Análisis Doom

De vuelta a los infiernos

Pulsa un botón. Un menú simple nos presenta las tres opciones que nos da el título y de las que os hablaremos de forma individual. Ese es el recibimiento que nos da 'DOOM' y, aunque la primera impresión es un tanto desaliñada y sosa, a partir de aquí todo cambia. Pero antes de hablaros de las tres grandes vertientes del juego, quisiéramos adelantarnos un poco a lo habitual y hablaros de aquello que tienen en común.

'Doom' es un título que rinde extraordinariamente bien. En las larguísimas sesiones de juego que hemos jugado no nos hemos encontrado con ningún bajón de frames perceptible ni durante los más tensos tiroteos de la campaña ni durante las sesiones multijugador más intensas. Todo ello además con momentos en los que la cantidad de objetos en movimiento llegaron a ser tales que el estrés llegó a apoderarse de nosotros. Si bien es cierto que esto lo logra gracias a unos tiempos de carga algo mayores a lo deseable y a algunas texturas bastante mejorables, el aspecto artístico del juego es bastante más bello de lo esperado de una incursión a Marte y al Infierno. Como contraparte, los personajes están excelentemente detallados y animados y os podemos asegurar que la variedad es bastante amplia.

Antes de pasar ya a hablaros de las tres ofrendas al Infierno que nos trae Bethesda, nos gustaría comentar un último aspecto general del juego. 'Doom' nos ofrece una variedad musical acorde a la situación: desde el simple sonido ambiental durante los momentos más relajados, al puro thrash metal combinado incluso con algo de dubstep para los combates más duros. Todo ello con sonidos que reconoceremos rápidamente y en muchas ocasiones podrán llegar a atemorizarnos y no porque el sonido sea horrible, si no por lo que sabes que significa al oír acercarse ese grito.

Un reto a la altura de los más habilidosos

Cuando un jugador experimentado piensa en 'DOOM' es muy probable que piense en tres cosas: secretos, demonios y vísceras. El PEGI 18 de la portada ya nos hace pensar que esto último cumple. Como ya fuimos viendo en los distintos tráilers, el personaje ha ganado la habilidad de rematar de forma extremadamente violenta a sus enemigos después de haberlos debilitado para así ahorrar munición. Pero esa no es la única función de los remates. Para aquellos que les pueda parecer algo que quizás a la larga se pueda hacer repetitivo, comentar que todos los enemigos tienen su propia animación y que todos los enemigos habituales tienen entre 2 y 5 animaciones distintas dependiendo de la posición del jugador respecto al tambaleante enemigo.

Y hablando de enemigos, tal y como pensamos, muchos demonios. Todos son demonios. Poseídos, almas perdidas, cacodemonios, barones del infierno... todos los grandes clásicos han vuelto reimaginados tanto en la forma de atacar como en aspecto. Y los veréis de bien cerca en muchas ocasiones. Ya sea cuando les arranques la cabeza a puñetazos o cuando te arranquen uno de tus brazos y te golpeen con él hasta la muerte. Una muerte que vais a ver en bastantes ocasiones.

Porque si, 'DOOM' no es fácil. La nueva entrega es un título de combates frenéticos sin coberturas, sin regeneración automática de vida y donde tu mejor defensa será un buen ataque. Y no parar quieto. Y matar sin parar a todo aquel que se te cruce por delante o por detrás. O ten cuidado que te están flanqueando. Cuidado que por arriba se te acerca un Revenant volando. Oh, sí. Por suerte, antes y después de cada batalla hay checkpoints... en los niveles de dificultad más normales. En los niveles más difíciles la cantidad de checkpoints disminuye. Y en la última dificultad, directamente es permadeath. Una sola vida para pasarte toda la campaña. Campaña que ni tan siquiera es corta ni yendo directamente sin entretenerte en los secretos. Ah sí, no os hemos hablado de los secretos, claro.

Mucha exploración entre combates

Si la campaña sin entretenerse demasiado puede durar entre 10 y 15 horas dependiendo de la dificultad, el tercer pensamiento del jugador experimentado entra en juego: los secretos. Todas las misiones tienen zonas secretas y coleccionables. Las 13 misiones de las que se compone el juego nos dan total libertad entre combate y combate para explorar en un estilo que puede recordar a títulos más de exploración en primera persona como es el clásico de Nintendo 'Metroid Prime'.

