Análisis Destiny 2

(PS4, One)

Estás en: JuegosAdn > PS4 > Análisis > Destiny 2 (PS4, Xbox One)

Destiny 2: Un paso hacia delante, pero no una revolución

Con Destiny 2, Bungie perfecciona la fórmula del juego original, aunque no la reinventa. Los que disfrutaron convirtiéndose en guardianes tienen motivos para volver.

Plataforma analizada: PS4
20/09/2017 13:17
¿Cuánto se habrá hablado del fenómeno Destiny en los últimos cinco años? Hemos escrito páginas y páginas de información sobre un proyecto que estaba llamado a revolucionar la forma en la que jugamos a videojuegos. El propósito original de Bungie y Activision se quedó a medio camino y aunque pasamos cientos de horas disfrutando de su contenido lo cierto es que el resultado final nos dejó un sabor agridulce. Su secuela aterriza tres años después para resetear nuestra partida después de una gran reforma y es que con Destiny 2 no hemos cambiado precisamente de casa, nos la han arreglado de arriba a abajo; nos hemos encontrado con un gran cambio, pero no con una revolución. Analisis Destiny 2.
Destiny 2

Destiny 2

Destiny 2: Construyendo encima de unos sólidos cimientos

Con casi dos semanas con Destiny 2 en el mercado y decenas de horas en las que lo hemos pasado en grande, ya nos sentimos preparados para lanzar conclusiones sobre  el esperado lanzamiento de Bungie para PS4 y Xbox One (que llegará a PC el 24 de octubre) y es que la gran cantidad de contenido que nos espera con nuestro guardián requiere de tiempo, mucho tiempo para no precipitarse con las valoraciones. La secuela de uno de los juegos más adictivos que hemos probado en consola por fin ha llegado, con ella, una inmensa campaña de marketing y por ello, como ocurrió con el lanzamiento del primero en 2014, todo son dudas que deben ser despejadas. 

Pero antes de entrar en materia, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de la "fórmula Destiny"? Lo que nos ofrece Bungie es un shooter online con mucha exploración en un mundo con zonas conectadas con otros jugadores de todo el mundo. No es un MMO al uso, porque no convivimos permanentemente con otros jugadores (sólo en ciertos lugares y en ciertos momento), aunque la cooperación con otros guardianes será fundamental para disfrutar de todo el contenido high-end que nos ofrece el juego. El pilar principal que hace de Destiny una propuesta tan adictiva es el looteo permanente de equipo durante todo el juego; cualquier enemigo puede solar un arma o pieza de armadura con la que podemos mejorar a nuestro guardián, pero solo las pruebas más desafiantes darán como recompensa el mejor equipamiento.

Es este factor es el que consigue mantenernos atrapados durante decenas de horas, algo muy parecido a lo que hace Diablo III: los jugadores nos vemos recompensados casi a cada paso que damos evolucionando a nuestro guardián todo lo posible. Sin embargo, esta fórmula, heredera de años y años de experiencia en el seno de Activision Blizzard, no sería nada si no estuviera rodeada de la magnífica jugabilidad creada por Bungie, que han sabido cultivar a fuego lento después de una década detrás de la saga Halo. Por ello, Destiny y su secuela no beben solo de una brillante y adictiva fórmula basada en las recompensas continuas, sino de ser un shooter con letras mayúsculas en el que cada enfrentamiento con las hordas de enemigos controlados por la IA es más satisfactorio que el anterior. 

Imagen asociada al video 37995

Como juego de acción, Destiny 2 tiene poco que envidiar a nadie

Destiny 2 mantiene precisamente eso, un gunplay de oro con el que no nos cansaremos de darle al gatillo solos o en compañía y un nivel de adicción enorme basado en la progresión de nuestro personaje. Sin embargo ahora todo lo que lo rodea está mucho mejor estructurado para que el resto de experiencia sí esté a la altura, dejando claro al jugador lo que puede hacer en cada momento o los lugares que puede visitar, sin contar con que la narrativa y el ritmo en esta ocasión están mucho mejor llevados. La ambientación que rodea a la epopeya de Destiny sigue estando un nivel por encima de la trama en sí que se nos cuenta, pero al menos ahora nos hemos encontrado con personajes mucho más elaborados y una historia más fácil de seguir, sin grimorios de ningún tipo de por medio, ni apps que valgan.

