Análisis Alan Wake

Estos enfrentamientos son realmente excitantes, muy entretenidos, aunque se echan en falta más mecánicas para hacerlo más variado. Cuando no estemos luchando con nuestros enemigos, estaremos explorando el vasto escenario y descubriendo los secretos que se nos proponen. Existe un camino fijo y lineal, pero podemos salirnos de él para encontrar alijos de suministros o, simplemente, para descubrir todo lo que nos depara Alan Wake. Habrá algunos lugares que no formen parte del desarrollo de la trama pero que podremos explorar vivir a fondo el juego.

Estos escenarios, donde como hemos dicho nos dedicaremos básicamente a pegar tiros y avanzar en la oscuridad, están salpicados de forma muy liviana por algunos puzzles. Estos retos para el intelecto son algo así como un juguete para niños de tres años. Son fáciles, colocados simplemente para evitar el rápido avance del jugador. Quizás habría sido mejor no ponerlos que hacerlos de este modo. Otro tema polémico de la jugabilidad son los coches. Su manejo es más que correcto y no nos podemos quejar en ese aspecto, pero sin duda es algo que se podría haber aprovechado muchísimo más si se hubiera creado algo parecido a un sandbox. El uso de los automóviles queda relegado a momento de linealidad donde el espacio entre la posición y el objetivo es demasiado largo como para ponerlo a pie. Quizás en un futuro mejoren el uso de vehículos, pero en Alan Wake queda muy desaprovechado. 

Alan Wake es un juego que engancha, que divierte, pero más por su historia y su impresionante ambientación que por su jugabilidad. Ojo, que para nada es mala, pero si que está bastante limitada y se podría haber exprimido más recreando otro tipo de situaciones y aumentando el elenco de enemigos a batir. Lo mejor, la tensión que vivimos en los enfrentamientos contra los poseídos.

Sonido

Otro apartado para enmarcar. El apartado sonoro de Alan Wake está diseñado con tanta delicadeza, y de manera tan acertada, que solo se me ocurren elogios. Comencemos hablando de la banda sonora. Durante el juego, la acción se verá ambientada por músicas instrumentales de buen calibre, que le darán ese toque siniestro al juego. Se trata de una aportación perfecta a la atmósfera inquietante de Bright Falls.

Pero no serán esas las únicas melodías que escucharemos en el título. Durante el desarrollo del mismo, como ya hemos comentado en el apartado de historia, nos iremos encontrando con televisiones y radios. Estas nos suelen ofrecer alguna canción de grupos más o menos conocidos, cuya lista no desvelaremos para no fastidiar la sorpresa. Además, al final de cada capítulo, podremos escuchar una de esas canciones. Sin duda un detalle que se agradece y, quien sabe, igual nos descubre algún cantante o grupo que acaba calando en nuestro corazón. Los efectos sonoros, sin destacar demasiado, cumplen y vuelven a ser un apoyo para la ambientación. Crujidos, sonidos de los cuervos, el aullido del viento...pequeños detalles que, junto a los sustos preparados por Remedy, conseguirán que juguemos con el corazón en un puño. Poco más se puede pedir.

Pero lo mejor del apartado sonoro, sin ningún tipo de duda, es el doblaje. Si ya la versión original es exquisita, Microsoft ha logrado unas voces al castellano al nivel de las circunstancias. Con dobladores y actores de primer nivel, este doblaje tiene una calidad indiscutible, que logra que te adentres en las líneas del guión como si fuera la última bomba cinematográfica. Todos rayan un excelente nivel, aunque sin duda los protagonistas son los que se llevan la palma, en especial el señor Wake y el carismático Barry Wheeler. El apartado sonoro es, en líneas general, excelente. Un punto que pone la guinda a un aspecto técnico que nació para romper moldes y establecer referentes.

Diversión

El juego engancha muchísimo, y mientras lo jugamos lo disfrutaremos con cariño por saber que estamos ante un producto diferente al resto, ante un título que fue concebido para cambiar un género maltratado en esta generación como son los survival horror. Tiene dosis justas (demasiado justas) de terror y su pizca de acción, muy bien dosificado todo para que el resultado final sea agradable de jugar.

Quizás se echa en falta esa variedad de la que hablábamos, que si existe en las situaciones pero no en las mecánicas ni en los retos. A veces nos da la sensación de estar haciendo durante todo el rato lo mismo, avanzar y disparar. Por suerte, el sólido guión y los giros que da el mismo hacen que la travesía por Bright Falls sea más animada. Quizás una mayor variedad de posibilidades para acabar con distintos enemigos le habría dado ese toque de diversión del que carece en ocasiones.

Conclusión

Alan Wake es un juego especial, diferente a lo que se nos suele ofrecer. Lo mejor del juego es sin duda su excelente historia, sólida y madura, con elementos del mundo del celuloide que estamos poco acostumbrados a vivir en un videojuego. Los gráficos marcarán un antes y un después en algunos apartados, aunque otros hayan quedado incomprensiblemente olvidados.

Un gran juego que disfrutaremos durante bastante tiempo, con mucha profundidad aunque con falta de variedad. Lo mejor de todo es que se ha creado un universo muy profundo, que dará mucho que hablar en los foros, y en ese sentido si que se ha creado un referente. Seguro que habrá más entregas y, ojala, mejoren lo poco que le falta para ser una obra maestra.  Nota: Algunos datos técnicos del juego se han extraído de la web Digital Foundry