Análisis For Honor

For Honor: La nueva apuesta de Ubisoft

Dentro de este sector pocas third party se encuentran al nivel de Ubisoft en cuanto a envergadura y generación de ingresos. Realmente no necesita una presentación ya que desde hace bastantes años nos brinda proyectos de sagas tan reconocidas como 'Assasin’s Creed', 'Rayman' o 'Far Cry'. Por lo general son bastante conservadores y se centran en explotar sus marcas más conocidas pero, de vez en cuando, se atreven a ofrecernos nuevas propuestas que se salen de sus cánones.

Con esta premisa nació ‘For Honor’ una nueva IP para PC, PlayStation 4 y Xbox One desarrollada por Ubisoft Montreal, la cual consiguió ser uno de los bombazos en la  conferencia pre-E3 de hace un par de años. Su principal idea tras este proyecto es la de ofrecer una experiencia multijugador en la que nuestros enfrentamientos se decidan por medio de la habilidad en el manejo de diferentes armas basadas en el combate cuerpo a cuerpo, entre tres diferentes facciones de guerreros emblemáticos.

Para ir convenciendo con su propuesta, ya se han ofrecido tres demostraciones gratuitas diferentes, la última de ellas es de hace apenas unos días y fue completamente abierta. Su experiencia y fórmula ya parecen estar lo suficientemente vistas para poder llegarnos a imaginar lo que ofrece su experiencia completa. Veremos si ahora en su versión final termina convenciendo.

El origen del cataclismo

Para sacar el máximo partido a estos duelos más centrados en la habilidad, el equipo de Ubisoft Montreal ha reunido a algunos de los guerreros más representativos de la Edad Media para hacerlos coincidir en una ambientación en la que se enfrenten. A pesar de tener el multijugador como su modalidad principal también se ha incluido un modo campaña para los más tradicionales, en el que se le intenta dar cierto sentido a todo esto.

Básicamente estos luchadores se vieron reunidos debido a un movimiento de placas tectónicas bastante repentino y brusco, que unificó sus territorios formando esta particular Pangea. Tras el desastre natural los supervivientes restantes se dedicaron a hacer lo posible para subsistir, surgiendo así un gran número de enfrentamientos entre diferentes bandos. Tras más de 1000 años de guerra, sus capacidades en el combate aumentan hasta niveles insospechados, olvidando por el camino cual era el verdadero motivo tras este conflicto, luchando simple y llanamente por instinto.

Este modo campaña se compone de tres ramificaciones, cada una de ellas orientadas a cada una de las facciones: Vikingos, Samuráis y Caballeros; y cada una consta de seis capítulos que se pueden completar con relativa facilidad y rapidez. Existen cuatro modos de dificultad distintos para ofrecer cierto desafío, pero por lo general se nos plantea como una introducción al juego en la que podemos probar varias de las clases disponibles para el multijugador, que no todas. Su trama no es demasiado compleja y simplemente presenta conflictos entre diferentes personajes, ofreciéndonos por lo general durante horas un número bastante abultado de combates para refinar nuestras habilidades. Cuenta con ciertos momentos puntuales bastante espectaculares pero no son demasiados y en muy pocas ocasiones nos salimos de la prefijada hoja de ruta.

Guerra de Facciones

Esta guerra entre diferentes bandos también se traslada a su modo multijugador, donde nada más comenzar podremos elegir a cuál de las tres facciones queremos representar, pudiendo reconsiderar nuestra decisión en cualquier momento. De esta forma se nos presenta un conflicto dividido por temporadas, en el que habrá turnos que rotarán cada cierto número de horas, en los que como miembros de una facción podremos desplegar recursos a lo largo de este particular mapa del mundo. De esta forma conquistaremos nuevos territorios para nuestro equipo en un conflicto mundial en el que se compite en conjunto entre todos los jugadores dependiendo de nuestras acciones.

Para conquistar estas zonas debemos competir en diferentes modos de juego que irán distribuyendo su disposición a lo largo del mapa como territorios. Sus diferentes modos de juego se nos encuadran dentro de tres variantes: Dominio, Combate a muerte y Duelo y Pelea. Dominio es un modo de juego en el que dos equipos de cuatro jugadores se enfrentan entre sí por el control de tres zonas. Dos de estas zonas simplemente son territorios a capturar, mientras que la restante será conquistada por medio de un número de tropas de menor envergadura controladas por la IA, a las cuales podremos ayudar o no.

