Análisis The Cursed Crusade

Jugabilidad

La primera sensación que tenemos cuando estamos delante de The Cursed Crusade es que nos encontramos ante un Hack´n Slash; son muchos los juegos que ha habido a lo largo de esta generación que se han hecho un considerable hueco en el género y por ello todos sabéis de que requieren para entretener: velocidad, combos espectaculares, combinaciones de botones en el momento adecuado, etcétera; pero The Cursed Crusade no tiene ni una cosa ni la otra.

El juego durante la sucesión de combates se muestra lento y tedioso, al principio pensaba que como Hack´n Slash tan solo cogía la mecánica de los combos, pero conforme luchamos nos vamos dando cuenta de que incluso estos se muestran inútiles dada la baja velocidad a la que se desarrollan y a la nula respuesta de nuestro personaje a la hora de responder ya sea ejecutando una serie de golpes o para cubrirnos, lo que nos deja prácticamente vendidos en plena batalla. Por si fuera poco las peleas se hacen repetitivas a más no poder e incluso el añadido de Quick Time Events en ciertos  momentos no garantiza para nada la diversión de poder coger una espada y blandirla.

El apartado no mejora a la hora de ponernos a avanzar por los escenarios ya que pecan en exceso de linealidad estando el personaje completamente cogido de la mano por la historia en un juego que perfectamente podría haber abarcado una ciudad con sus personajes, subtramas y demás componentes del RPG unido a un más depurado sistema de combate. Los diferentes emplazamientos que vayamos visitando no solo tendrán una única salida sino que además estarán completamente vacios omitiendo  el que el  jugador pueda explorar la zona y vetando desde el primer instante cualquier tipo de camino alternativo.

Si a esto le unimos que incluso mientras que no combatimos utilizaremos ballestas, arietes y demás parafernalia medieval fallando en su control, realmente The Cursed Crusade se presenta como un título mediocre limitando muchísimo la experiencia del usuario dada la poca variedad de situaciones y los lentos combates que tienen lugar y que posiblemente quieran verse justificados al querer reflejar la  escasa velocidad que conlleva mover una espada de la época con armaduras, pero ni por esas cuela.

En los Hack´n Slash no puede faltar la personalización de nuestro personaje; en el inventario al que podremos acceder durante toda la aventura podremos modificar nuestros atributos y conseguir nuevos combos gracias a los puntos que vayamos ganando al completar las diferentes misiones que nos propone el título: aumentaremos características como fuerza para hacer más daño, fortaleza para poder resistir mejor los envites de los enemigos etcétera, nada nuevo bajo el sol; por otro lado tenemos el menú de combos, el cual hará que os sintáis perdidos desde el primer momento, no precisamente por la cantidad de posibilidades a elegir, sino por la poca intuición que derrochan, distinguiremos varios tipos de combinaciones como por ejemplo armas de dos manos y de una, según la que hayamos elegido se nos abrirán una serie de golpes u otros, pudiendo elegir la combinación que más nos guste; es decir: tendremos ataques dirigidos a la cabeza, al pecho y a las piernas, seleccionando el tipo de categoría de nuestro arma (una mano o dos) podremos mezclar entre varios ataques a la cabeza y uno a las piernas u optar por uno a cada parte del cuerpo, algo realmente original pero que se podría haber sacado más provecho ya que a la hora de ponerlo en práctica su utilidad es nula debido a los fallos en el  control.

En cuanto a las armas que tendremos a nuestra disposición podremos eliminar a nuestros enemigos con mazas y escudos, pesadas espadas e incluso ballestas; gran detalle el añadir el desgaste con el uso de estas pero que puede volverse en tu contra en mitad de un combate.