Nos hemos encontrado con personajes mucho más elaborados y una historia más fácil de seguir, sin grimorios de ningún tipo

La aventura de Destiny 2, como ocurría con el juego original, tiene dos pieles: la que vemos cuando tomamos posesión de nuestro guardián, completamos la campaña principal y vamos subiendo de nivel (ahora es nuestro personaje el que progresa, sin tener en cuenta piezas de armadura) y la que descubrimos cuando alcanzamos el nivel 20. Cuando alcanzamos el tope de nivel con nuestro personaje, ya solo podemos aumentar nuestro poder a través del codiciado y escaso equipamiento, el más difícil de conseguir del juego y para el que habrá que aliarse con otros jugadores en Asaltos e Incursiones. Hasta ese momento, Destiny 2, con su campaña, es un tutorial en el que vamos aprendiendo cómo funciona todo, descubriendo la historia y el propio mundo que nos rodea, preparándonos para lo bueno de verdad, de lo que hay mucho y bueno por descubrir.

Esa primera capa de contenido que consumiremos durante las primeras horas ahora es mucho más disfrutable que en el Destiny original. La principal razón es que aunque la acción se distribuye en diferentes planetas, ahora no tenemos que estar entrando en órbita continuamente para ir y volver a la Torre (con sus intermindables tiempos de carga); se nos van abriendo nuevos "campamentos itinerantes" desde los que nos embarcaremos en diferentes misiones y encargos que forman la propia campaña. Tendremos que caminar y explorar cada rincón más que nunca, porque el colibrí no estará disponible desde el principio, pero nada exagerado, porque además tenemos ciertos puntos de teletransporte que falicitan las cosas. ¿La originalidad de las misiones de campaña? No es que las tareas que tengamos que llevar a cabo estén demasiado inspiradas, de hecho a veces se repiten demasiado, aunque Bungie ha sabido darle un ritmo frenético a la narrativa, intercalando cinemáticas con momentos épicos y conversaciones con algunos diálogos bastante inspirados (todo ello en perfecto castellano).

Destiny 2

Destiny 2

Una campaña mucho más disfrutable que en la primera entrega

Ahora en cada zona están mucho más diferenciadas las misiones con las que hacemos avanzar la campaña de los encargos secundarios o los eventos públicos, de tal manera que ya no tenemos esa sensación de caos total y de no saber a dónde ir, como en el primer juego. El progreso del personaje durante la campaña, cuando subimos nuestros primeros niveles es mucho más rápido que antes, con recompensas continuas, lo que realmente invitará a seguir jugando a los jugadore noveles, aunque a nivel 20 todo cambia: cada vez se hace más difícil subir nuestro poder y cada nueva pieza de equipo superior es un tesoro que saborear. No será hasta pasadas las 20 horas de juego, cuando de verdad podremos sacarle todo el partido a Destiny 2 y su contenido high-end.

Cuando ese momento llegue, será momento de olvidarse de la campaña, que como decimos, sirve más bien de tutorial, y descubrir todo lo que Destiny 2 nos ofrece. Tendremos a nuestra disposición todos los planetas desbloqueados para explorar con libertad y completar una gran cantidad de misiones, como las Aventuras o los Sectores perdidos, en busca de grandes recompensas; los Eventos públicos que aparecerán en distintas zonas del mapa y por supuesto, el contenido centrado en el juego cooperativo. Hablamos de los Asaltos o los Ocasos, ideados para jugarse en compañía de otros dos jugadores y en los que honestamente, creemos que más se disfruta de la "fórmula Destiny"; aunque los más valientes también encontrarán las Incursiones (la primera ya está disponible), raids para seis jugadores con puzles, plataformeo y que suponen el mayor desafío del juego. ¿No te pones de acuerdo con nadie para completarlas? No hay problema, en Destiny 2 podemos hacer uso de un nuevo sistema de matchmaking para que no haya excusas para perderse este contenido. 

Tampoco nos olvidamos del Crisol, el multijugador competitivo de Destiny, que vuelve a estar disponible, pero que ha sido renovada de arriba a abajo para hacer las partidas mucho más frenéticas. ¿Cómo lo han conseguido? Reduciendo el número de integrantes de cada equipo a cuatro y al mismo tiempo haciendo los mapas más pequeños. El resultado es mejor que lo que vimos en Destiny, pero tenemos la sensación de que sigue tratándose de contenido secundario y que de verdad donde está el core del juego es en el cooperativo. Las partidas en el Crisol son una buena alternativa para "desconectar" de la propuesta de Destiny 2 sin tener que salir del juego y lo cierto es que de vez en cuando no está mal medir nuestras fuerzas contra jugadores reales en tiroteos. Si a ello le sumas las atractivas recompensas en forma de equipo que podremos conseguir, sí, hay motivos para dejarse caer por el Crisol.

