Análisis Shrek: Felices para siempre

El ogro más famoso y querido por todos vuelve a los cines con una cuarta entrega que promete poner punto y final a la saga que tanto nos ha hecho reir. Nacida hace casi 10 años y basada en un cuento infantil de William Steig, la película de animación situó a Dreamworks en lo más alto con un apartado visual sobresaliente, unos personajes nada convencionales y un desarrollo que apostaba por explotar los tópicos de los cuentos tradicionales contando con estrellas como Blancanieves, los tres cerditos o Pinocho y salpicado de gags contínuos y memorables. Cuatro entregas magníficas que han recibido sus cuatro adaptaciones jugables. 

Historia

Sin desvelar nada acerca de la película, que se estrenará en los cines españoles el 8 de Julio, su argumento gira en torno a un engaño, un Shrek estafado y una situación que tendrá que arreglar a toda costa. Todo empieza en un entorno idílico, Shrek y Fiona disfrutan criando a su manada de traviesos renacuajos mientras Asno y su Dragona retozan idílicamente. Todo parece perfecto hasta que la inocencia del ogro se da de bruces contra los planes del malvado Rumpelstiltskin, que hace firmar a Shrek un documento con una letra pequeña muy retorcida. Shrek añora sus días de ogro, su nueva vida es satisfactoria pero a veces hecha de menos aquellos tiempos donde asustaba a la gente y causaba pavor a su paso, ahora pasa sus días autografiando horcas. Un afable negociador le ofrece un pacto de apariencia indolora, cambiar un día normal de su vida por otro en el que vuelva a ser el ogro que era, un ogro de verdad. La pega viene cuando el día elegido por Rumpelstiltskin es el día en que nació Shrek, lo que genera la creación de un mundo paralelo donde el ogro ni siquiera existió.

¿El resultado? Shrek se verá en una versión alternativa de Muy Muy Lejano donde los ogros han sido perseguidos hasta casi su extinción, Fiona es la líder de un grupo de resistencia de ogros y no le reconoce, el gato con botas padece problemas de sobrepeso y Rumpelstiltskin es el nuevo rey y tiene todo un ejército de brujas a su servicio. Shrek tendrá que darlo todo para recuperar a sus amigos, conquistar de nuevo a su amor y lograr que todo vuelva a ser como era antes. El videojuego ofrece la posibilidad de revivir las aventuras de los cuatro protagonistas participando activamente en la lucha por recuperar esa normalidad perdida. La aventura no seguirá fielmente lo acontecido en la película y de hecho desde el primer minuto se ofrece la posibilidad de seleccionar cualquiera de los cuatro personajes, pero podremos disfrutar de buena parte de sus escenarios y situaciones gracias en parte a las escenas cinemáticas que aderezan el desarrollo del título entre nivel y nivel, donde el enano se sirve de cuatro muñecos de los protagonistas y alguno más para ir contando el trascurrir del juego a su manera, así como simpáticos diálogos entre nuestros amigos realizados con el motor del juego.

Apartado técnico

Es poco probable que alguien meta el disco en su consola y espere un despliegue gráfico a la altura de Gears of War 2 o Red Dead Redemption, aunque el ogro quizás le sorprenda en este apartado. Gráficamente Shrek: Felices para siempre guarda un estilo tremendamente parecido a lo visto en los juegos basados en la franquicia LEGO (y no será esta su única similitud, como ya veremos). Nos moveremos por escenarios prerrenderizados con pocos elementos destructibles aunque sí con más de uno para interactuar. El problema es que si bien entre sí los escenarios son variados, una vez en cada uno los elementos se repiten y se hacen poco variados como el Castillo de Rumpelstiltskin o sus mazmorras. Por su parte los modelados de los personajes guardan un buen parecido y algunas de sus expresiones quedan simpáticas y están logradas - sin llegar a ningún alarde tampoco - pero los enemigos también pecan de repetitivos y la sensación se acentúa cuando observamos que reaparecen en la misma pantalla una y otra vez, aunque tampoco es algo que pase sólo en este juego y ya estamos muy acostumbrados, por desgracia.

Otra cosa a destacar positivamente en que en muchos puntos del escenario el espejo mágico nos permitirá cambiar al instante de dimensión para superar algún puzzle y veremos cómo el mismo escenario seco y triste se torna verde y florido cuando regresamos al mundo original en el que Shrek era todo un padrazo. Otro aspecto negativo gira en torno a las animaciones, bastante toscas y limitadas, especialmente en el movimiento de avance de los personajes. Tampoco en una propuesta de estas características tenemos que pedir una suavidad 100% realista pero ciertamente se agradecería algo más de trabajo en este campo. La cámara se situará siempre desde una vista cenital muy acertada y estará siempre fija sin posibilidad de que la controlemos. En ningún momento querremos hacerlo porque siempre está bien situada y nos dejará ver en todo momento lo que pasa. En definitiva la cuarta entrega de Shrek no busca la espectacularidad gráfica, ni mucho menos, y aunque son evidentes sus limitaciones tampoco penalizan su sencilla jugabilidad ni restan diversión, un apartado simplemente correcto que no destaca en nada pero tampoco molesta, lo que por desgracia no pueden decir todos los juegos.