Análisis Assassin's Creed 3 Remastered

Assassins Creed 3 Remastered: Un águila que remonta el vuelo

La gallardía de una entrega incomprendida

Assassin’s Creed es a día de hoy una franquicia asentada. Tras una primera entrega corta de contenido, le siguieron su segunda entrega y dos secuelas, Brotherhood y Revelations, que encumbraron a la saga como una IP muy a tener en cuenta y dejaron a Ezio Auditore, su protagonista, a la altura de los más grandes.

Desgraciadamente los planes de Ubisoft fueron demasiado ambiciosos, y a partir de dicho momento las entregas anuales de la saga empezaron a descuidar ciertos aspectos clave de su éxito y poco a poco la gente se fue cansando de tanto asesino. Hasta el resurgimiento que supuso Origins y Odyssey, la saga Assassin’s Creed llevaba años navegando sin rumbo sacando muchos juegos, todos ellos bastante buenos, pero alejados de los estándares de calidad fijados por la trilogía italiana.

Hoy Ubisoft Barcelona nos trae de vuelta la primera aventura antes del declive, un título al que se le castigó más de la cuenta por venir justo después del punto álgido de la franquicia. Una entrega que cuenta con una de las tramas más complejas y bien hiladas con hechos históricos reales de la saga, pero que fuera del territorio estadounidense no logró el mismo éxito que allí.

Assassin's Creed 3 fue el primero en permitirnos movernos por entornos naturales

Es normal, Assassin’s Creed 3 nos permitió vivir en primera persona la Revolución Americana llevada a cabo en el siglo XVIII en la piel de un indígena autóctono que ayudaría a las 13 colonias a independizarse del imperio británico. Toda una declaración de intenciones por parte de la compañía gala, que no temía sacar a relucir acontecimientos tan bochornosos de la historia americana como la masacre de Boston o poner de relieve el profundo odio y racismo de las colonias hacia los indígenas, hecho que un siglo más tarde culminaría con la sangrienta masacre de Wounded Knee.

Todo ello adornado con el patriotismo exacerbado de una nación incipiente, más preocupada de conseguir su independencia bajo las promesas de libertad y justicia que de cumplir dichas garantías.

Una historia de largo recorrido

Algo que caracterizó Assassin’s Creed 3 era el largo recorrido que suponía su trama a lo largo de los años. Para poder explicar correctamente toda la historia de nuestro protagonista, empezábamos el juego controlando a Haytham Kenway, un fuerte templario colono que estaba obsesionado con encontrar la llave de una antigua cámara donde aguardaba el fruto del edén.

Su búsqueda de la llave le llevó a colaborar con una tribu indígena, en la que conocería a una mujer con la que tendría una relación, antes de que ésta le abandonase por no aprobar sus acciones. Pero fruto de este romance nacería Ratonhnhaké:ton (despues conocido como Connor Kenway), quien a la pronta edad de 5 años vería morir a toda su tribu a manos de los templarios.

Que vienen los casacas rojas

El resto, como se suele decir, es historia. Este inicio pecó de ser algo lento, de dar demasiado peso a una trama que se presentaba complicada e importante, pero que con el paso de las horas se iba diluyendo hasta repuntar en su intensísimo final.

También incorporó novedades en el sistema de asesinato sigiloso, adecuandolo a otros títulos de sigilo contemporáneos como Metal Gear o Splinter Cell además de profundizar en el sistema de combate e incluir por primera vez las armas de fuego. Quizá este apartado de su gameplay sea el que peor ha envejecido, ya que la IA sigue con el mismo nivel de 2012 y el sistema de combate se siente muy guiado y scripteado, haciéndolo tremendamente fácil salvo contadas ocasiones.

El lavado de cara queda patente en cada fotograma

Un remaster algo escaso de mejoras

En plena vorágine de remasters llega un punto en que, como usuarios, debemos valorar el trabajo de reedición realizado para averiguar si vale la pena volver a pagar por el mismo juego. En esta ocasión Ubisoft no se ha conformado con aumentar la resolución del juego a 1080p en las consolas estándar y 4K en PS4 Pro y Xbox One X, sino que también se ha llevado a cabo un lavado de cara de texturas, iluminación, distancia de dibujado y modelados.

También se han actualizado las mecánicas de sigilo, se ha mejorado la economía del juego permitiéndonos adquirir armas crafteando y se ha actualizado la interfaz de usuario para dejarla más limpia -es muy similar a la vista en las últimas entregas-.

Además de las mejoras gráficas típicas, se han incluido todos los DLC del juego original y se han añadido algunos atuendos extras como Alexios o Aguilar. Sin embargo todo esto nos sabe a poco, más teniendo en cuenta el grandísimo trabajo de investigación y redacción de guión que hay detrás de cada juego.

No nos cabe la menor duda de que Ubisoft tendrá en sus manos una tonelada de materiales inéditos del juego: artworks, guiones, escenas eliminadas, tramas alternativas… toda una suerte de contenido que le habría venido como anillo al dedo a este remaster y que podrían suponer el aliciente necesario para volver a revivir la venganza de Connor Kenway. Pero han preferido actualizar solo lo gráfico y un par de mecánicas de sigilo que chirriaban demasiado.

Conclusiones

Pese a ser un enamorado de la franquicia de los asesinos, debo decir que me ha decepcionado un poco el remaster de Assassin’s Creed 3. Si bien se nota el esfuerzo de la compañía por actualizar una de sus obras más criticadas y darle un lavado de cara que lo equipare a los juegos actuales, lo cierto es que a las pocas horas se nota el escaso trabajo realizado por los canadienses.

Las mejoras gráficas están ahí y se notan, pero distan mucho de otros remasters de mayor calidad como Shadow of the Colossus o Grand Theft Auto V, lo que unido a los poquisimos incentivos para los fans más acérrimos lo convierten en un simple lavado de cara, una mera puesta a punto de un título con 7 años a sus espaldas que espera una segunda oportunidad.

Y personalmente creo que la merece, Assassin’s Creed 3 fue inferior a la trilogía de Ezio sí, pero no era ni de lejos tan malo como muchos lo calificaron por aquél entonces. Si nunca habéis probado esta entrega quizá esta sea la mejor oportunidad para conocer un título arriesgado, sin pelos en la lengua y con una trama sorprendente. Si ya jugasteis al original y no os morís de ganas por volver a Boston, quizá por los 39.99€ que cuesta no os merezca la pena.