Análisis Darksiders III

Darksiders es uno de los nombres que es inevitable pensar cuando hablamos de juegos Hack and Slash. Ahora, con la tercera entrega, podemos ponernos en la piel de Furia, una auténtica jinete del apocalipsis y probablemente la más despiadada de todas. Al jugar a Darksiders III he notado muchas diferencias con la segunda entrega, que tenía a Muerte como protagonista. Fragmentaremos este análisis en varias partes, donde me centraré en analizar el contenido del juego tanto para el que viene de disfrutar de Darksiders 2, como para el que se sumerge en la saga por primera vez.

La historia

Las puertas del inframundo se han abierto y los siete pecados capitales han roto sus cadenas. Nuestra misión como jinete del apocalipsis es derrotar a cada uno de ellos y poseer sus almas para librar a la Tierra de su reinado. Básicamente esa es la historia que se nos presenta en los primeros diez minutos de juego, donde Furia se ve encargada del cometido de someter a cada uno de los pecados capitales.

La historia no tiene mucha chicha, es una de las cosas en las que flojea esta entrega. La narración es muy episódica y se acaba resumiendo en: “Encuenta a este pecado, mátalo, encuentra a este otro, mátalo… etc.”. Sí que es verdad que entre la historia principal asoman algunas tramas secundarias que nos permitirán mejorar el equipo y aprender nuevos poderes, pero básicamente la línea argumental del juego sigue ese ritmo.

Para el jugador algo más casual esto se agradece, porque podrá seguir con mayor facilidad el transcurso de la historia, sin embargo sí que se pierde un poco la sensación de progreso. A pesar de todo, al final el diseño de los Pecados sí que invita a recorrer los escenarios para toparse con ellos, cada uno tiene un toque especial muy acorde con su condición de Pecado Capital. La Avaricia por ejemplo lleva a sus espaldas un gran saco con tesoros y en su pelea estará todo el rato saltando e interactuando con los objetos que ha ido almacenando en su guarida.

La narración argumental tan episódica puede parecer aburrida, pero el diseño de los personajes compensa la ausencia de profundidad en la trama. Cada uno tiene su actitud personal, siempre con un toque de humor en esta entrega de la saga.

Jugabilidad

Sin duda el punto fuerte de la entrega. Darksiders 3 ofrece toda la acción que se puede esperar de un juego Hack and Slash, largos combos y acrobacias por doquier que te ayudarán a enfrentarte a los demonios de forma muy espectacular. Pero en este Darksiders vemos una notable novedad con respecto a las anteriores entregas.

Darksiders 3 apuesta por un combate mucho más meditado que a lo que nos tiene acostumbrados la saga. Una pega que a menudo se le ponía a Darksiders 2 era que en algunos contextos el combate se reducía al aporreo masivo de botones. Tampoco es que esto sea raro en un Hack and Slash, en todos los casos siempre destaca el buen jugador por aprovecharse de los combos y demás mecánicas frente al más casual que se limita a repetir X comandos.

Ahora ojo, la cámara en Darksiders 3 puede jugarte varias malas pasadas. Es sin duda lo peor del combate ya que muchas veces te verás obligado a estar más preocupado de dónde está la cámara que del propio combate en sí. Puedes alternar la manera de fijar los objetivos, pero se echa de menos una reacción más rápida de los controles ya que, en este juego, si te emboscan puedes morir en cuestión de segundos.

En Darksiders 3 el combate va por otra vía si lo comparamos con entregas anteriores. Aquí no puedes subestimar a ningún enemigo, mucho menos si te los encuentras en grupo. Siendo el combate tan frenético como es, a veces incita a ir un poco a lo loco y sembrar el caos, pero ojo, porque ir como un pollo sin cabeza te costará la vida en la mayoría de los casos. Aquí hay una clara referencia, concretamente a Dark Souls, me estaba mordiendo la lengua pero es que hay que decirlo.

