Análisis Fallout 4

(Pc, PS4, One)

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De vacaciones en Boston

El mundo de los videojuegos se para con cada nuevo lanzamiento de Bethesda. ¿Hasta dónde habrá llegado Todd Howard y su equipo esta vez a la hora de crear un RPG sandbox?

Plataforma analizada: PC
09/11/2015 14:00
Bethesda vuelve a dejarnos claro que jugar con tecnología nuclear tiene consecuencias, y aunque en anteriores entregas como el tercer capítulo numerado de la IP le tocó el turno a Washington; Boston es la zona elegida en este caso por la compañía para dar cabida a un mundo vivo, posiblemente el mayor recreado por los padres de ‘The Elder Scrolls’ hasta la fecha.

Erase una vez el apocalipsis

Aunque no vamos a haceros un destripe de la historia, si debéis saber que el RPG nos mete de lleno en una historia dramática, alejándose tal vez algo de ese humor negro tan característico de la franquicia, para ahora narrar una lucha mucho más humana y en la que el jugador será llevado de la mano durante un buen número de horas al comienzo de la aventura. Pero tranquilos, que también habrá cabida para los derroches de ironía en el universo postapocalíptico de Bethesda. Tomando como hilo conductor los años anteriores al estallido de la Guerra Nuclear, el estudio transmitirá con acierto el desasosiego, frustración y tristeza de un mundo en decadencia. Mientras que en ‘Fallout 3’ éramos conscientes en cierta manera del peligro que había fuera del refugio, ‘Fallout 4’ aboga por el “¿cómo sería el planeta si éste se viera sumido en la más decadente destrucción?”.

Es aquí donde entran en escena no solo personajes de toda índole y raza, incluso sintéticos, sino también una recreación del Boston devastado con un nivel de detalle y viveza que impacta desde el primer minuto y se mantiene durante centenares de horas posteriores. El argumento también goza ahora de un desarrollo mucho más personal y en el que nos sentimos los auténticos protagonistas de la función, no por ello el estudio ha desaprovechado tampoco la ocasión de servirnos en bandeja numerosas subtramas que aderezan ese sentimiento desconocido por el mundo que nos rodea. Aunque la historia gana enteros, bastantes de hecho, conforme ésta avanza; Todd Howard y su equipo siguen teniendo como asignatura pendiente ese sentimiento de empatía con los personajes, y en especial con el nuestro propio. Detalle que han logrado con creces otras obras del mismo género y publicadas este mismo 2015 como ‘The Witcher 3: Wild Hunt’.

Narrar una historia que empatice con el jugador y mantenga el ritmo sigue siendo el talón de Aquiles de Bethesda

Bethesda se caracterizada por crear enormes y abrumadores mapeados que juego a juego han visto ampliado su terreno pero también el nivel de inmersión. ‘Fallout 4’ no iba a ser menos y lo aprendido en particular con ‘Skyrim’ ha servido de lección para que el estudio transmita una sensación de realismo, pero también de peligro e inseguridad, como pocas veces hemos visto en un sandbox RPG o el marco de un mundo posapocalíptico.

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Las misiones mantienen la esencia “made in Bethesda”. Cumpliremos encargos ya vistos en anteriores trabajos en cuanto a mecánicas. Nos hubiera gustado ver cierta evolución en este aspecto, más aún si tenemos presentes otros títulos aparecidos a lo largo del año y que nos permiten afrontar las llamadas “quests” de diferentes formas, cosa que no siempre funciona en ‘Fallout 4’.  Esto se traduce en un ritmo que fluctúa demasiado, en las misiones principales, encontrando muchas veces el atractivo en las de carácter secundario. Aún así, se ha visto mejorada la narrativa si atendemos a proyectos pasados del estudio.

El sistema de diálogos ha cambiado por completo, apostando más por la vertiente cinematográfica. Las elecciones durante las conversaciones, similares a la clásica rueda de ‘Mass Effect’, ofrecen secuencias fluidas y entretenidas de seguir, aunque algo carentes de profundidad.

La trama se cocina a fuego lento, tal vez demasiado, no siendo hasta con varias decenas de horas a la espalda (entre encargos principales y secundarios) cuando empieza a coger fuerza e intensidad.

