El apocalipsis gamer

Meteoritos devastadores

Del mismo modo que, según las teorías más aceptadas, el impacto de un colosal meteorito desencadenó de uno u otro modo la extinción de los dinosaurios, la amenaza de una nueva colisión con un cacho de pedrusco espacial es también todo un clásico entre las formas de mandar la Tierra y sus habitantes al cuerno.

Uno de los principales apocalipsis visto en un videojuego a causa de un meteorito es el que sirve como pilar de la ambientación de 'Rage', título en el que la humanidad es prácticamente aniquilada en el año 2029 debido al impacto. Un siglo después, momento en que tiene lugar la trama, el mundo es un erial de ruinas plagado de bandidos y mutantes, dejando claro que probablemente valía más morir entonces que quedarse para ver lo que vino después.

Una lluvia de meteoritos con muy mala leche es también la que da pie al panorama de 'Advance Wars: Dark Conflict'. En este episodio, tras la muerte de la inmensa mayoría de la población, dos facciones integradas por algunos de los escasos supervivientes se dedican encima a guerrear por hacerse con el control de lo que queda en pie. ¿Tan difícil era sobrevivir en paz?

Claro que peor todavía es el comienzo de 'Outpost', en el que con el fin de librar a la Tierra de la destrucción se bombardea un asteroide con intención de desviarlo. ¿El resultado? La descomunal roca espacial se divide en varios pedazos, "solamente" erradica casi todo ser viviente y toca colonizar un nuevo planeta en el que vivir. ¡Wow!

En otros muchos juegos, en cambio, al apocalipsis por meteorito inminente no llega a confirmarse, sino que es la simple amenaza de impacto la que hace acto de presencia en la trama. Una situación que encontramos en juegos tan dispares como 'Final Fantasy VII', 'Disaster: Day of Crisis' o incluso en 'Majora's Mask' si sustituimos el concepto de "meteorito" por el de "luna con cara de troll". Incluso los pobres habitantes de 'SimCity' han sufrido tan funesto destino en sus propias carnes pixeladas. Pobrecillos...

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La magnitud de la catástrofe desatada por un meteorito depende básicamente del tamaño del pedrusco en cuestión, pero en caso que de que la amenaza sea suficiente como para poner en peligro el planeta, poco más puede hacerse que tomar el primer avión libre que aterrice en el extremo opuesto del mundo. Eso o rezar para que el Bruce Willis de turno lo machaque a bombazos.

En caso de sobrevivir al desastre, los protocolos generales no difieren en exceso de los relativos a un desastre nuclear, puesto que básicamente el resultado es el mismo con la ventaja o no, según se mire, de no haber quedado estéril por la radiación y poder repoblar eventualmente el planeta con las mozas disponibles.

También queda, por supuesto, la posibilidad de abandonar el mundo a su funesto destino e iniciar una nueva y apacible vida en la Luna o en su defecto en Marte. No es que sean emplazamientos que destaquen por su ambiente nocturno y su oferta de ocio, pero algo es algo. En tal caso sería recomendable adquirir los terrenos con suficiente antelación, dada la más que probable subida de precios llegado el momento de evacuar.