Análisis Fable III

(360)

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¡Larga vida al rey!

Plataforma analizada: Xbox 360
05/11/2010 11:18
Fable, quizás la saga de rol más ambiciosa, el proyecto que Lionhead Studios y su cabeza visible Peter Molyneux pretenden llevar un paso más allá, llega a su tercera parte dos años después de sorprender con la segunda. Tanto el debut como su secuela llenaron la boca de su creador de promesas grandilocuentes, algo que no ha sucedido en este Fable III. Tal vez prudencia, tal vez por elevar demasiado las expectativas, quizás esta vez no se ha llegado tan lejos como antaño se pretendía.

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Regresemos a Albión, hagamos uso de nuestra sangre real para liderar una revolución y salvar al reino de un mandato opresor. Una vez que la corona descanse en nuestras cabezas ya veremos si cumplimos todas las promesas, si no hacemos uso de las arcas reales para alquilar negocios y atender a la numerosa familia y nos dedicamos a la vida contemplativa. Todo un mundo se extiende a nuestro alrededor. Lo que hagamos con él es cosa nuestra.

Veamos si es un mundo que valga la pena visitar.

Historia

Hace ya medio siglo que Albión se enfrentó a una amenaza sin igual. Un loco con un poder diabólico amenazaba con convertir el reino en una versión de lo más retorcida y sólo un auténtico héroe lograría poner fin a sus malvados planes, restablecer la paz y salvarlos a todos. Ese héroe trató de reunificar los poblados aledaños para construir un reino más fuerte. La era de la industrialización clamaba a las puertas y el rey cedió la corona a uno de sus dos hijos: Logan. Un hombre inteligente y decidido, que gobernó con mano dura pero justa. Al menos al principio...

Con el tiempo las políticas de Logan se fueron endureciendo, las tropas de la guardia real aplican la mano dura, las prácticas laborales en Bowerstone son casi esclavistas y hasta los niños deben arrimar el hombro mientras la pobreza, el crímen y la prostitución imperan en cada esquina, en cada callejón. Pero la paciencia del pueblo tiene un límite y una palabra empieza a resonar con más fuerza, una palabra poderosa que no tardará en apuntarnos: Revolución.

La aventura empieza con una decisión y muy pronto vendrán otras. ¿Príncipe o princesa? ¿Sacrificar a cuatro aldeanos o a nuestra amiga de la infancia? Logan está descontrolado y hacerle frente sólo conseguirá que nos veamos obligados al exilio. Desde nuestro retiro iremos sumando adeptos, líderes de puntos lejanos de Albión que se unirán a nosotros si demostramos ser el héroe que requiere la ocasión. Nada puede salir mal, y es que el precio por la traición es demasiado alto...

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Una vez consumado el golpe pronto comprenderemos el peso de la corona. Todas las promesas para llegar al poder hay que cumplirlas, o no. Quizás sea fácil convertirse en mejor rey que nuestro malvado hermano, quizás no. Las decisiones que tomemos no serán sencillas y conseguir que el pueblo sea feliz no siempre será lo que más le conviene.

Lionhead nos propone una aventura separada en dos partes muy claras. Revelarse y reinar, sin dejar de ganar seguidores para desbloquear nuevas habilidades. Rescata ciudadanos en apuros, ayuda a un granjero a recuperar sus pollos, encuentra niños perdidos, rompe matrimonios, gana unas monedas como maestro del Laúd - con el minujuego Laud Hero, ou yeah! - y no pierdas el estilo combinando ropas, peinados y tatuajes. Fable III mantiene su estilo característico y su fino humor británico y eso es algo de agradecer.

Durante la aventura nos acompañarán distintos personajes con una forma de ser muy marcada. Desde el complaciente Jesper, la misteriosa Theresa, el noble Walter, el piscinero Ben Finn o la mística Kalin hasta completar una lista de 80 personajes entre principales y secundarios. No faltarán los chascarrillos, los penosos intentos de Ben para con Page y las lindezas que nos dedican ciertos gnomos descontrolados que romperán el silencio de nuestros pasos con un "a ver si te hago una visita a tu casa... ¡y de paso me tiro a tu madre!" o "pareces simpático...yo mato a gente simpática, ¿sabes?"

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Pero son dos problemas los que empañan un buen resultado. Las primeras misiones son tediosas, meras excusas para que probemos la gran variedad de opciones que ofrece el juego, algo por lo que el equipo de Molyneux ha luchado ya que gran parte de la riqueza de Fable II quedó en las sombras por desconocimiento de un gran porcentaje de jugadores. El juego tarda en arrancar aunque su ritmo mejora mucho a medida que nos acercamos a la corona. Una vez conseguida, una agenda con dos-tres puntos del día que mezclan decisiones con alguna que otra aventura recaudatoria. Una experiencia original pero efímera, y es que descubriremos con asombro y pesar que el juego puede terminarse en unas 8 horas, algo ridículo para tratarse de un género en el que acostumbramos a pasar cómodamente de las 20. Cierto que completar todas las misiones y lograr todos los cofres con los sellos del gremio ampliará esa cifra y que el juego invita a ser rejugado cambiando el género al personaje y tomando otras decisiones - por ejemplo ser un rey bondadoso en la primera y una bruja arpía en la segunda - pero a Fable III le faltan horas de juego en la historia principal y la parte desde que tomamos posesión de la corona podría haber dado mucho, muchísimo más de sí, tanto en tiempo como en estructura y posibilidades.

Nadie duda de la originalidad del planteamiento, la serie de encrucijadas que Lionhead nos prepara cuando ocupamos el trono y nada es tan fácil como parecía, una interesante reflexión sobre la dificultad de decidir en tiempos de necesidad, donde no siempre (o casi nunca) la decisión más beneficiosa para el pueblo es la más aplaudida sino todo lo contrario, un tema muy en liza con la actual crisis económica que el estudio británico no duda en explotar tentándonos a utilizar las riquezas y tesoros del reino para nuestro uso personal o apoquinando (y mucho) para un necesario rescate financiero. Por desgracia esta mina, como otras tantas, se queda sin explotar reduciéndose en pulsar 'A' o 'X' recostados en el trono. Una pena.

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8.2

Lo mejor

Las constantes gotas de humor que refrescan una aventura de lo más entretenida.

El diseño artístico de personajes y escenarios, con ese toque a cuento tan característico.

El refugio ofrece una simplicidad visual muy de agradecer, gran variedad de opciones a golpe de vista.

Convertirse en rey y enfrentarse a decisiones difíciles que afectarán a todos.

Un trabajo de doblaje al castellano de gran nivel.

Lo peor

Un comienzo tedioso y un final descafeinado lastran la impresión final y no aprovechan el enorme potencial.

El sistema de combate podría ser más complejo y difícil.

El aspecto gráfico apenas ha evolucionado en 2 años y presenta ralentizaciones preocupantes.

La duración de la historia principal, un suspiro en cuanto nos colocan la corona.

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