Análisis Assassin's Creed III: Liberation

No será el único sitio donde nuestra protagonista campe a sus anchas, el juego también guiará nuestros pasos hasta una zona pantanosa que será el refugio de nuestro mentor, también a México en un pequeño asentamiento maya lleno de secretos, incluso haremos un último viaje en el que nos encontraremos con Connor, el protagonista de Assassin's Creed 3 en el nevado bosque de Nueva York.

Sin entrar en detalles, aquí encontramos uno de los grandes problemas del título, y es que el desarrollo del argumento tarda una barbaridad en arrancar - hacia la secuencia 4, y hay 10 - y cuando lo hace y todo se empieza a poner interesante nos damos de bruces con el final del juego, que se pasa en un suspiro y nos deja con ganas de mucho más.

Arrancamos con una serie de misiones sencillas que sirven de tutorial para conocer las mecánicas del juego y la gran novedad jugable respecto a otros juegos de la saga: los trajes. Es de agradecer que este tipo de periodos de aprendizaje se integren en la historia principal pero al ser esta tan corta se convierten en más de un tercio del juego y se hacen pesados. Además en estas misiones no tendremos libertad para elegir qué queremos ser y las partes de dama llegan a ser hasta tediosas.

El caballero nos pedirá realizar tareas impropias de una dama

Las últimas misiones son las más interesantes, ya conoceremos bien las habilidades de las tres apariencias que podremos adoptar: Dama, Esclava y Asesina, contaremos con un mejor arsenal para atacar, la dificultad y la variedad jugable aumentarán y cuando más estamos disfrutando del juego este dará un giro y nos mostrará la línea de meta. 

Tras completar la historia podremos volver a la ciudad para seguir ganando dinero, comprando armas, escalando atalayas y completando las escasas misiones secundarias que nos ofrecen, pero la gracia se habrá perdido. La duración de la campaña principal ronda las 7-8 horas (incluso puede llegar a 5-6 si uno no se entretiene), muy escaso para un juego de estas características y una verdadera lástima, pues como veremos en otros apartados da la sensación de que con más tiempo de desarrollo se podría haber conseguido un juego mucho más redondo, a la altura de los mejores de la saga.

Anvil en PS Vita: Un diamante en bruto

Hablar del apartado técnico de Assassin's Creed Liberation es complicado, pues nos encontramos ante una representación que a ratos nos maravilla y a ratos nos decepciona, que muestra claros y oscuros a partes iguales.

Adaptar el motor Anvil Engine, el mismo que utilizan las consolas de sobremesa, ha sido una apuesta muy arriesgada que podría haber salido bien. La potencia de PS Vita está fuera de toda duda y los desarrolladores pensaron que sería suficiente para mostrar el mapeado sin cargas de una gran ciudad con mucha vida en sus calles y una protagonista capaz de saltar y trepar por cada edificio, cada iglesia y cada torre.

Adaptar Anvil Engine a la portátil, una apuesta muy arriesgada

La ciudad de Nueva Orleans se muestra imponente, no tiene la escala de otras como Roma o Jerusalem pero para un juego portátil es más que suficiente. El grado de detalle para representar edificios emblemáticos, jardines, grandes barcos atracados en el puerto o zonas más pobres donde los cerdos y los perros olfatean el suelo es digno de alabar, y comprobar como nuestra asesina puede escalar y saltar entre tejados con la misma habilidad que lo ha hecho Altair, Ezio o el propio Connor - hasta se permite incluir las novedades de la tercera entrega de la saga saltando entre árboles - se debe a que el motor está adaptado tal cual y el sistema de animaciones está heredado de sus hermanas mayores.