Dominical: Desconectado del mundo...si me dejan

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La posibilidad de poder contactar con cualquier persona en casi cualquier rincón del mundo

24/04/2010 22:00
En la era de la tecnología y dentro de la sociedad de la información en la que vivimos, la importancia de estar conectado en todo momento se ha convertido en algo tan vital que ni nos imaginamos ya sin teléfono móvil o internet.

xbox live [1]

La posibilidad de poder contactar con cualquier persona en casi cualquier rincón del mundo, usar el GPS para no perderse o resolver una discusión sobre quién ganó el último Principe de Asturias tirando de Google son logros que todos, o casi todos, podemos disfrutar siempre que queramos. La importancia de Internet también llegó a las consolas, desde la extinta Sega Saturn, pasando por el potente servicio online de la primera Xbox hasta llegar a la situación actual, donde no se concibe consola que no pueda conectarse a la red de redes.

Tiendas online donde descargar demos, temas, artículos para nuestros avatares, incluso juegos completos, ya sean novedades, clásicos, remakes... hasta el mercado indie tiene cabida en este mundillo online. Y por supuesto, la posibilidad de jugar en red. Se acabó eso del juego en solitario si tus amigos tienen otros planes esa tarde, viven lejos o simplemente no están muy interesados en el noble ocio que nos ocupa. El mundo entero conectado para formar un pelotón delta con ingleses y alemanes, echar un partido mientras un sevillano no deja de gritar que se la pases o subir de nivel a costa de algún novato lento en acertar con la mirilla y el gatillo.

Chats de voz, listas de amigos, matchmarking... una delicia para disfrutar de nuestros juegos durante meses, sin importar a qué hora lo hagamos. Cada vez hay menos juegos que no tengan online, hemos visto propuestas de todo tipo, desde apostar únicamente por el juego en red con un buen catálogo de modos y opciones de personalización, títulos que se reparten para ofrecer un buen online sin descuidar el modo historia, otros únicamente se valen de la red para poco más que llevar un ranking mundial y algunos diréctamente pasan de incluir conectividad alguna para centrarse - o eso dicen - en la experiencia de un solo jugador (eso sí, la tienda para descargar los DLC tendrá las puertas abiertas desde el primer día, faltaría más).

Me alegra saber que esta conectividad permite hacer pasar grandes ratos, se conoce gente, se forman comunidades y se hacen amigos, además de ampliar de forma considerable el tiempo en el que el disco permanecerá dando vueltas en nuestros lectores en lugar de coger polvo en una estantería. Me gusta que se este innovando (aunque poco, quizás demasiado poco) en modos cooperativos y competitivos, que se creen mundos abiertos para estar a tus anchas para que, cuando quieras, puedas entrar en una carrera o probar ese combo que tanto has practicado.

Pero también este crecimiento me da miedo. Sí, como lo oís, temo el día en que todos los juegos dejen de tener modos offline, que no haya más narices que compartir tus partidas con más gente, sean o no conocidos. Señores, no me gusta jugar online, al menos no siempre y para según qué juegos. No quiero dejar de poder pausar la partida para ir al baño o simplemente porque me apetece hacer otra cosa en ese momento. Me pone nervioso entrar en partidas con tanta competitividad porque soy malo y no duro más de 10 segundos.

A veces prefiero una IA tonta que me facilite el camino, a veces simplemente no quiero soltar tanta adrenalina por saber que hay gente al otro lado que quiere ganarme. Tampoco me valen los títulos que meten un modo historia con calzador, con una duración ridícula escudándose en un online sólido y adictivo. Miedo me dan Halo: Reach o Lost Planet 2... Y seguro que no soy el único. No a todos nos gusta jugar online, no todos tenemos internet en nuestras casas. Y por eso, no todos los juegos deberían hacer del online su única razón de ser. ¿Opcional? Encantado. ¿Obligatorio? No, por favor.

Por suerte puedo ir preparando el Home Cinema, bajando las persianas, apagando la luz y desconectando el móvil. Que no me moleste nadie, estaré jugando al Alan Wake.