas, y además tendremos la posibilidad de utilizar nuevos decretos. Como nota negativa (nunca mejor dicho), las canciones caribeñas. Algunas son realmente cansinas, ya lo veréis…