Análisis Furia de Titanes

Cuando se cuenta con un estudio detrás como Game Republic, padres de títulos destacados como Genji o Folklore y cuentan con el apoyo de Namco Bandai Games, no es descabellado fijar la vista, aunque sea un instante, para ver si la propuesta supera a la taquillera película y el resultado final consigue que merezca la pena su adquisición. Veamos entonces si se ha logrado el objetivo o la leyenda de los Titanes, perdurable a lo largo de los siglos, no recibe el mismo trato en su adaptación jugable.

Historia

Las premisas sobre las que parte el juego y empieza la película son iguales y prometedoras. En el principio de los tiempos el mundo era dominado por los titanes, seres gigantescos que campaban por la Tierra a sus anchas hasta que tres dioses: Hades, Zeus y Poseidón trazaron un plan para que cesara su opresión. Aunque los tres aceptaran el pacto fue Zeus quien urdió un plan para que su hermano Hades liberase a una criatura mitológica, el Kraken, capaz de enfrentarse a los titanes. Una vez vencidos dividió los dominios del planeta entre los tres aunque la partición quedó algo desigual: Poseidón reinaría en los mares, Hades sería el dios del inframundo y el propio Zeus se proclamaría Dios supremo del Olimpo, señor de la tierra. Más tarde Zeus crearía al ser humano y le ensañaría a rezar a los dioses para mantener su dominio sobre todas las cosas situando ídolos repartidos por el planeta. El hombre no tardaría en preguntarse por qué los Dioses no responden a sus plegarias y si merecía la pena tal devoción. Ahí entra Perseo, el protagonista, interpretado por Sam Worthington en la película, fruto de la unión del Dios Zeus con una humana y criado entre hombres como uno más. La ciudad de Argos, donde reside junto a sus padres y hermana se divide entre los que siguen creyendo en la veneración a los Dioses y aquellos que están hartos de las sequías y las malas cosechas y empiezan a pedir que se deje de lado al Dios y se instaure “la era de los humanos”.

La situación se tensa hasta que los ciudadanos empiezan a derribar las estatuas del Dios Zeus y éste, junto con sus hermanos, se reúnen para buscar una solución. Hades propone volver a liberar al Kraken para acabar con la raza humana como única salida si no sacrifican a la princesa de Argos, Andrómeda, que los hombres comparan en belleza con la misma diosa Afrodita. Pero eso es algo que Perseo no está dispuesto a consentir. Cegado por vengar la muerte de su familia en un ataque a la ciudad, luchará contra todo tipo de criaturas para evitar la muerte de la bella princesa. Aquí empezará la historia de Perseo, hijo de dioses clamando venganza. No será, como veremos, la única similitud con la saga God of War. Por suerte la forma de contar la historia no será una repetición de lo visto en los cines, ni siquiera el mismo punto de vista, ya que en este caso se centra más en el pensamiento humano frente al enfoque de los dioses visto en las salas. Sin duda es algo de agradecer para este tipo de adaptaciones, ya que permiten profundizar más en la historia y ofrecer un punto de vista diferente.