Análisis Ni no Kuni: La Ira de la Bruja Blanca

(Ps3)

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Plataforma analizada: PS3
01/03/2013 00:05

En último lugar quedan finalmente los numerosos encargos y cacerías a los que podremos dedicarnos para conseguir dinero y objetos, además de un cierto número de sellos por completar dichas tareas. Cada vez que acumulemos diez de estas estampas podremos completar una cartilla, que más tarde podremos canjear por numerosas mejoras pasivas como ligeros aumentos de experiencia, mayor probabilidad de obtener objetos y de reclutar únimos tras las batallas, o simplemente un plus de velocidad al movernos por el mundo.

Estas misiones secundarias no tienen excesivo misterio, siendo las cacerías simples encargos consistentes en ir al punto X, derrotar a un enemigo más poderoso de lo habitual y volver para reclamar el botín. Los encargos, por contra, giran en su mayoría entorno a cierta habilidad de Oliver para reparar los corazones de la gente, tomando un pedacito de alguna virtud de alguien a quien le sobre y portándola a la persona necesitada. En términos mundanos, todos los encargos de este tipo se limitan a hablar con la persona necesitada, dejar que Drippy se encargue de decir si lo que necesita es valor, autoestima, entusiasmo o lo que sea, y localizar a una persona cercana que ande sobrada de dicha virtud. No hay espacio para nada que no sea actuar de forma mecánica, puesto que todos los objetivos principales y secundarios aparecen en el minimapa.

Ni no Kuni: La Ira de la Bruja Blanca

Por fortuna, exisxten también otros tipos de misiones que implican localizar algún únimo, seleccionar algún hechizo de nuestra lista en un diálogo, preparar objetos concretos mediante alquimia o incluso unas cuantas misiones algo más elaboradas tras terminar la historia principal del juego. Pero aun así las relacionadas con reparar corazones son con diferencia las más abundantes, dando sensación de hacer un poco de relleno para compensar tal vez la ya comentada falta de otro tipo de mecánicas.

Sea como sea, la cantidad de contenido presente en 'Ni no Kuni' es indudablemente elevada, dando como resultado una duración que fácilmente alcanzará las 40 horas para terminar una historia principal que, aunque tópica y sin demasiados giros, mantiene el tipo hasta un final con algo más de chicha. Y a todo ello, por si fuera poco, habrá que sumarle varias decenas de horas más para completar la lista de únimos, cacerías, encargos y recetas de alquimia. ¡Será por cosas por hacer!

Es una lástima, sencillamente, que la apuesta por la sencillez se haya terminado imponiendo por encima de otros criterios en todos sus aspectos, pudiendo decepcionar a aquellos más curtidos del género que ansíen una experiencia más completa.

Todo un regalo para los sentidos

Si por algo se ha hecho conocido 'Ni no Kuni: La Ira de la Bruja Blanca' por la mayoría de jugones es por su ya famoso apartado visual nacido de una colaboración insólita con el aclamado Studio Ghibli, cuyo espíritu puede respirarse a lo largo y ancho de un mundo y unos personajes por cuyas venas corre la pura esencia de la magia.

Ni no Kuni

Buena muestra de ello son las excepcionales secuencias de animación que sirven como antesala al inicio del propio juego y que nos acompañarán durante la mayor parte de su desarrollo, así como un apartado visual deslumbrante que hace gala de un impresionante cel shading que nos hará sentir contínuamente en el interior de una película interactiva. A todo ello hay que sumarle un diseño de escenarios y sobretodo de personajes que sólo puede definirse como magistral, haciendo imposible no desear que este tipo de trabajos conjuntos tuvieran lugar mucho más a menudo.

Tan fabulosos diseños se encuentran bañados por una paleta de colores brillante y llena de fuerza, además de vistosos efectos de luces que no dejan nada que envidiar a producciones mucho más punteras y costosas en términos de realismo visual. Y todo ello, además, sin contrapartidas gráficas de ningún tipo, fluyendo de forma suave ante los ojos de un jugador que no puede hacer más que quedar encandilado.

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Lo mejor

Sencillamente deslumbrante a nivel visual

El diseño de entornos y personajes destila magia en estado puro

Banda sonora magistral y totalmente orquestada

Sistema de combate sencillo pero original

Montones de hechizos y únimos por coleccionar

Drippy se alza como uno de los mejores secundarios de los últimos años

Lo peor

Serios problemas con la IA aliada

Mazmorras lineales y sin puzles o desafíos que completar

Misiones secundarias excesivamente repetitivas

Demasiado sencillo en general y poco estratégico en el combate

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