Análisis Etrian Odyssey IV: Legends of the Titan

En cuanto a las clases existentes, éstas representan roles clásicos sobradamente conocidos, aunque hacen gala de nombres propios para marcar algo de distancia. El Landsknecht encarna el espadachín equilibrado por excelencia, mientras que el Fortress ejerce de tanque encargado de recibir daño o el Runemaster se corresponde con el clásico mago negro. Más original es la presencia del Dancer, capaz de conceder abundantes bonificaciones de estado con sus sensuales bailes y al mismo tiempo atacar tanto a corta como larga distancia.

Dispondremos de abundantes habilidades que desbloquear

A pesar de que sólo podremos combatir con cinco miembros al mismo tiempo, son muchos más los aventureros que podremos crear hasta hallar el equipo que se ajuste a nuestro estilo. Más adelante, incluso, podremos elegir "jubilar" a un miembro del equipo de nivel alto para dar lugar a un nuevo personaje de menor nivel que cuente con bonificaciones y puntos de habilidad adicionales, que serán los que utilicemos para progresar por el árbol de técnicas propio de cada clase. Llegados a cierto punto, además, podremos asimismo asignar subclases adicionales, teniendo así acceso a dos árboles de habilidades complementarios. Muchas opciones, en definitiva, para los amantes de los RPGs personalizables.

El señor de las mazmorras

'Legends of the Titan' abre la puerta a un desarrollo algo más abierto introduciendo, entre comillas, un mundo por explorar. No es ni mucho menos un mundo enorme y a efectos prácticos no hay nada que hacer en él, salvo viajar con una nave voladora y hallar numerosas mazmorras de menor tamaño en lugar de una única mazmorra gigantesca. En cada región hallaremos varias cuevas menores llenas de monstruos y de tesoros que revender, mientras que por otra parte tendremos una mazmorra principal, llamada "laberinto", mucho más extensa y con varios pisos. Serán estos laberintos, cómo no, los que tendremos que completar para poder acceder a la siguiente región del mundo.

El desarrollo en las mazmorras sí se mantiene más o menos intacto, debiendo avanzar por ellas mediante un sistema de cuadrículas. La cartografía cobra una vez más gran importancia, y es que para no perdernos deberemos dibujar nuestro propio mapa gracias a la pantalla táctil. El juego se encargará de marcar las casillas por las que pasemos, pero todo lo demás, en esencia puertas y atajos, porque tampoco es que haya mucho más, correrá a cuenta de nuestras ganas de dibujar mediante un completo editor. Un añadido que sigue siendo tan curioso como el primer día y del que deberemos estar pendientes, aunque sea mínimamente, para evitar dar vueltas sin sentido.

En efecto, la silueta del dragón implica "muerte"

A medida que avancemos por las mazmorras, como es de esperar, toparemos con ingentes hordas de monstruos dispuestos a convertirnos en su particular merienda. Es en estos encuentros donde la franquicia 'Etrian Odyssey' se distancia nuevamente de los convencionalismos, convirtiendo cada combate en un desafío a muerte. 'Legends of the Titan' rebaja quizá ese nivel de exigencia y frustración a un nivel algo más tolerable, sobretodo a partir de la segunda mitad del juego, aunque todavía sigue siendo notoriamente elevado en relación a otros títulos. Huir será algo común en numerosas ocasiones, mientras que la muerte será también una compañera de viaje habitual.

Los menos dispuestos a sufrir podrán hacer uso de un 'Modo Casual' en el que morir no implica perder el progreso y algunos objetos básicos son de uso ilimitado, pero... ¿Quién querría que sus amigos supieran que ha optado por tales artimañas?

El ciclo sin fin...

Los enfrentamientos, que son el pan de cada día, se desarrollan mediante un sistema clásico por turnos, con nuestro grupo alineado en dos filas. A los golpes normales se suman por un lado los efectos especiales conocidos como Burst Skills y sobretodo las técnicas propias de cada clase, aunque su uso en la batalla implica un auténtico quebradero de cabeza debido a su elevado coste en PTs; un recurso casi imposible de recuperar en el interior de una mazmorra. Si a ello le añadimos lo habitual que es perder personajes en combate, tenemos como resultado la necesidad de recular y hacer visitas a Tharsis con mucha frecuencia, con el fin de recobrar fuerzas y mejorar equipo para otra internada. Algo que termina por hacerse pesado, dando lugar a un ritmo de juego exageradamente lento en todo momento.

He aquí un mono con bigote dispuesto a matarnos

El otro de los principales problemas de 'Etrian Odyssey IV' es la exagerada e incluso desproporcionada cantidad de tiempo que se debe invertir en subir de nivel para poder seguir avanzando. En el interior de las mazmorras toparemos con enemigos mucho más fuertes de lo habitual, conocidos como FOEs, que nos pondrán en más de un aprieto en su afán por devorarnos; pero aún llegados al punto de poder afrontarlos sin demasiados problemas, los enemigos finales serán arena de otro costal. Un par de golpes de esas agradables criaturejas puede acabar rápidamente con un grupo sobradamente entrenado, haciendo inútil toda posible estrategia.