Análisis Dead Island

(Ps3, 360)

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Muerte entre los daikiris

Plataforma analizada: Xbox 360
04/10/2011 22:00
Lo de Dead Island ha sido algo realmente curioso dentro del mundo de los videojuegos. Se anunció en 2006 como lanzamiento para 2008, aprovechando la moda zombi que nos viene asolando ya desde hace unos cuantos años. Sin embargo, el título finalmente no vio la luz ese año, y desapareció completamente del mapa.

Presentacion

Tres años después, en febrero de 2011, la compañía desarrolladora del juego (Techland, conocidos por la saga Call of Juarez) publicó un tráiler que revolucionó el panorama videojueguil del momento (hasta recibió premios), convirtiendo automáticamente a Dead Island en uno de los títulos más esperados del año. Sí, un solo tráiler consiguió eso, y posteriores detalles, imágenes y vídeos no hicieron más que aumentar los deseos de los fans de hacerse con una copia del juego. Una prueba de esto es el reciente anuncio de que se llevará a cabo una película basada en el videojuego.

Dead Island

Ahora Dead Island ya está en la calle, y a continuación voy a mostraros si, según mi criterio, todo este revuelo ha sido con razón, si la espera ha merecido la pena, y si se trata de un juego que destaque entre tantos otros similares dentro del género zombi.[/imagen]

Historia

Una de las principales diferencias de este juego con el resto de los matazombis del mercado la vemos sin ni siquiera sacar el disco de su caja. Estamos acostumbrados a experimentos con virus letales, guerras químicas, fenómenos paranormales, levantamientos de muertos o invasiones extraterrestres que acaban derivando en una especie de mundo postapocalíptico terriblemente desolado. Obviamente, hay excepciones, y Dead Island es una de ellas.

Zombis y más zombis

La historia principal del juego tiene lugar en una paradisiaca isla llamada Bonai, situada en Papúa Nueva Guinea. Allí, la gente acude a pasar sus vacaciones de la forma más placentera posible, ya sea yendo a la playa, de excursión por la selva o poniéndose hasta las trancas de mojitos. Precisamente, esto último es lo que hizo el protagonista del juego, que comenzó a ver sucesos extraños durante una noche de fiesta, pero a los que no dio importancia fruto de su gran cantidad de alcohol en sangre. Eso sí, al día siguiente, lo que pudo ver y experimentar ya no era fruto de los cócteles ni de la consecuente resaca, sino que allí pasaba algo malo, algo muy malo.

Dead Island

Y eso malo, obviamente, son los zombis. Pero como diría nuestro gran querido amigo Enjuto Mojamuto, los zombis de Dead Island no son zombis, son infectados. Y es que el extraño comportamiento que se va extendiendo entre los habitantes de la isla es fruto de un virus contagioso, un virus al que, ¡oh, sorpresa!, nuestro protagonista es inmune. Al menos eso es lo que nos comunica un misterioso personaje enclaustrado en una sala de control que se pone en contacto con nosotros. A partir de ahí, todo girará en torno al protagonista y a un grupo de personajes relacionados con el personaje misterioso en su cruzada por llegar a donde se encuentra este último, momento en el que se nos han prometido respuestas y salvación.

Dead Island

Mientras buscamos la vía de escape y se van revelando poco a poco detalles del por qué de la invasión zombi y de nuestra inmunidad, nos iremos topando, bien a propósito o bien sin querer, con otros personajes supervivientes envueltos en situaciones de lo más variopintas, que derivarán en misiones secundarias que podemos llevar a cabo o no. Lo bueno de estas misiones secundarias, que suman alrededor de cien y que no caducan, es que no se trata de meros añadidos con calzador para extender la vida del juego, sino que cada una de ellas está perfectamente encajada en la trama principal y nos ayuda a darle más volumen a una trama que se desarrolla poco a poco, aunque también hay que decir que sin brillantez. Por ejemplo, la empatía que puede surgir hacia esas misiones secundarias y sus protagonistas es prácticamente nula, y en su mayoría no son excesivamente originales ni están exentas de repetitividad, reduciéndose a las típicas misiones secundarias de cualquier juego de rol (recupera esto, trae aquello, escolta a fulanito, mata a menganito...).

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7.7

Lo mejor

La ambientación y los entornos.

La libertad de juego.

El modo cooperativo.

Es un RPG.

Lo peor

Algunos bugs.

El sistema de puntos de control para guardar la partida.

A veces puede resultar repetitivo.

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