En cuanto a Combate a muerte se nos divide en dos modalidades que de nuevo enfrentan a dos equipos de cuatro jugadores, Eliminación y Escaramuza. En Eliminación si caemos en combate no tendremos posibilidad de reaparecer aunque sí podremos ser revividos. El mejor de cinco rondas gana la partida. Por su parte, Escaramuza se nos platea como un duelo por equipos de toda la vida, que termina con una muerte súbita. Por otro lado Duelo y Pelea nos vienen a plantear unos combates más centrados en la habilidad individual, ya que nunca nos enfrentaremos a más de dos contrincantes, recordando un poco más a un juego de lucha de toda la vida.

Cada una de estas tres facciones cuenta con sus propios métodos de combate, por lo que para representar diferentes estilos de lucha contaremos con un gran número de clases. Cada bando cuenta con cuatro clases que se dividen según sus características: Vanguardia, Pesado, Asesino e Híbrido. Cada uno de ellos cuenta con diferentes roles en el campo de batalla y sus habilidades se diferencian lo suficiente entre sí para sentirse personajes únicos por sí mismos. De esta forma se nos ofrecen un gran número de formas de jugar distintas, que se pueden adaptar a un gran número de estilos con una profundidad bastante notable.

¿For Honor?

'For Honor' utiliza un sistema de combate que su estudio creativo ha bautizado como el “Arte del combate”, intentando recrear los juegos de habilidad que representaban estos enfrentamientos del medievo. El principal problema que nos encontramos es que muchas de las mecánicas que se nos presentan en los enfrentamientos se contradicen con la idea que supuestamente viene a representar el título.

El sistema de combate está dividido en tres guardias seleccionables por medio de diferentes posiciones del Joystick derecho. Podremos realizar ataques ligeros y fuertes, los cuales detendremos simplemente al orientar nuestra guardia hacia la dirección de ese ataque, indicándose por medio de una interfaz bien apañada. Nuestro repertorio no termina aquí ya que podremos realizar diferentes combinaciones, contando también con roturas de guardia que aturden a nuestro enemigo y tras la cual podremos encajarle un golpe sin contraposición o empujarle en la dirección que deseemos.

Su principal problema proviene de que, a pesar de haber realizado tantas pruebas a lo largo de su desarrollo, existen un gran número de mecánicas de las que se puede abusar con facilidad. Comencemos con la anteriormente mencionada rotura de guardia la cual solo requiere de apretar un botón para dejar completamente vendido a nuestro rival durante unos segundos. Esta se puede evitar si asestamos un golpe antes de que nos encajen el contraataque o si apretamos el mismo botón con un buen timing, pero en la práctica si las distancias son cortas se vuelve compleja de contrarrestar. Esto provoca que, en mapeados en los que existen zonas en las que se pueden realizar muertes por entorno, el intercambio de espadazos pierda sentido, ya que las roturas son más fáciles de ejecutar y cualquier personaje perecerá a vida completa en segundos con un mínimo esfuerzo por parte del rival.

Otras mecánicas de cuestionable balance son el modo venganza y las proezas. La primera supuestamente está enfocada a los combates en minoría, pero utilizando ciertas configuraciones es incluso posible activarla en enfrentamientos contra un solo jugador; ofreciéndonos un sobrescudo temporal, un aumento de daño, mayor defensa y la posibilidad de derribar a nuestros enemigos si nos golpean en el mismo momento de su activación. Las proezas actúan a modo de rachas de puntuación, pero su obtención también se puede potenciar con facilidad. Al morir no las perdemos y tras utilizarlas podremos recuperarlas pasado un tiempo, garantizando bajas múltiples con nuestros rivales a vida completa. Si combinamos ambos elementos incluso podemos realizar bajas a equipos enteros de enemigos con un único personaje, tirando cualquier tipo de estrategia al traste. La mayoría de jugadores evitan cualquier tipo de enfrentamiento igualitario, facilitando prácticas que no requieren ningún tipo de habilidad y que, por el momento, no están penalizadas.