Darksiders 3 apuesta por un combate mucho más parecido a como lo plantea From Software en la saga Souls. Furia es mucho más rápida y ágil que un no muerto de Dark Souls, pero cualquier enemigo que te pille por sorpresa puede convertirse en lo último que veas. La muerte no acecha en cada esquina como pasaba en Lordran, pero sí que es aconsejable cambiar el chip a modo Dark Souls cuando se juega a Darksiders 3.

Escenarios

Otro aspecto donde veo reflejada la filosofía de From Software. En Darksiders 3 el diseño de niveles no se siente tan completo como Dark Souls, pero sí que bebe de la misma vertiente. Los escenarios están conectados y existen un montón de atajos que te permitirán avanzar más rápido y controlar más los puntos de guardado. Cada zona que exploras se siente como un conjunto, no pasa con el mapa completo pero sí es verdad que cada “nivel” te invita a investigarlo a fondo y descubrir todos sus caminos secretos.

Otra cosa que hace bien Darksiders 3 es utilizar los escenarios al estilo “Metroidvania”, me explico: Cuando llegas por primera vez a un escenario te darás cuenta de que habrá lugares a los que no puedas acceder con las herramientas que tengas en ese momento. Será durante el progreso natural del juego cuando vayas obteniendo nuevos poderes que te permitirán llegar a esas zonas, antes inaccesibles. Es una forma bastante orgánica de recompensar al jugador curioso y favorecer a la rejugabilidad de ciertas pantallas.

Ahora, una cosa sea dicha, las interacciones con escenarios… digamos que no es lo mejor que tiene el juego. La manera en la que puedes balancearte por ciertas vigas usando las cadenas de Furia me recuerda más a un Prince of Persia del año catapún que a un juego de última generación. No es que funcione mal, pero la mecánica está bastante obsoleta. En general da un poco de pereza ponerse a plataformear en este juego, por suerte, no es que haya muchos niveles de estas características.

Puzles

Un Darksiders sin puzles no estaría completo del todo, y esta tercera entrega vuelven a estar presentes los acertijos de entorno en ciertas mazmorras. A mí personalmente, en un juego tan frenético como este, a veces estos niveles de puzles me dejan algo frío, ya que me alejan de la experiencia de acción que estoy buscando en el juego. Dependerá de lo que te apetezca en el momento, a veces también hay ganas de que el juego te estruje un poco las neuronas y te haga pensar, en Darksiders 2 por ejemplo, los puzles estaban muy presentes en muchos de los niveles.

En Darksiders 3 no hay tanto puzle, pero alguno que otro que me he encontrado si que me ha hecho sentarme y pensar eso de: “Vamos a ver…”. La mayoría de estos puzles se reducen a que estructures una serie de sucesos tal y como ocurre en un “efecto dominó” para que se abra una puerta o portal. No son especialmente estimulantes pero sí que ha habido alguno que me ha hecho pensar, y desde luego vale la pena quemar un par de neuronas dándole vueltas.

Conclusiones

Un Darksiders más metódico. Darksiders 3 te obligará a medir tus decisiones en todo momento, a pensarte dos veces si decides enfrentarte a una multitud de enemigos o tratar de atraerlos uno a uno. Recompensa bastante al jugador hábil, si bailas al son de las mecánicas y te aprovechas para esquivar al enemigo en el momento justo, el juego te brinda lo necesario para hacerte imparable.

Los escenarios, a pesar de ser algo “pasilleros”, cuentan con un montón de zonas a las que acabarás volviendo, y un nivel que creías completado puede demostrarte que tiene mucho más que ofrecer cuando vuelvas con tu set completo de poderes. Por otro lado, te encontrarás con caminos ocultos en escenarios que te llevarán a objetos secretos y humanos que rescatar. En general el juego premia la curiosidad y para disfrutarlo a tope lo mejor es que te tomes tu tiempo para explorar las zonas.

Un juego perfecto si te gusta la fórmula de los Souls y un cambio interesante dentro de la saga Darksiders. Mantiene la esencia de su predecesor y la adereza con un combate más oportunista y en mi opinión, más intenso.