Sensación de libertad

Ágil e intuitivo. Así es como podríamos definir ‘Fallout 4’ en cada uno de sus apartados, tanto en lo jugable como en lo narrativo. Poco tiempo, apenas unos minutos, nos llevará darnos cuenta de los cambios introducidos en lo que al control del personaje y la interacción de éste con el mundo para ser conscientes de que una de las principales novedades del RPG reside precisamente aquí.

Fallout 4

La personalización de nuestro equipo es casi infinita

El gunplay deja latente los consejos que ha recibido Bethesda por parte de Id Software, responsables de ‘DOOM’, a la hora de afrontar los numerosísimos encuentros que presenciaremos a lo largo de la aventura. Aunque el VATS seguirá siendo una parte importante de los enfrentamientos – y con algunas mejoras de por medio para recordarnos su gran utilidad -, éstos han ganado en fluidez y sobretodo en comodidad a la hora de meternos de lleno en tiroteos intensos, y que para más inri han visto aumentados el número de enemigos que aparecen en pantalla; el adecuado uso que se le da a las coberturas y detalles estratégicos como la destrucción de ciertos elementos para ganar terreno. Mismo caso también para todo lo relacionado con nuestra interacción con el mundo, en especial a la hora de hacernos acopio del gran número de objetos a recoger en rivales caídos, mesas, baúles, etcétera. Ahora bastará con pasar por encima el puntero del enemigo/objeto  para recoger aquello que contenga, primando aquellos útiles más importantes y por ende agilizando su adquisición. Un característica muy sutil, pero que denota el mimo puesto por parte de Bethesda en cuidar cada detalle.

La libertad de acción es la “banda sonora” que martilleará durante centenares de horas nuestras cabezas a lo largo de Boston. El lema “ve a dónde te plazca, cuándo te plazca” es llevado a nuevos niveles en Bethesda gracias a las interminables tareas por realizar, de índole no obligatoria, gracias a no solo a la inmersión argumental sino también a otros peones que saben jugar perfectamente su papel como los eventos dinámicos en ciudades o el desolado paraje, además de la siempre adictiva exploración de nuevas edificaciones descubiertas, ahora más variadas y con secretos en su interior. ¿A quién no le pica el gusanillo por adentrarse en unas minas de antes de la guerra abandonadas ahora a su suerte?

Fallout 4

Bethesda apuesta por una estética mucho más cinematográfica

El crafteo, tanto de armas como de nuestro propio asentamiento es tan sencillo como profundo. El juego dará una gran importancia a éste durante el comienzo de la aventura, y aunque no es imprescindible, se hará lo suficientemente atractivo para convencer a los usuarios seguidores, o no, de esta propuesta; dando lugar a medida que avance la obra a auténticas fortificaciones y armamento de todo tipo, siendo la envidia de todo Boston. Eso sí, el nivel de objetos, herramientas y demás parafernalia para ello que encontraremos repartido por el escenario es ingente.

Las ciudades son lugares vivos, todo Boston lo es. Abundarán personajes entrañables, con especial atención a los que conocemos en la trama principal y con los que interactuar ya sea para un mero intercambio, acoger en nuestro fuerte o hacer su vida un poco más llevadera.

La subida de niveles, ahora mucho más inspirada que en ‘Fallout 3’ gracias al gran número de misiones por completar es ágil y entretenida. El ya conocido sistema S.P.E.C.I.A.L y con una maestría increíble como es de sobra conocida la franquicia en el uso de nuevas habilidades, nos permitirá crear una amplísima variedad de personajes en función de la adquisición de perks. No veréis dos PJs iguales.

Por desgracia se han perdido varios elementos por el camino que no terminarán de gustar a los más acérrimos fans de la marca. El sistema de karma es casi anecdótico por no decir inexistente o la ausencia de reparación de equipo (salvo para la servoarmadura) son algunos ejemplos. Hay elementos RPG, obvio; pero todo queda más enfocado hacia la acción.

La obsesión por el detalle es una de las marcas estrella de Bethesda, y en Fallout 4 no decepciona

Postales de contrastes

Llegamos a uno de los apartados más polémicos. Sin querer ahondar en polémicas, diremos que ‘Fallout 4’ es uno de esos juegos que entra por los ojos, aunque por su grandeza artística, no así por ser puro músculo técnico. La obra nos deja instantáneas francamente para enmarcar, sumando increíbles enteros con el uso del clima dinámico. Casas, frondosos bosques, ahora muertos; ciudades que destacan por el uso de sus coloridas luces… Cada nuevo lugar se nos quedará grabado en la retina gracias a su impacto y dirección visual que recoge con acierto una civilización desolada anclada en los años 40 con elementos futuristas.