Posiblemente varias de estas prácticas abusivas se pudiesen solucionar si el sistema de equipo no ofreciese estadísticas mejoradas en los modos de juego que requieren más jugadores. A niveles bajos, el equipo no instaura una gran diferencia, pero a niveles elevados la ventaja creada es más que notable, creando monstruos como los que os mencionábamos con anterioridad. Gracias a este sistema los fantasmas de los micropagos ondean la propuesta del juego, ya que para adquirir y mejorar nuestro equipo utilizamos la moneda del juego. Para que no haya tampoco demasiado desequilibrio, el equipo de nivel más alto solo se nos desbloquea si hemos conseguido la experiencia suficiente, pero si nos encontramos con un jugador con un nivel de equipo superior al nuestro, tendrá una importante ventaja respecto a nosotros.

Estos desniveles se vuelven más notables sobre todo en los modos de juego de 8 jugadores, donde es bastante difícil encontrar una partida en la que se pueda disfrutar mínimamente, ya que entre las muertes por entorno, las proezas, el modo ventaja y ciertas clases que necesitan de un equilibrado urgente… se convierte en una experiencia injusta y frustrante. El sistema de combate es interesante y original pero que, a no ser que se realicen cambios con el tiempo, se habrá quedado a las puertas de ser divertida para todos los jugadores.

Un apartado técnico envidiable

'For Honor' es un juego que entra por los ojos, ya que técnicamente luce a un nivel bastante alto, superando con facilidad los gráficos de muchos videojuegos de Ubisoft. Las animaciones están bastante pulidas y bien llevadas, contando cada personaje con un buen número de ellas bastante reconocibles. En medio de un combate podemos encontrarnos todo tipo de acciones en movimiento que en ningún momento merman su rendimiento: desde disparos de proyectiles de catapulta, destrucción reducida de algunas partes del escenario, diferentes efectos de luz, enfrentamiento de un gran número de tropas a nuestras espaldas...

Los escenarios también demuestran una gran calidad gráfica y de diseño. La mayoría de ellos cuentan con diferentes niveles de altura, planteándonos diferentes áreas de combate que se pueden adecuar más a nuestras situaciones predilectas de combate. Dependiendo del modo de juego, estos escenarios adquieren configuraciones diferentes y cada uno viene a representar alguno de los territorios de los diferentes bandos con bastante acierto, encontrándonos elementos representativos de cada uno a lo largo de ellos.

Esta buena caracterización también se traslada a la personalización de cada una de las clases, ofreciéndonos looks muy diferentes para cada uno de ellos sin perder sus elementos más característicos. Seña de identidad que también se traslada a su banda sonora contando cada facción con sus temas predilectos que vendrían a representar estas diferentes culturas.

A medio camino de la buena idea

Sobre el papel 'For Honor' propone una idea, que a pesar de no ser completamente original, es atractiva y que en caso de haber estado bien llevada, habría revolucionado el panorama de los juegos multijugador con una propuesta diferente y fresca. Por desgracia, actualmente varias de sus mecánicas necesitan ser retocadas con urgencia si, en algún momento, quiere convertirse en una propuesta equilibrada.

En este caso en concreto sorprende que ya se hayan realizado varias pruebas que supuestamente estaban hechas para corregir estos problemas. Tal vez tras la idea inicial se ha intentado ofrecer un sistema más accesible para todo tipo de jugadores. El problema al instaurarlo es que un sistema de combate que debería centrarse en la habilidad se convierte en un sistema injusto, dejando temas en el aire temas tan preocupantes en un juego de pago como la posibilidad de tener ventaja tras pasar por caja de forma adicional.

Pero instaurar el pánico tampoco es la intención, 'For Honor' cuenta con mecánicas e ideas muy buenas que si con el tiempo son configuradas de una forma correcta nos ofrecerán una propuesta multijugador de gran calidad. La ambientación a pesar de sonar bastante fuera de lugar, está muy bien llevada y técnicamente es muy atractivo y redondo, pero actualmente su estado deja bastante que desear tanto a nivel jugable como de servidores, ya que las caídas injustificadas son bastante normales en estos primeros días. Por el momento 'For Honor' tiene el beneficio de la duda, el tiempo terminará por coronarlo o condenarlo…

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