Análisis Kingdoms of Amalur: Reckoning

Eso cambió con la rebelión de Gadflow, un fae de un poder y una ambición sólo equiparables a su maldad. Este fae comenzó a aniquilar a los de su raza y fundó una orden, los Tuatha Deohn, un poderoso ejército de leales listos para conquistar la tierra de los Fae. Gadflow y sus seguidores creían una vieja profecía que indicaba que bajo su guarida nacería una nueva deidad que les ayudaría a gobernar Amalur. Mientras tanto, se cruzaron en una cruenta guerra contra el resto de razas del continente. El ímpetu de sus enemigos era enorme, así como el nombre de soldados de sus ejércitos, pero ellos contaban con una ventaja crucial: los Fae no podían morir. Así que mientras los defensores de Amalur iban falleciendo, los Tuatha Deohn volvían de la oscuridad al poco tiempo de caer derrotados. Se trataba de una batalla que, tarde o temprano, se decantaría del lado de Gadflow.

Es en esta batalla donde nuestro héroe fallece. Sí; la aventura comienza con la muerte del protagonista. Un gnomo sabio llamado Fomorous Hugues ha construido lo que llama un Pozo de Almas, donde reúne a los soldados caídos y experimenta con ellos con el objetivo de hallar la fórmula de la inmortalidad y hacer frente a los Tuatha Deohn. El protagonista es uno de estos experimentos que se suma a la larga lista de fracasos de Hugues. En la primera escena, un par de gnomos llevan el cadáver a unas catacumbas subterráneas.

Será en este momento cuando podamos crear nuestro personaje, con un editor decente pero que en comparación con otros de la competencia se muestra muy verde. Podremos elegir entre cuatro razas: los Almain son unos humanoides de gran habilidad en el combate, mientras que los Varani son piratas y grandes maestros de la exploración. Por su parte, los Ljosalfar son una suerte de elfos oscuros que prefieren el sigilo, y por último, los Dokkalfar tienen una enorme facilidad para dominar cualquier tipo de magia. Cada raza tiene ciertas bonificaciones de habilidades, aunque con cualquiera podremos ir diseñando el perfil de luchador que deseemos.

En el resto del editor no sólo nos permitirá crear físicamente a nuestro héroe (con unas opciones bastante limitadas), sino también potenciar de nuevo unas u otras habilidades si rendimos pleitesía a alguno de los diferentes dioses de Amalur. Pero esto sólo será el comienzo de nuestra epopeya: a medida que subamos de nivel iremos potenciando las habilidades que queramos, adquiriendo nuevos movimientos y eligiendo nuestro propio destino, que es precisamente la capacidad diferenciadora de Kingdoms of Amalur: Reckoning. Aunque eso lo abordaremos más adelante.

Una vez creado nuestro personaje, éste volverá de entre los muertos por el efecto del Pozo de Almas, pero sin recordar nada de su pasado ni conocer la situación actual de las tierras de los Fae. Al escapar del Pozo en medio de un ataque de los Tuatha Deohn, acude a un tejedor del destino, una especie de lector del futuro capaz de visionar la muerte de los mortales. Pero, excepcionalmente, no es capaz de ver nuestra muerte... ¿Somos acaso los elegidos, los que decantarán la guerra del lado de los aliados? ¿La clave de la inmortalidad? Todo esto se complica aún más con la presencia de una Fae que predice la muerte de las criaturas inmortales de Amalur y la llegada de un nuevo orden...se avecina una aventura apasionante.

La historia se va desvelando poco a poco y cuenta con interesantes giros e inesperados descubrimientos, aunque no podemos hablar de una trama increíble. Sencillamente cumple su objetivo, nos presenta a aliados y a enemigos y nos motiva a ir avanzando y a explorar todas las Faelands. Quizás el punto fuerte de su guión no sea esta historia principal, interesante pero a la que le falta épica, sino todo el entramado de subhistorias y trasfondo que recrean de manera brillante el mundo fantástico de Amalur.

En cada pueblo, bosque o camino encontraremos un personaje que precisa nuestra ayuda o una trama en la que podemos participar. El título nos ofrece muchísimas cosas que hacer, no cosas cotidianas pero sí misiones que completar o guilds que nos reportarán muchísimo dinero u otros beneficios a cambio de correr grandes riegos en gestas heroicas. Estas misiones siguen en su mayoría un esquema clásico, aunque hay algunas quest francamente interesantes, que se salen de lo habitual. Completar todo lo que se nos ofrece nos llevará muchísimas horas.

Lo mejor es la recreación de Amalur, un mundo fantástico creado desde cero y con sus propias razas y lugares. Estas razas recuerdan a las tradicionales (elfos, orcos, enanos...) pero con otros nombres y características. Pero no sólo los habitantes, sino las criaturas y los lugares dotan a Amalur de un aspecto único y realmente elaborado. La mente de R.A. Salvatore ha plasmado a la perfección un imaginario muy variado e imaginativo, donde fácilmente nos implicaremos. En este sentido está muy por encima de otros referentes del género como Two Worlds o incluso Fable, aunque quizás no está a la altura de grandes como The Elder Scrolls o Dark Souls. Además, el hecho de situar la acción en un continente de los reinos de Amalur permite la continuidad de la franquicia. Y nosotros nos hemos quedado con ganas de más historias como la de Reckoning.