Análisis Call of Duty: Modern Warfare 3

La ingente cantidad de modos de juego es sencillamente para quitarse el sombrero

Por si todo ésto os supiera a poco, que ya es de ser exigentes, el juego no ha olvidado los originales a la par que divertidos modos de apuestas de Black Ops ni ha despreciado el feedback ofrecido por la comunidad de usuarios. De ese modo, en partidas privadas tendremos acceso también a especialidades inéditas como Zona de lanzamiento (en la cual los equipos deben defender una zona en la que no paran de caer paquetes de ayuda para dominar la partida), Juggernaut por equipos (donde deberemos proteger al juggernaut de nuestro equipo, puesto rotatorio, mientras eliminamos enemigos), Juggernaut (todos contra un único y poderoso titán, en el que nos convertiremos de ser nosotros los que le damos caza), Juego de armas (una competición vista en Black Ops en la que debemos alcanzar un determinado número de bajas cambiando nuestro armamento a cada una), Infectado (un modo muy jugado en Halo, en el que un usuario elegido zombie irá contagiando a la gente que mate) y Una en la recámara (modo en el que deberemos sobrevivir con apenas tres balas de inicio, ampliables de eliminar a alguien, también proveniente del juego de 2010).

Una selección impresionante y divertidísima de tener un grupo de amigos con los que jugarla. Los momentos en todos y cada uno de éstos modos son irrepetibles, pero no entendemos porqué no están disponibles en el modo online estándar, porqué se limitan a partidas privadas. Sea como sea son una experiencia que todo el mundo debe probar si quiere divertirse, y que se enriquece debido al modo cine, siempre grabando nuestras partidas (si queremos, ya que en esta ocasión hay opción de desactivarlo) y de una especia de "memoria" que recuerda los últimos modos jugados y aquellos creados específicamente por nosotros, para que no tengamos que pasar demasiado tiempo trasteando con los ajustes.

Una vez más no existen servidores dedicados, al menos para los ajenos al PC, y las migraciones de host, uniones a distintos grupos de amigos, la búsqueda de partidas y el lag están más presentes de lo que nos gustaría. Inexplicable a estas alturas de generación, con las arcas de Activision llenas tras batir todos los récord de ventas.

Las mejoras o cambios no se quedan en los modos de juego o el estilo del multijugador, las rachas de bajas también han sido retocadas para evitar todas las quejas de la primera entrega, de una forma muy curiosa que permite a todo el equipo aportar de un modo u otro su granito de arena. Ya no es una lista de la que elegimos nuestras preferencias, ahora son tres listas, cada una con elementos diferenciativos. La primera, "asalto" es la más clásica, otorgándonos premios como misiles predator o helicóptero, es decir, nos premia con armas para atacar al enemigo. La segunda "ayuda" es para los más novatos, pues no se reinicia de morir a cambio de dar sólo artilugios como un VAT o una torreta antiaérea, sirve para dar soporte al equipo. Y la última, la más curiosa, es "especialista", que nos aporta perks, si, habéis oído bien, perks o ventajas extra a los que hemos elegido de inicio, llegando a poder tener hasta 6 activados, como su propio nombre indica sólo los más veteranos sabrán sacarle partido, pero... ¡qué partido!

Todo tipo de modos, opciones y posibilidades se dan de nuevo la mano en la saga

Las ventajas, la personalización o incluso las rachas de muertes han sido retocadas otorgándoseles mucha más profundidad. Lamentablemente se siguen conservando algunos elementos que desequilibran las partidas al ser muy superiores a otros, un punto negativo que se deja ver, sobre todo, en las armas, que poseen en ocasiones una potencia de fuego absurdamente superior unas de otras y en distancias similares.

10 prestigios, 80 niveles, premios a desbloquear con cada prestigio, recompensas a los jugadores de anteriores Call of Duty, modo pantalla dividida (en el que no se permite el inicio de sesión en una cuenta al segundo mando)... es uno de los modos online más completos que hemos visto, si no el que más, al que se le pueden objetar muchas cosas sí, pero casi todas ellas subjetivas: "no me gustan estos mapas", "soy más de juegos tácticos o realistas"...  y las objetivas, como una búsqueda de partidas con la gente que queramos de la región que deseemos, por ejemplo, o servidores dedicados son cosas que seguramente veremos con el tiempo en futuras entregas y que no impiden (o al menos no en exceso) disfrutar de la experiencia.

Apartado técnico

Tildar de bodrio el apartado técnico del juego es mentir, eso ante todo, pero sí que es cierto que hacer como Infinity Ward en múltiples entrevistas, escusarse en la evidente carencia de mejoras diciendo que el juego va a 60 fps, 1080p y que si algo es bueno no tiene porque cambiar es insultar a la inteligencia de toda persona que haya dedicado 5 minutos a alguno de los 8 títulos bajo el nombre de Call of Duty.