No ocurre lo mismo con lo puramente técnico y que deja una sensación agridulce. Mientras que en términos de iluminación o distancia de dibujado puede rallar lo notable; lo referente a la IA y su uso con los compañeros o las animaciones nos ha decepcionado. Fruto todo ello de llevar al límite un motor como el de ‘Skyrim’, ya explotado en 2011 y que ahora sí muestra claros signos de agotamiento. Es en especial lo relacionado a las casi robóticas animaciones faciales, respuestas de los enemigos, errores en las secuencias conversacionales y la correspondiente dirección de éstas lo que acaba afeando el conjunto.

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En cuanto a su rendimiento tenemos una de cal y otra de arena. En PC el título es escalable a cualquier equipo que cumpla los requisitos, gozando de un grandísimo trabajo de optimización; destacando que no será difícil llevarlo hasta las 60 imágenes por segundo – y son una auténtica gozada si atendemos a la magnitud del mapa y su detalle - , resolución FULL HD y casi todas las opciones maximizadas si contamos con un ordenador de gama media. En consolas, experiencia limitada a 1080p y 30fps, encontramos un decente trabajo en texturas o distancia de dibujado, aunque con molestas ralentizaciones que se repiten a menudo durante los enfrentamientos y una vez entramos en nuevas zonas. El apartado sonoro queda redondeado por un doblaje al castellano notable; pero en el que sobresalen con fuerza los incontables temas de época diseminados en varias estaciones de radio, y por supuesto la banda sonora ambiental a cargo de Inon Zur.

Un viejo amigo que regresa mejorado

‘Fallout 4’ es posiblemente el mejor sandbox RPG  en cuanto a posibilidades que existe hasta la fecha. El nivel de inmersión logrado por Bethesda con incontables detalles y secretos a lo largo y ancho de Boston, una jugabilidad tan ágil como adictiva y la libertad para poder hacer -  y crear – todo aquello que nos plazca son buenos ejemplos de ellos.

No obstante, mientras que la sensación de diversión será una constante durante la casi infinita duración del producto, también están presentes sentimientos encontrados relacionados con el encontrarnos con un ‘Fallout 3’ mejorado, sin grandes alardes; y que recoge elementos que funcionaron a la perfección en el salto que supuso ‘Skyrim’ con respecto a la saga ‘The Elder Scrolls’.

Fallout 4

El gunplay ha ganado en agilidad y diversión

Esto, sin ser del todo negativo, aleja a ‘Fallout 4’ del factor sorpresa que supuso la aventura nórdica allá por 2011 o la propia tercera entrega de la saga posapocalíptica. Hablamos de carácterísticas jugables que sirvieron de inspiración a estudios y que por ende un punto de inflexión en desarrollos posteriores. Lo nuevo de Bethesda es un producto sobresaliente, el más completo sandbox en el género del rol como ya hemos mencionado; pero al que hay que exigirle más. No nos olvidemos que en cierta manera Bethesda no compite contra otros estudios, sino contra sí misma. La fórmula continuista y determinadas decisiones técnicas y jugables son las principales responsables de ello. Aún así, nada va a impedir que pasemos una larga temporada en Boston, conociendo a sus carismáticos personajes, perdiéndonos en centenares de edificaciones, dando rienda suelta a nuestra imaginación creativa en el  asentamiento o creación de armas. Boston es un paraje en el que, a pesar de las circunstancias en las que se encuentra, merece la pena quedarse a vivir al menos unos meses.

9

Lo mejor

Crafteo sencillo, profundo y con infinitas posibilidades

El grandísimo número de tareas a realizar

La recreación de Boston, cargada de matices y detalles allá por donde pasemos

Sobresaliente apartado artístico

Gran optimización en PC para lograr 60fps y buen acabado técnico en casi cualquier equipo

Lo peor

La trama principal tiene demasiados altibajos y no termina de conectar con el jugador

Técnicamente es irregular

La ausencia de ciertos elementos RPG y marca de la saga no gustarán a los fans más acérrimos

A falta del parche de turno, la versión de consolas ofrece ralentizaciones demasiado a menudo en combates multitudinarios y al entrar en nuevas zonas

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