Análisis Redfall

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Analisis de Redfall: Una ciudad en la que nada brilla

Arkane deja de lado los inmersive sim para ofrecernos una aventura de acción cooperativa, un cambio de registro que a muchos ha pillado con el pie cambiado. Pero, ¿estarán los cazavampiros de Redfall a la altura de un estudio altamente reputado?

02/05/2023 09:31
Arkane se ha labrado a pulso su reputación. Considerados por muchos jugadores como los actuales padres del inmersive sim, el estudio nos ha dejado joyas del calibre de Dishonored o Prey, títulos ambiciosos y con un claro enfoque en las aventuras de antaño de finales de los 90. La exploración, hacer acopio de recursos y pensar antes de actuar se convertían en los pilares básicos de la jugabilidad. 

Redfall

El anuncio de Redfall pilló a los fans, y no tan seguidores de la compañía, con el pie cambiado. ¿Un shooter con tintes de loot y encima cooperativo? La propuesta es atractiva en especial viniendo de un estudio con antecedentes de joyas de culto. ¿Está justificado este cambio? ¿Ha logrado Arkane salirse con éxito del camino que hasta ahora se habían marcado? El resultado es cuanto menos dispar. 

¿De qué trata Redfall?

La historia ha sido un aspecto que no siempre ha estado muy presente en los videojuegos de Arkane. Nos explicamos. Si bien ha estado ahí, cumpliendo su función, ésta tenía un claro leitmotiv: servirnos en bandeja de plata nuevos escenarios. Como bien dice el género de algunas de sus obras como Dishonored, la inmersión prima y es aquí cuando entra en juego el explorar, revolver entre muebles y papeles a lo largo del mapa para encontrar nuevas pistas, conocer qué acontecimientos transformaron a los personajes y un largo etcétera de detalles que nos incitaban a seguir adelante con cautela. 

Redfall echa por tierra éstas características (entre otras que ya veremos más adelante) y nos presenta una aventura tal vez demasiado convencional y hasta cierto punto anticuada. Los vampiros han asediado la ciudad de Redfall, tapando para más señas el sol. Es aquí cuando entramos nosotros, ya sea en solitario o en compañía; con una clara misión: solucionar cuanto antes la situación. Y para ello tendremos a nuestro alcance un buen arsenal para hacer frente a vampiros de todo tipo y facciones variopintas a modo de sectas que tratarán de impedirnos tan heróica tarea. 

Redfall

Sobre el papel es un argumento sencillo que puede invitar a alguna que otra sorpresa a nivel narrativo, ¿verdad? Lo cierto es que Redfall no engaña a nadie y nos pone más pronto que tarde a enfrentarnos a las criaturas y los sectarios. Con la excusa de "el tiempo apremia" el juego hace las presentaciones justas en lo que a personajes se refiere, cada uno con sus propias funciones para con el jugador; documentos repartidos por aquí y allá para dar algo más de trasfondo y poco más. Redfall brilla, nunca mejor dicho, en cuanto a planteamiento de misiones principales y secundarias, pero más por mecánicas que por interés real en su argumento. 

Sombras tenebrosas en lo jugable

Ya conocemos la historia, algo de lo que el propio juego se encarga con una introducción animada de lo más resultona, pero ¿qué esconde su jugabilidad? Pasaremos mucho rato disparando y mejorando nuestras habilidades y armas, horas de hecho; por lo que como cualquier looter-shooter o FPS cooperativo debe tener un sistema de combate sólido, agradable y hasta cierto punto adictivo. 

Por desgracia Redfall se queda en tierra de nadie en muchos aspectos,  comenzando por sus tiroteos. Sabemos que en los títulos de Arkane no prima el combate con armas de fuego, sin ir más lejos hasta cierto punto penaliza al jugador. Es algo de lo que podemos cerciorarnos en títulos como Dishonored o Prey. En ellos primaba el ingenio. Deathloop fue algo diferente, un shooter con tintes de roguelike en el que disparar era cómodo por mucho que nos chocara el cambio de estilo en el estudio. Redfall se queda un paso muy por detrás en lo visto no solo en Deathloop, sino también en esos instantes en los que en Dishonored o Prey era necesario sacar un arma para salir indemnes de un enfrentamiento. 

Se me hace francamente complicado hablar de una sensación constante que he tenido con Redfall a los mandos: el peso y gamefeel del personaje. No solo es que tenga la impresión de flotar a la hora de correr o moverme por el escenario, sino que disparar no se siente como una acción en la que el feedback transmita la impresión de disparar un arma o usar un poder. 

Viniendo de Dishonored o Prey, Redfall se siente como un juego sin alma

¿Habéis jugado a Destiny? Sin entrar en detalles sobre la calidad o no de las expansiones y contenido constante de Bungie para su juego, si Destiny o incluso Halo hacen algo muy bien es dar una sensación de disparo impoluta al jugador. Se me vienen otros ejemplos a la cabeza, como Titanfall o DOOM Eternal, sin ir más lejos. Disparar es divertido y engancha. El motivo es muy sencillo: vamos a estar literalmente decenas de horas disparando. En Redfall pasamos mucho tiempo apretando el gatillo pero debido a la ausencia de sensación de disparo y movimiento se vuelve tedioso y hasta aburrido

Además de disparar Redfall también nos pone un buen puñado de cosas para realizar. A fin de cuentas hay una ciudad que liberar. Tocará mejorar las armas, resolver aquí y allá pequeños puzzles y enfrentarnos a vampiros cada vez más variados y poderosos. Lo nuevo de Arkane pone sobre la mesa un buen número de misiones que, como ya decíamos, son muy sencillas en cuanto a planteamiento: despeja la casa X de Y vampiros. Libera X rehenes o recoge Y artefacto. La excusa es meternos en combates cada vez más complejos y aunque no invente la fórmula y se sientan repetitivas, las misiones tanto secundarias como principales ganan en diversión gracias al desafío que supondrá a un grupo bien equilibrado. 