Tras Battlefield 3 o Killzone 3, encontrarse con esta tercera entrega de la subsaga produce dos sentimientos encontrados y bastante curiosos, que vendrían a definir a la perfección el estado actual del motor 5.0 del equipo: alegría y decepción. Alegría ante lo mostrado pues, al fin y al cabo, ya no es un paso atrás como Black Ops, que a día de hoy nadie ha conseguido explicarme como pudo tirar por la borda la evolución técnica y empezar a rehacer el camino andado. Decepción por contemplar como el heredero de Modern Warfare 2, que impresionó a más de uno en su día, se limita a aguantar el tipo lo mejor posible lo que quede de generación, permaneciendo a un lado a las disputas técnicas entre títulos del género como los citados.

La nula evolución técnica mosqueará a más de uno

Porque sí, son 60 frames por segundo sólidos como una roca, a la máxima resolución posible en las actuales consolas, y tampoco es un juego que aparente ser de Ps2 o que nos haga llorar de contemplarlo más de 30 minutos, es más, algunos momentos acaban siendo muy vistosos y de notable factura... pero esto no quita que el juego no haya evolucionado en sus texturas, modelados, poligonaje o capacidad de destrucción, siendo todo un calco descarado de lo mostrado en anteriores, algo que empieza a molestar por venir ocurriendo desde 2007 y por el dinero que mueve el juego, destinado a contenidos como Call of Duty Élite, de repercusión y aportación debatible hasta que el tiempo nos saque de dudas con datos.

Al César lo que es del César, las animaciones tienen un repertorio mayor, secuencias como la de la caída de la torre Eiffel tienen unas físicas que se notan trabajadas y estudiadas, y el equipo de iluminación sorprende con multitud de elementos nuevos en ese campo. Lástima que todos los momentos de sorpresa vividos en el ámbito de lo técnico no tengan con quien compararse, algo sospechoso que nos hace pensar que, de haberlos visto en anteriores entregas, nos hubieran parecido idénticos.

En lo sonoro nos encontramos en una situación similar, los efectos de sonido y el doblaje son prácticamente idénticos a los de anteriores entregas, y teniendo tan reciente la experiencia ofrecida por Battlefield 3 en este apartado, una tiene una sensación de pena en cuanto a la inferioridad del título puede que abusiva. Si bien el guión exige unas mismas voces para los protagonistas, encontrarse una y otra vez las voces de World at War, Black Ops y demás pasa de ser un divertido minijuego de identificación a una demostración de pereza y conformismo. El sonido de las armas por otro lado muestra un trabajo desigual al haber sido en ocasiones reelaborado y en ocasiones dejado intacto.

Aun así, la banda sonora tiene temas de sorprendente calidad, algunos que, usados en el momento exacto logran emocionarnos (a pesar del cambio de dirección en este apartado) como la que dejamos entre estas líneas, sublime. Un conjunto de melodías orquestadas, efectos contundentes para explosiones y demás impactos se suman detalles muy elaborados en el multijugador (que nos hacen distinguir a los enemigos con escuchar sus pisadas, por ejemplo), que hacen que a pesar de todo, el apartado sea notable, cambiando la experiencia por completa con un equipo a la altura.

Conclusión

La subsaga Modern Warfare concluye la epopeya de sus héroes en esta 3ª entrega por medio de la fórmula que la hiciera famosa allá en su día. Un juego entorno al cual se acumula la polémica y que seguramente no tenga las mismas oportunidades que los demás entre un público cansado de su escasez de novedades y abundancia de DLC. Un dignísimo shooter que sitúa entre los mejores del presente 2011 en cuanto a experiencia a pesar de que sus múltiples y frecuentes carencias técnicas le alejan de la élite de nueves y dieces a la que han sido alzados muchos otros juegos de acción en primera persona.

Sin duda gustará a aquellos que disfrutaran de las experiencias ofrecidas por la saga en anteriores capítulos y sacará al menos una sonrisa en determinados aspectos a los más recelosos del mismo. Merece una oportunidad de demostrar que puede hacer una campaña donde premie la sorpresa, que sabe lograr experiencias cooperativas muy satisfactorias y que defiende a la perfección su primera posición en las listas de juego online de todo el mundo.

Espectáculo, dinamismo, rapidez, diversión y acción en vena se dan la mano en una fórmula refinada hasta la perfección que llega a cansar de lo presente que ha llegado a estar en nuestras vidas con una entrega anual. Una lástima que se denote esta fuerte sensación de vejez en un estilo y en un juego, que podría haber llegado a ser lo que Call of Duty 4 fue en su día, y haber hecho concluir a Activision la generación con un auténtico homenaje a los seguidores del género.