Análisis Final Fantasy XIII

(Ps3, 360)

Página 2

Plataforma analizada: PS3
12/04/2010 22:42

Jugabilidad

ff132_01.jpgUna vez comenzada "la película", el juego avanza de una forma excesivamente lineal. Como ya comenté, la partida no es más que un mero medio para contar una historia, así que no queda otro remedio más que avanzar para saber qué es lo que va a ocurrir. Y avanzar no será complicado, ya que sólo es necesario moverse por estrechos escenarios unidireccionales, a veces con alguna pequeña bifurcación, combatiendo y descubriendo nueva información sobre el mundo en el que se desarrolla el juego y sobre la historia que le rodea. Hay NPC's pero no son interactivos, no hay opción de exploración, no hay cosas qué descubrir... Ni siquiera hay lugares para adquirir nuevo equipamiento, ya que esto se gestiona todo desde los puntos de guardado. No hay que romperse la cabeza con puzles, caminos secundarios o trampas, y que nadie se preocupe por si hay decisiones que tomar, o por si éstas afectarán a la historia como en todo buen RPG, ya que las decisiones no existen, y la historia es la que es y no variará. Todo lo que pasa es lo que está destinado a pasar, por lo que todas las partidas serán iguales, ya sea la mía o la de un señor de Nueva York. chica [1]A pesar de esta linealidad, se trata de un RPG, aunque sea de corte oriental, así que el juego tiene que tener elementos de dicho género. Así, tenemos las batallas con su marcado componente de estrategia, las subidas de nivel y mejoras de los personajes, el equipamiento... Todo ello bastante complicado de entender así a bote pronto, por lo denso, amplio y novedoso, pero solucionado de una forma muy competente por los desarrolladores. El juego comienza bastante parco en posibilidades, pero estas se irán expandiendo y ampliando poco a poco según se avance, siempre con tutoriales explicativos. Con esto, el aprendizaje va siendo progresivo, así como la dificultad, hecho que se ve apoyado por lo lineal del título, ya que siempre lidiaremos con enemigos y situaciones acorde con nuestro nivel y habilidad. De hecho, esto es tan así, que no se desbloquean todas las opciones y posibilidades hasta prácticamente la mitad de las 40-45 horas de duración juego. Es decir, que al hecho de no tener poder de decisión hay que sumar que la mitad del juego está formado por un enorme tutorial. A pesar de todo, queda el consuelo de que al menos existe un oasis entre tanta obligación y linealidad. Desde Square Enix decidieron introducir un capítulo, el número once (sí, 30 horas después de haber empezado a jugar), en el que hay una libertad absoluta para hacer lo que se quiera dentro de un amplio mundo, el Gran Paals. Argumentalmente, quizás sea el capítulo que menos peso tiene en todo el juego, pero puedo asegurar que será el que más congratulará al jugador. La sensación de poder montar de nuevo en un Chocobo para recorrer largas praderas en busca de nuevas misiones secundarias (hasta 60), nuevos enemigos o nuevo equipamiento, no tiene precio. Lamentablemente, la libertad termina con el capítulo para volver a la linealidad de antes, y al final sólo servirá para dejarnos un amargo sabor de boca de lo que Final Fantasy XIII pudo haber sido y no fue.

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6.5

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