Destiny 2

Destiny 2

Mantiene lo que funciona y lo mejora, pero arriesga muy poco

Hemos hablado de que Destiny 2 es todo lo que nos gustaría que hubiera sido su predecesor en su lanzamiento. Esta secuela mantiene intacta la base del juego original que tan bien funcionó y en ese saco metemos su apabullante diseño artístico, de lo mejor que hemos visto en un videojuego en cuanto a ciencia ficción. Destiny 2 introduce nuevas localizaciones y planetas que nos ha encantado descubrir y que visualmente lucen muy bien, sin embargo técnicamente se echa de menos un salto respecto al juego de 2014, sobre todo tras comprobar que el juego llega en consola a 30FPS respecto a los 60FPS de PC que pudimos probar en la beta. La diferencia de fluidez entre las versiones de consola y PC es notable y también lo es el acabado visual, que en compatibles luce muy por encima, incluso en equipos de gama media y parece que estará muy bien optimizado. 

Tras varias decenas de horas jugadas a las espaldas: es todo lo que debería haber sido el juego original cuando llegó al mercado en 2014

Hasta aquí todo, bien: tenemos un juego que expande y mejora la experiencia que vimos en el juego original. Entonces, ¿cuál es el problema? Precisamente lo poco que Bungie ha arriesgado con la "fórmula Destiny", en lo que más bien parece una expansión gigante que una secuela como tal. La experiencia es mejor a todas luces, pero la propuesta es idéntica que la que descubrimos en 2014 y algunas decisiones, como mantener las mismas clases de personajes y no introducir ninguna raza nueva de enemigos, no tienen explicación. Recibimos con los brazos abiertos todas las mejoras, pero sin olvidarnos de lo que estamos pagando por ellas: el precio completo del nuevo juego base + el pase de temporada con los DLC de contenido de los próximos meses. Por lo tanto, dar el salto a Destiny 2 será muy satisfactorio para todos aquellos que invertimos cientos de horas en el juego original, pero no será nada barato

Podemos refrendar lo que se viene diciendo por ahí de Destiny 2 tras varias decenas de horas jugadas a las espaldas: es todo lo que debería haber sido el juego original cuando llegó al mercado en 2014, que por otra parte fue un juego notable que cambió muchas cosas en la industria del videojuego. Destiny nos dejó un sabor amargo a largo plazo, con una trama poco aprovechada y algunas decisiones poco acertadas en cuanto a la distribución de zonas, misiones, etc. Destiny 2 solventa muchos de esos problemas, cogiendo la interesante fórmula original creada por Bungie y perfeccionándola para que la experiencia jugable sea todavía mejor, sin embargo no es revolucionario. Todo lo contrario, es bastante conservador y continuista, por ello muchos ya dicen -y no les falta algo de razón- que Destiny 2 podría haberse lanzado como una gran actualización unida al lanzamiento de una nueva expansión de contenido, como las que venimos recibiendo en los últimos años, y no una secuela por la que haya que pagar un precio completo. 

Destiny 2

Destiny 2

Más madera (y mejor) para millones de guardianes

Destiny 2 no toca lo que ya funcionaba en el juego original: una jugabilidad y un control muy pulido -de lo mejor que vas a encontrar en shooters- la sensación de permanente recompensa al jugador con equipo nuevo o un diseño espacial y artístico de niveles sobresaliente. Si además lo puedes jugar con amigos, mucho mejor y es que aunque se disfruta mucho jugando solo, la cooperación en las desafiantes raids eleva muchísimo la diversión. Sin embargo, pese a que disfrutaremos la ingente cantidad de contenido que nos vamos a encontrar durante decenas de horas, es difícil sorprenderse tanto como con el juego original, lo que debería suponer un serio aviso a Bungie y Activision de cara a la próxima entrega de la saga, a riesgo de terminar de estancarse en su propia fórmula. 

Dicho todo lo anterior, puedes encarar el lanzamiento de Destiny 2 desde varias perspectivas: jugaste al primero y le dedicaste decenas o cientos de horas; en ese caso apuesta por él porque no te equivocarás, todo es mucho "más y mejor". Si por el contrario no jugaste al Destiny original pero este te llama la atención, no te preocupes; la secuela puede ser un punto de partida perfecto y no es que sea precisamente un impedimento conocer con detalle la trama anterior. Por último, si jugaste a Destiny, pero no te convenció la propuesta de juego conectado, cooperativo con amigos, looteo masivo de equipamiento y una historia con poco peso en el cómputo global, no creemos que Destiny 2 vaya a hacerte cambiar de opinión.

8

Lo mejor

Perfecciona la fórmula; una gran ocasión para descubrir Destiny

Jugablemente es una delicia

Cantidades ingentes de contenido + lo que está por llegar

Sabe recompensar al jugador continuamente y hacer que siga jugando

Lo peor

Si queremos seguir disfrutando del próximo contenido, tocará volver a pasar por caja

Muy, muy continuista respecto al juego original; arriesga poco

Si no te convenció el juego original, esta secuela no te va a hacer cambiar de opinión

¿Cómo analizamos?