Análisis Dark Souls III

La leyenda del Latente

Ésta se cocinará poco a poco, a través del descubrimiento de objetos, alguna que otra conversación con NPCs y escuetas secuencias; pero por supuesto no esperéis que todo cobre un detalle más allá de lo sutil. El argumento nos pone en la piel de un Latente, un ser que como bien podría ser los Huecos en los anteriores juegos de la serie, deberá buscar su propio camino. En esta ocasión no es otro que derrotar de una vez por todas a los Señores de las Cenizas, quienes con anterioridad habían denegado la posibilidad de pertenecer a tan importante conclave a nuestro personaje.

¿Precuela o punto y final de la trilogía? Eso tendréis que descubrirlo vosotros, pero todo parece indicar que From Software ha optado por narrar una historia que complete el puzzle que comenzara con ‘Dark Souls’ y continuara con su secuela.

Al igual que los personajes y descripciones que encontramos por el camino son importantes para ahondar en el universo de ‘Dark Sousl 3’, no pueden pasarse por alto los escenarios y sus habitantes; también grandes protagonistas de las aventuras. Posiblemente el tercer capítulo numerado de la marca sea el más notable de la franquicia si atendemos a la variedad de niveles, planteamiento, desarrollo y por supuesto criaturas. El elenco de rivales es cuantioso, pero nada, absolutamente nada está puesto en ‘Dark Souls 3’ por casualidad, ya sean útiles o enemigos.

Los escenarios por su parte, se alzan también como un personaje más. Con sus salidas alternativas para acortar distancias de cara a posibles regresos, crueles puntos muertos y callejones en los que seremos presa fácil, o zonas más amplias en las que como no os andéis con ojo seremos cenizas por culpa de quedarnos a admirar el entorno.

‘Dark Souls 3’ ha demostrado que se puede contar una trama en la que el ‘boca a boca’ entre usuarios acaba dándole forma, pero también el prestar atención a todo tipo de detalles. Puede que no pase a la posteridad como una de las experiencias narrativas más intensas de la industria, pero el compendio de elementos jugables – escenarios – personajes, ese triunvirato, vuelve a demostrar que se puede ser muy original a la hora de exponer un argumento más allá de secuencias cinemáticas cargadas de acción.

Lo odiarás, pero terminarás amándolo

¿Por qué jugamos a ‘Dark Souls’? ¿Cómo consigue atraparnos de principio a fin? ¿Qué le vemos para que, aún a pesar de sufrir y perecer una y otra vez, sigamos enganchados a sus mecánicas? Justamente el equilibrio entre dificultad – extrema – y la sensación de superación. Es ahí donde From Software se hace grande, donde se crece a la hora de plantear retos como pocas veces hemos visto en la industria y que, a pesar de que otros estudios traten de imitar, rara es la ocasión en la que tan solo llegan a igualarlos.

‘Dark Souls 3’ es el resultado de años de trabajo, obvio; pero también de una evolución natural en la franquicia. No os vamos a engañar, hay cambios, posiblemente algunos no gustarán a los fans más acérrimos de la IP, pero todo el componente jugable ha sido ajustado hasta niveles enfermizos, y creedme, se nota.

Antes hablábamos de la posición de objetos y enemigos en los mapas, pero centrarnos en ello sería rascar tan solo la superficie. ¿Es entonces ahora más sencillo? No, simplemente se limita a ser menos tramposo, lo cual se traduce en que si has caído al vacío, has acabado con todos los frascos de Estus entre un grupo reducido de enemigos o simplemente te han eliminado, algo estás haciendo mal.

‘Dark Souls 3’ ha ganado en agilidad para todas y cada una de las clases. Ya sea Caballero, Guerrero, Heraldo o Ladrón. El control es ahora mucho más preciso, podremos saber – gracias a la nueva posición de la cámara –  y previo cálculo de la distancia entre el rival y nosotros, si acertaremos o no. Esquivar se vuelve ahora una tarea no solo imprescindible, sino también casi instantánea. La respuesta de los controles, aunando los más que sutiles cambios en la jugabilidad, se traduce en que el mando se convierte casi en una extensión de nuestra mano.

Por supuesto, además de limar ciertas asperezas que se llevaban arrastrando desde la primera entrega – y que al no contar con Miyazaki en ‘Dark Souls 2’ no se ajustaron – también se han implementado cuantiosas novedades. Una de ellas es la habilidad única para cada una de las clases según el set de armas que llevemos equipado. La rejugabilidad es uno de los puntos fuertes de la franquicia, pero en ‘Dark Souls 3’ se lleva un paso más allá. En el saco entran elementos como el uso de la magia, la utilización de los objetos – el título de la serie en el que mayor presencia tienen – pero también la notable variedad entre unas clases y otra, permitiendo que el usuario se encuentre ante una experiencia completamente diferente en función de su elección.

