La necesidad de ver nuevas IP

Reportaje

Página 2

26/05/2012 20:00

Acción

No More Heroes 2: Desperate Struggle

Carisma por doquier.

Ahí está Travis Touchdown, el irreverente protagonista de No More Heroes y que junto a los asesinos a los que ha de enfrentarse conforman un mundo que ha calado hondo entre prensa y público confirmando el “bizarro” talento de Suda 51. Su desarrollo desenfadado, picante y violento sirvió para una secuela que destaca por la importancia dada al mundo de juegos retro. El próximo Lollipop Chainsaw sigue su estela y Shadows of the Damned , de tiros largos, bebe de Resident Evil 4 (aquel que sentó las bases del género) gracias a la participación de Shinji Mikami.

Similar es la oferta de Platinum Games en el mercado con Mad World, un violento título de acción en blanco y negro donde el único punto de color es la sangre roja de los enemigos a los que descuartizamos o trituramos acercándolos a trenes en movimiento. Jack participa en un programa de televisión donde la música y sus comentaristas dan mayor personalidad a un producto ya de por sí particular. Volveremos a jugar con él también en Anarchy Reigns, al igual que con la provocativa bruja Bayonetta consiguiendo reavivar la llama de los beat’em up con erotismo y gran variedad de combos.

No podemos olvidar Vanquish y su intenso ritmo naciendo del todopoderoso Gears of War, terreno donde las coberturas son su eje principal para conseguir acabar con los Locust. Bueno, eso y un modo multijugador que dará que hablar todavía durante mucho tiempo además de un nivel técnico es apabullante. Uno de los mayores descubrimientos para XBox 360, donde también vimos Dead Rising o como hacer un juego con cantidades industriales de zombies rodeando a un pobre reportero que lo único que pretende es tomar unas cuantas fotografías.

Pero como de los amantes de lo retro no podemos olvidarnos, ahí está Muramasa: The Demon Blade para demostrar que las 2D todavía tiene mucho que decir y más si sus padres son nada más y nada menos que Vanillaware, creadores de Odin Spehere. Un juego de acción lateral con una absorbente estética japonesa donde queda lugar para su cultura y fantasía.

FPS

Mirror's Edge

Un salto de "Faith"

El género más prolífero actualmente y que tantas quejas obtiene pocas nuevas aportaciones destacables ofrece. Más allá de las secuelas de turno salvar a unas pequeñas niñas nunca había resultado tan emocionante como en Bioshock. Su visión de un mundo sumergido es única llegando a un nivel de diseño y belleza irrepetible para un “shooter” que tampoco pretende serlo. Con Infinite, su tercera entrega, se pretende cambiar el concepto que se tiene de la serie. Los Big Daddy son todo un descubrimiento.

Una arriesgada apuesta con un diseño artístico tremendamente vistoso, a pesar de ser todo blanco, que atrajo a miles de jugadores: eso es Mirror’s Edge. Plataformas en primera persona con toques de acción y un modo contrarreloj que exprime y demuestra lo inspirado del diseño de niveles. Faith llegó para quedarse, o eso insinúan los rumores sobre una segunda parte.

No puede decir lo mismo Rage, pero si la saga F.E.AR. (con tres entregas) y el apocalíptico Left 4 Dead con un multijugador que merece la pena ser probado. Eso sin olvidarnos Red Steel, icluyendo los combates con espadas como principal reclamo sobretodo para una estupenda secuela utilizando Motion Plus que poco tiene que ver con aquella primera parte que nos hizo ver de lo que era capaz el novedoso control de Wii.

Pero como parece que las grandes aportaciones vienen más allá de los disparos, si combinamos una cámara en primera persona y una mentalidad de rompecabezas obtenemos una de las más gratas sorpresas que hemos podido disfrutar en lo que va de generación: Portal. ¿Nuestro objetivo? Crear un par de portales, uno de entrada y otro de salida, para cruzarlos y alcanzar el objetivo marcado. La secuela multiplica la experiencia.

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