Análisis Deus Ex: Human Revolution

En lo que se refiere a la acción el juego tampoco pasa desapercibido en ese apartado al dar un enorme surtido de armas al jugador,  que... si bien suele ser de corte realista (pistolas, escopetas, ametralladoras...), también hacen un hueco a armas futuristas como un rifle láser o a algunas de uso en decadencia como la ballesta. Las mejoras para las armas, desde acoplar accesorios a mejorar estadísticas, también tienen presencia. No es lo mismo una pistola de 9mm normal que una con mira láser o silenciador.

Mejoras en la potencia, la cadencia, la recarga o algunas habilidades especiales se venderán a un elevado precio en muchas de las tiendas del mercado negro. El componente rolero se deja ver aquí puesto que no habrá mejoras de sobra, todo lo contrario, deberemos saber elegir bien.

Si el arsenal de armas es impresionantes las granadas no se quedan atrás. Explosivas, cegadoras, de humo... incluso existen ideadas para desactivar los aumentos o implantes de los enemigos o directamente para abrir cerraduras o puertas. Y las opciones de edición también las afectan, al poder combinarlas con otras o con determinados soportes para tender trampas.

Pero a la hora de combatir cobran especial importancia las mejoras tecnológicas que podremos instalar en nuestros aumentos. Por una elevada cantidad, visitar sitios más que recónditos o completar suficientes misiones recibiremos “puntos de praxis” que son destinados a mejorarnos. Y esto afecta al combate, obviamente.

No es lo mismo saltar desde el techo, caer perdiéndo algo de salud, levantarnos despacio e iniciar la pelea que caer sin perder ni un ápice de vida e incluso dando un golpe que aturda a los enemigos cercanos. Ser inmune a las granadas de humo o cegadoras, poder hacernos invisibles a nuestro antojo, acabar con enemigos de dos en dos, saltar más, mover objetos pesados, incluso transformar nuestro cuerpo en un arma militar serán algunas de las mejoras a las que accederemos con los "puntos praxis". Nace aquí el toque más rolero. Deberemos pensar a fondo que mejorar. Ni existen puntos para todo ni todo se adapta a nuestra forma de jugar.

Y esque las mejoras no son solo aplicables al combate. Mejorar nuestro nivel para piratear elementos, atravesar paredes o tener algo más de labia son, por el contrario, ventajas obtenidos con puntos praxis en lo referido al sigilo.

Pero no todo es hablar o luchar. El género rolero, shooter o incluso el componente sandbox se apartan en innumerables ocasiones para dar paso al sigilo, un elemento indispensable de la franquicia tal como se ha conocido hasta ahora.

Con un intuitivo sistemas de coberturas (que alterna la primera con la tercera persona, único momento del juego en el que podremos vernos con dicha cámara) podemos decidir pasar inadvertidos en las múltiples "bases" repletas de enemigos que nos veremos obligados a visitar. De ese modo las opciones se disparan, poniendo contra las cuerdas a sagas de renombre en el tema como Splinter Cell o Metal Gear Solid, a las cuales Deus Ex no tiene nada que envidiar.

En Deus Ex tendremos que elegir si ir de pie o agachados, ir andando o corriendo, hacer ruido o no (ruido que puede llamar la atención de los guardias no siempre para cosas negativas…). Podemos decidir si combatir cuerpo a cuerpo o con armas, usar munición letal o no letal. Mover objetos para crear coberturas, subirse a posiciones más ventajosas o esconderse en sitios innaccesibles en un primer momento. Esquivar cámaras de seguridad, robots enemigos o láseres de seguridad o… ¿por qué no? piratearlos para desactivarlos o usarlos.

Las opciones son infinitas. Podríamos aumentar la lista pero siempre se quedaría corta.