Análisis Sonic the Hedgehog 4: Episodio II

Si el Episodio I rendía un homenaje continuo a Sonic The Hedgehog, en esta ocasión se rinde un claro homenaje a la segunda entrega de la saga, ya sea en forma de casi-remake de escenarios clásicos como Aquatic Ruin o Wing Fortress (con pilotaje del avión incluido), unas fases de bonus en 3D muy parecidas a las del que para muchos es el mejor juego de Sonic, o incluso el retorno del querido por muchos, y odiado por otros, Tails. Aún así, en esta parte se ha optado por introducir más elementos originales (enemigos, escenarios, etc.) en lugar de basarse casi al 100% en los guiños a épocas pasadas.

Eso sí, el diseño de los niveles, aunque atractivo y original, en ocasiones peca de complicado y poco intuitivo. Poniendo un ejemplo gráfico que resuma este problema, hay lugares donde han tenido que colocar señales que indican que es mejor que elijas otro camino, es decir, que si sigues por ahí mueres. Antes, esto no era necesario, y se veía claramente por dónde te podías dejar caer y por dónde no. También es desesperante a veces cuando todo está preparado para que Sonic coja velocidad hasta el punto de perder el control, cosa que no nos disgusta, pero que irremediablemente acaba en un corte que nos hace perder los anillos, algo que a día de hoy no sé muy bien si es casualidad o está hecho a propósito.

Obviamente, es la presencia del mítico zorro de doble cola lo que más llama la atención, presentándose de una manera similar a lo visto en Sonic The Hedgehog 2, es decir, que nosotros controlamos a Sonic y la máquina controla a Tails haciendo que imite nuestros movimientos, aunque en muchos casos de forma desafortunada. Como novedad, los desarrolladores han añadido la posibilidad de, con un solo botón, llevar a cabo unos movimientos combinados entre los dos personajes, que se reducen a los conocidos de volar y nadar y a la novedosa bola combinada que arrasa todo. Lamentablemente, a veces se abusa de esta posibilidad hasta el punto de que es imprescindible para superar ciertos obstáculos, en lugar de dejarlo simplemente como método de salvamento o exploración. También existe la posibilidad de llevar a cabo una partida en modo cooperativo (tanto online como offline), donde del mismo modo que se permitía en Sonic 2, un jugador controla a Sonic y el otro hace lo que puede con Tails, todo de forma muy poco pulida y caótica, aunque hay que decir que, por el tipo de juego, tampoco es que de para más.

Como recompensa, que agradeceremos por eso de venir gratis, que no por su calidad o importancia, Sega nos regala el Episodio Metal, pero solo si hemos comprado también el Episodio I. En este episodio especial los jugadores pueden controlar a Metal Sonic a través de cuatro actos del Episodio I (uno de cada zona), pero con toda la calidad y las características de esa entrega. Es decir, que no disfrutaremos de las mejoras en cosas como las físicas y, ni siquiera, contaremos con el motor gráfico nuevo. Vamos, que si alguno no compró el Episodio I y el único aliciente que ve para hacerlo es este Episodio Metal, personalmente recomiendo que no lo haga.