Los jefes no han querido quedarse atrás si hablamos de novedades. Los bosses de ‘Dark Souls 2’ fueron muy criticados en referencia a repetición de patrones y un aspecto que estaba lejos de la imponente presencia de los vistos en el primer capítulo. From Software observa el pasado, el presente y lo adapta para el futuro. Juntad los jefes finales de ‘Dark Souls’ con los de ‘Bloodborne’, ¡voila! Con un tamaño descomunal en algunos de los casos, y unas animaciones que quitan el hipo, ‘Dark Sousl 3’ pone en pantalla el mejor elenco de bosses que hemos visto en la saga, tanto por presencia, diseño y por supuesto dinamismo. En este sentido, el estudio nipón nos “obsequia”, aunque suene mal decirlo, con rivales que alterarán su forma durante el enfrentamiento, haciéndolos aún más imprevisibles y peligrosos.

El Santuario de Fuego se convertirá en nuestro particular Nexo y “oasis” en mitad del desierto. Llegaremos a él en los primeros compases de la aventura, pudiendo viajar a éste cuando nos plazca gracias a las ya clásicas hogueras – contando con una aparición similar a los faroles de ‘Bloodborne’ -. En el Santuario podremos subir de nivel, entablar conversación con algunos NPCs que hemos rescatado, recoger misiones secundarias, mejorar/comprar equipo. Poco que añadir que no sepáis en torno a la subida de niveles en ‘Dark Souls’, ¿verdad? Las almas serán nuestra moneda más preciada. Eliminar enemigos y conseguir objetos que nos otorguen almas extra será nuestro día a día en el RPG de acción. Una vez con el número que consideremos oportuno, tocará asignar puntos a las diferentes estadísticas del personaje.

Belleza y terror se dan la mano

From Software vuelve a dejar claro que no hace falta un apartado técnico de auténtico órdago para lograr una aventura inmersiva. Aunque hay mejoras en el terreno gráfico gracias al uso del motor utilizado en ‘Bloodborne’, el estudio nipón retoma la fórmula de apostar de lleno por un trabajadísimo apartado artístico en el que enemigos y escenarios brillan con luz propia.

Jugado en su versión para PC, no hará falta un equipo potente para poder disfrutar de ‘Dark Souls 3’ con todas las opciones maximizadas a una tasa de 60 imágenes por segundo y 1080p en resolución. En Xbox One y PlayStation 4 nos tendremos que conformar con 900 y 1080p respectivamente, además de 30fps; pero ya os adelantamos que la experiencia de jugar a lo nuevo del estudio nipón a 60 fotogramas por segundo lo convierten en una experiencia visual impactante y mucho más disfrutable.

Si hablamos de sonido, tenemos una banda sonora que aparece en los momentos clave, siendo éstos en especial los referentes a las batallas contra jefes finales. Coros y todo tipo de instrumentos de cuerda hacen acto de presencia para adornar escenarios de una belleza sin igual y enemigos que parecen sacados de las peores pesadillas. En lo que a efectos especial respecta, sin grandes alardes; sobresaliendo tal vez los gruñidos de las espadas y los fuertes golpes de los rivales más grandes.

From Software equilibra la balanza

Tras pasar muchas horas frente a ‘Dark Souls 3’, y sin temor a equivocarnos, el nuevo RPG de acción a cargo de From Software se convierte en el mejor y más rejugable capítulo de la franquicia. Los motivos son evidentes, poco tardaréis en daros cuenta de la grandísima variedad de escenarios, una dificultad más que ajustada y que sigue manteniendo ese concepto de reto constante, además de sumar sutiles novedades en su jugabilidad.

From Software ha conseguido alcanzar un punto que para muchos era imposible: aunar al público hardcore de la franquicia junto a aquel que nunca se atrevió a entrar en ‘Dark Souls’. Es indudable que la influencia de ‘Bloodborne’ está presente, y en cierta manera se ha tomado a éste como conejillo de indias de cara  la enésima entrega de la serie ‘Souls’. Pero os aseguramos que los cambios serán del agrado de todos y cada uno de los fieles fans de la IP.

Se ha ganado en agilidad en los combates, haciéndolos ahora mucho más viscerales a la par que tácticos. Los escenarios derrochan originalidad, con multitud de caminos a recorrer sin perder ese componente laberíntico. Por otra parte, el factor RPG se ha llevado un paso más allá sumando más objetos – ahora también siendo de mayor utilidad – armas y equipo. ‘Dark Souls 3’ pedirá paciencia al usuario, de poco o nada sirve adentrarse en la obra bajo el concepto de “puedo con todo a base de machacar botones”. Mantener el timing, conocer los patrones de los enemigos y cada paso que demos nunca había sido tan satisfactorio como en esta tercera entrega.

Si a ello le sumamos un apartado visual de auténtico escándalo – notable en lo técnico y sobresaliente en los artístico – tenemos como resultado una obra que se convierten en el máximo exponente de su género, y posiblemente en todo un referente, de nuevo, para juegos posteriores que quieran recoger la fórmula ‘Souls’.