Redfall

Por desgracia, la IA de Redfall no ayuda demasiado a que la experiencia sea siempre la que uno espera. Los sectarios se sienten torpes, con una inteligencia artificial que roza lo ridículo; mientras que los vampiros comunes que encontraremos a lo largo del camino se convertirán en auténticas esponjas de balas. Lo mejor sin duda los jefes, suponiendo un desafío gratificante y en el que deberemos de aprovechar al máximo las habilidades de los héroes. 

En este punto entraremos en un loop en el que, a pesar de más sombras que luces, el juego muestra incentivos y "caramelitos" casi constantes al jugador. Consigue esta nueva arma, desbloquea aquella skin para tu personaje o mejora sustancialmente tu armamento en el HUB principalmente con toda la basura que has ido recogiendo. Fórmula atractiva de primeras por la novedad estética en el género, pero que poco a poco se va diluyendo. 

Moverse y disparar en Redfall nada entre los aburrido y tedioso

En este sentido Arkane ha sacado a relucir uno de sus puntos fuertes como estudio desarrollador de inmersive sim. Y es que uno de los puntos más divertidos del videojuego reside en la construcción de personajes. Con cuatro clases a escoger, divididas en formatos como el sanador, tanque, DPS o asesino, Redfall nos invita a escoger con detenimiento qué habilidades potenciar para beneficio conjunto del grupo. Es aquí cuando el videojuego de verdad se esfuerza en invitarnos a seguir, especialmente en compañía. La experiencia en solitario, por el contrario, se vuelve tediosa con modos como Fácil (Diurna) o Normal (Crepúsculo) bastante irregulares, siendo el resto de opciones prohibitivas para el singleplayer. 

Arkane, ¿eres tu?

Puede que nunca hayas tocado un juego de Arkane, pero ponemos la mano en el fuego a que sabrías reconocer a simple vista un juego procedente del estudio. ¿A qué sí? Dishonored, Deathloop o Prey tienen un marcado estilo que los hace reconocibles en unos segundos. Redfall es... diferente. En ningún momento sentimos que la mano de los artistas y diseñadores que nos han ofrecido auténticas joyas esté presente en la aventura. 

Los escenarios y personajes se sienten demasiado rudimentarios, básicos y en ciertos momentos aburridos. No es culpa de la ambientación, a fin de cuentas con Dishonored, Arkane nos ofreció una Londrés victoriana con tintes steampunk; por lo que el estudio es perfectamente capaz de hacer magia. Otro ejemplo lo encontramos en Prey, con una estética retrofuturista única; o los salvajes setenta distópicos de Deathloop. Explorar Redfall es pasear y correr por entornos carentes de carisma y para los que para más señas, les pesa el apartado técnico. 

Redfall

En las últimas semanas se ha hecho mucha sangre (no fue intencionado, lo prometo) en lo referente al polémico modo de 30fps y 4K de lanzamiento para el videojuego. Aunque era escéptico en pensar que no pesaría sobre la jugabilidad (a fin de cuentas he sido jugador de Destiny desde el primer año en consola) lo cierto es que no sólo las caídas de frames son evidentes, sino que de nuevo nos encontramos con la situación de poner en duda el estar frente a la nueva generación de consolas. Texturas borrosas, animaciones cuestionables, errores en la iluminación o una IA que nos "sacará" de la partida son sólo algunos de los problemas técnicos que acusa una obra que a todas luces parece impropia de un estudio como Arkane. 

Vampiros, pero no mucho

Con la alargada sombra del juego como servicio sobre Redfall, no nos cabe duda de que Arkane tiene manga ancha y tiempo para mejorar la experiencia en todos los niveles; al menos en lo que al apartado jugable respecta. Puede que sea el título con menos personalidad del estudio en lo estético, pero las consiguientes actualizaciones y contenido pueden ayudar a mejorar un título cuya fórmula se distancia por ahora de lo notable en el género. 

Hay que ser optimistas. Sea of Thieves también pecó en su inicio de ser un juego vacío, carente de contenido y extremadamente limitado. En la actualidad es una de las apuestas más divertidas para jugar en compañía. Tal vez y para muchos, Redfall ha tropezado en el momento más importante, el lanzamiento, pero eso no quita que sea un juego con sus momentos estelares y con amigos pueda ofrecer ratos entretenidos. Un pasatiempo en el que los asiduos a los cooperativos encontrarán estímulos casi de manera constante gracias a su acercamiento al looter-shooter. El resto de jugadores y más afines a las aventuras en solitario tendrá que decidir si inventir ahora mismo un número de horas que, por el momento, se antojan poco recomendables. 

5

Lo mejor

Los jefes sacarán lo mejor del juego en cooperativo

La construcción de personajes a través de las habilidades

Aunque no siempre, cuando las mecánicas y el coop brillan es divertido

Lo peor

Carente de alma en lo artístico viniendo de Arkane

El rendimiento en Xbox Series X

Disparar y moverse se vuelve aburrido y tedioso

Mal balanceado en el cooperativo, con especial mención en el juego en solitario

Misiones y planteamiento insulsas

La IA enemiga

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