Análisis Bioshock Infinite

'Bioshock Infinite' es diferente a lo que podáis encontrar dentro del género, y como tal, debéis asistir al producto con la idea de disfrutar de la misma manera que haríais con cualquier otro título, obvio, pero también con la de dedicarle el tiempo necesario. Veréis, el mimo puesto hasta el último de los detalles en Columbia hace que la experiencia se multiplique por diez si os paráis a escuchar cada conversación, explorar la ciudad en busca de secretos, admirar el apoteósico diseño de escenarios y si me apuráis de meteros en los sobrecogedores combates en dificultad difícil. Con esto conseguiréis a buen seguro convertir a 'Bioshock Infinite' en lo que realmente es, una experiencia necesaria. En cambio si os adentráis en él como un mero shooter pasillero donde el protagonista cuenta con poderes y debe salvar a una dama en apuros, pues siento deciros chicos, que os parecerá insulso, y si me apuráis, hasta aburrido; más que nada porque no tendréis ni idea de a qué estáis disparando ni por qué.

La mano de Ken Levine como parte esencial del guión han hecho mella, han sabido ver que los datos que recopilábamos a lo largo de 'Bioshock' no podían concluir en un final de 30 segundos con una escena vaga y carente de toda la moralidad que nos habían mostrado a lo largo de las horas anteriores. En su lugar, Irrational Games ha preparado ni más ni menos un final que empieza a asomarse desde el último cuarto del título y cuyo máximo culmen llega en los treinta minutos finales.

Si hablar de Elizabeth nos ha costado, hacerlo sobre el final no os imagináis cuanto. Lo bien paridas que están las ideas, la conexión entre cada uno de los personajes, la resolución final, las teorías; todo, absolutamente todo, tiene sentido en su conclusión. Lloraréis, os quedaréis con la boca abierta, se os pondrá el vello de punta y en definitiva, aún una semana después de verlo estaréis como yo, con él todavía en la cabeza.

Simple, pero enormemente divertido en su conjunto

Mientras que la trama se nos presenta adulta y compleja, la jugabilidad aboga por la diversión directa, acción sin concisión alguna y con ligeros cambios con respecto a su anterior entrega. Son varias las quejas que ha habido en referencia a ésta con respecto a los vídeos mostrados en eventos pasados y que trataremos en líneas posteriores.

El producto final nos pone en la situación de combates cargados de disparos donde en dificultad normal los vigores nos sacarán de algún que otro enfrentamiento que se nos ponga cuesta arriba, pudiendo depender de las armas y nuestra puntería sin problema alguno para superarlo. En difícil la cosa cambia, por no hablar del modo 1999, y en los cuales usar la mejor estrategia vigor-arma será indispensable. Cada tipo de enemigo será vulnerable a según qué tipos de vigor. Éstos pueden ir desde bolas de fuego que explotan como si de granadas se trataran, hacer levitar a los adversarios o lanzarlos varios metros por no mencionar también aquel que nos permite ponerlos de nuestro lado durante un breve espacio de tiempo. El combate cuerpo a cuerpo también está presente, y es que el sky-hook no solo nos facilitará la tarea de viajar de un lado a otro de Columbia, sino que a su vez nos dará una alternativa a la hora de encarar a nuestros oponentes con un potente golpe o ejecución, algo muy útil pero que se acaba convirtiendo en un auténtico paseo a nada que tengamos el equipo necesario para aumentar su poder.

Y es que 'Bioshock Infinite' también incluye su pequeño componente rolero. Repartidos por el escenarios veremos varios tipos de equipo para Booker ya sea en forma de sombreros, pantalones, etcétera. Cada uno de ellos nos brindará ciertas ventajas como una mayor eficiencia con determinados vigores, aumento del alcance del sky-hook o hacer más daño con las armas de fuego cuando nuestra vida está a nada de consumirse. Utilizar uno u otro según la situación será clave para el buen devenir de la aventura.

Por supuesto las máquinas expendedoras vuelven a lo nuevo de Irrational Games. Divididas en tres tipos, podremos obtener desde un nuevo poder para el vigor (más allá del mantener pulsado o no el botón correspondiente); mejorar las armas y por último  adquirir al instante botiquines, munición o sales con las que recuperar nuestra barra de vigorizante.