Con secciones que incluso desafiarán nuestra destreza plataformera para alcanzar ciertos lugares que a primera vista pueden pasar desapercibidos, los premios pueden variar: muñequitos de marines de 'DOOM', runas, munición, potenciadores, armas ocultas, contenedores de argent, chips de traje, información adicional, ... pero, ¿sirven de algo todos estos secretos? Eso depende de qué sea lo que encuentres. Algunos de estos secretos te permitirán aumentar tu salud máxima, o la munición máxima. Otros te permitirán personalizar tus armas o tus habilidades pasivas, por lo que la exploración premia al jugador ofreciéndole facilidades de cara al combate.

Pero además de todo esto, algunos de estos secretos desbloquean ciertos pequeños desafíos opcionales que a su vez te dan equipables que puedes mejorar realizando ciertas acciones durante la campaña. Con cerca de la veintena de estos desafíos, añaden un extra jugable más allá de las 13 misiones de la campaña. Pero aquí no acaba la cosa. Algunos de estos secretos también desbloquean un visor de modelados e incluso más misiones extra que prefiero no desvelar pero que los amantes de los juegos originales os aseguro que os gustará el detalle. Incluso hemos llegado a encontrar un ordenador en una misión que al interactuar con él, te permitía jugar a un minijuego de puzzle muy famoso.

Un multijugador demasiado previsible

En definitiva, la vida de la campaña se alarga mucho más gracias a una serie de coleccionables que además premian mucho al jugador, ya que por desgracia, en términos de la historia, flojea mucho en este aspecto y sirve como simple excusa para divertirse masacrando demonios mientras exploras instalaciones científicas. la superficie de Marte y el mismísimo infierno.

La segunda opción que nos da el título es su multijugador competitivo. Pero, a diferencia de la campaña, aquí el título deja de lado toda esa espectacular calidad que desprende la acción individual para convertirse en un simple shooter multijugador por equipos más. Los escenarios no se sienten del universo 'DOOM' y los modos son los más básicos: matanza por equipos, rey de la colina, una versión variable del rey de la colina y un modo supervivencia camuflado como congelación.

No existen modos multijugador que no sean por equipos y las partidas no se pueden personalizar. Además de todo esto, la inexistencia de pantalla partida o bots para jugar tampoco ayuda a un multijugador que, si bien no está desequilibrado o roto, no se siente que pertenezca al mismo juego. En ocasiones me ha dado la sensación que en realidad estaba jugando a 'Halo' y solo la transformación tras recoger una runa me ha recordado que estaba tras los mandos de un marine de 'Doom'.

Sacando nuestro lado creativo con Snapmap

Las transformaciones demoníacas pueden parecer un atractivo interesante que pueda cambiar algo el juego pero en realidad no deja de ser como en 'Star Wars: Battlefront' y sus transformaciones en héroes con habilidades especiales. Y con tan solo cuatro demonios en los que transformarte (Revenant, Barón del Infierno, Mancubus y uno que ni tan solo sale en la campaña) la novedad acaba por desgastarse muy rápido. En definitiva, aunque el multijugador es correcto y está pulido, se siente que está ahí para tratar de contentar a un sector del videojuego potencial que busca experiencias multijugador competitivas por encima de aventuras individuales.

La última opción que vemos en el menú inicial es Snapmap. ¿De qué se trata? Este modo es una herramienta creativa para dar riendas suelta a tus propios escenarios de juego, ya sean individuales como multijugador. Se trata de una herramienta bastante completa y compleja que requiere de la obligada asistencia a los diversos tutoriales que se encuentran dentro del editor para poder crear escenarios interesantes con soltura.

Y sí. Habéis leído bien. Individual y multijugador. La herramienta permite crear tus propias pantallas de 'DOOM' posicionando enemigos, añadiendo jefes, llaves, objetivos, música... Una herramienta que incluso permite la creación de pantallas cooperativas contra hordas infinitas. Pero no es oro todo lo que reluce. Como hemos comentado, es bastante complicado de entender, aunque una vez comprendido se pueden hacer auténticas "virguerías". En este sentido, sería más similar a 'Little Big Planet' que a 'Super Mario Maker'.

Además, a la hora de crear los mapeados todo está dividido en salas prediseñadas que puedes ir uniendo para crear tu escenario o... laberinto incluso, si lo prefieres. Por lo tanto, las opciones están limitadas, aunque hay muchísimas salas posibles de tamaños muy variados. Y por supuesto, esta herramienta no sería nada interesante si no fuera porque detrás hay toda una comunidad que puede publicar sus obras y donde puedes descargarte tus creaciones favoritas o jugar directamente sin descargar.

Una de cal y una de arena. Así podría resumir como es 'DOOM'. Una excelente campaña para un jugador con espíritu old-school acompañado de un multijugador meramente anecdótico y una poderosa herramienta creativa que aumenta las posibilidades del título en tu vertiente favorita.