Análisis Tears to Tiara II: Heir of the Overlord

El asedio del Imperio Divino

La trama de Tears to Tiara II: Heir of the Overlord es, posiblemente, su mayor acierto y a la vez su peor debilidad. Un acierto, porque es una trama bien parida, bastante intensa y muy emotiva. Una debilidad, porque quien no sepa a lo que se enfrenta y no tenga la paciencia de aguantar largas horas leyendo diálogos y viendo pasar una historia que no siempre tiene la tensión suficiente, puede acabar muy harto en poco tiempo. Si es que ya sabemos que esto de las novelas visuales tiene su miga, especialmente por su fuerte carga de narrativa "a la japonesa"

Las bases de esta historia son bastante clásicas y nada innovadoras, eso sí. Nos encontramos ante una tierra, Hispania (la referencia a nuestra tierra es clara también en los diseños), que es asediada por el llamado Imperio Divino, que se considera único interventor entre la tierra y los dioses. El joven Hamilcar Barca es el gran defensor de este pueblo, pues se rebela contra el opresor cuando estos deciden acabar con la vida de una joven, Tarte, quien dice ser una diosa. Ante la blasfemia, su final parece próximo, pero Hamil no duda en dar su vida su fuera necesario por esta supuesta enviada de los cielos. La relación entre Hamil y Tarte y la guerra contra el Imperio, liderado por el poderoso Zaras, serán las bases de la trama.

'Tears to Tiara II' es una novela visual con trazas de RPG táctico completamente en inglés y con voces en japonés

Una trama hilada con prosa fina, tan fina que se necesitará un buen nivel de inglés para seguir los diálogos. Ayuda y mucho a meterse en la trama la excelente interpretación de los actores japoneses, que sí que dan por digna la distinción de novela gráfica. Y es que quizás haya algunos elementos infantiloides o poco maduros que hagan que no consideremos demasiado en serio la historia. Pero desde Atlus sí que se la han tomado en serio; nuestra percepción dependerá, nuevamente, de si estamos acostumbrados a este tipo de productos.

Si solo valoramos la historia es sí, sin duda es un punto positivo por ser interesante y épica, con personajes muy bien ideados y tratando un gran abanico de temas que despertarán nuestras emociones. Los personajes de Hamil y Tarte y la historia de cómo forjan su relación es especialmente enternecedora, aunque el resto de personajes no se quedan a la zaga ¿Pero es la narrativa la correcta? Con esta pregunta nos vamos a centrar en el que consideramos el problema más grave de 'Tears to Tiara II: Heir of the Overlord', y trataremos de condensarlo en estas siguientes líneas para que no monopolicen lo demás. Y es que el juego (más novela visual) es demasiado denso, demasiado nipón y demasiado obtuso para la gran mayoría de los jugadores.

La mayoría del tiempo lo pasaremos dándole al botón para pasar los inacabables diálogos

Un juego de 40 horazas como 40 soles que pasan principalmente con diálogos y escenas cinemáticas estáticas (pocas animaciones) que pueden durar varias horas, y que conectan los momentos de acción de los que hablamos a continuación.

Una batalla escasa y muy compleja

Y es que solo nos pondremos a los mandos de las batallas en momentos muy, muy concretos durante la aventura. Llevaremos a Hamil, Tarte y al resto de la resistencia, y como suele ser habitual en estos juegos, cada uno tendrá su estilo de combate y sus armas características, así como magias y habilidades únicas. 'Tears to Tiara II' sigue bastante la estela de su antecesor en este sentido, que a su vez sigue la de otros clásicos como 'Fire Emblem' o 'Shining Force'. Es decir, que encontraremos lo clásico de las batallas de RPG tácticos, aunque con muchísimas opciones. Eso necesita cierta habilidad con este tipo de juegos por parte del jugador.

Este sistema de batalla sigue bastante a rajatabla los cánones establecidos de los RPG tácticos de corte japonés; no trata de innovar en ningún aspecto ni de sorprender al jugador más avanzado. Lo que sí que intenta, y de hecho lo consigue, es ofrecer una experiencia completísima y llena de posibilidades. Hay tantísimas opciones, tantas vertientes de la jugabilidad, y tantas características como las tácticas o las invocaciones, que siempre encontraremos una solución creativa a los distintos combates.

Como buen RPG táctico, los combates se llevarán a cabo en escenarios cuadriculados

Técnicas combinadas, invocaciones, uso del escenario, diferentes magias y movimientos...una amplia cantidad de posibilidades que también tendremos que utilizar con inteligencia, pues la dificultad de los combates necesitará que sepamos qué podemos hacer en cada momento. Se necesita paciencia y aprendizaje para dominar este título. Cabe destacar que más allá de estas batallas no habrá nada más. Ni exploración ni nada que se le parezca, tampoco modos adicionales de juego, dejando como único ingrediente de JRPG los combates tácticos y algo de mejora de los personajes, pero todo el peso del juego recae en los diálogos y la trama en sí. Eso es lo que puede llegar a desesperar al que espere encontrarse un juego en toda regla.

Rara avis para nuestro territorio

Es un juego para fans. De forma exclusiva. No es posible vendérselo a otro tipo de jugadores, ya sea porque no está localizado en nuestro idioma (y dado el juego esto era de importancia capital), ya sea porque el producto en sí no está pensado para todo el mundo. Tampoco ayuda el nivel gráfico, bastante simplón y pobre excepto en los propios personajes y algunos diseños. Algo aporta el sonoro, que a pesar de no invertir grandes medios está plagado de grandes melodías. El juego es exclusivo para los fans de los géneros por separado y unidos, y no a todos gustará tampoco. Quizás también pueda conquistar a los fans del anime.

Lo único que puede atraparnos del juego es su historia; si no nos interesa, poco hay que hacer con él

Que no os confunda la dureza de las palabras: 'Tears to Tiara II Heir of the Overlord' es bastante bueno en su género, aunque hay mejores opciones dentro de los RPG tácticos y de las novelas gráficas también. Buena historia, personajes bien definidos y un sistema sólido de juego. El problema, quizás, está en el propio género y en cómo Atlus le ha importado más bien poco tratar con delicadeza a los que no son fans. La mezcla de novela visual y JRPG táctico es de por sí bastante metafísica, este juego en particular es muy duro para cualquiera no acostumbrado a ellos. Por ello consideramos que los fans estarán encantados, pero los amantes de los videojuegos en general difícilmente podrán disfrutar de un juego que se puede hacer muy duro de superar por distintos motivos. El principal: la pereza de seguir sus inacabables diálogos y escenas.