La evolución del jugador

Reportaje

Abordamos la evolución del gamer adulto desde su infancia

23/04/2008 13:21
Es increíble lo que ha cambiado mi forma de enfrentarme a un videojuego desde que era un chavalín, hasta hoy, que supero ampliamente la mayoría de edad, nuestra percepción, nuestros gustos, nuestras habilidades y otros muchos parámetros cambian de una forma tan progresiva que a veces hay que pararse a pensarlo, ya que, a la vez es un cambio muy fuerte.

De pequeño, era capaz de tirarme horas mirando a otros jugar al Galaga, o al Operatium Wolf de las recreativas, los videojuegos me impresionaban muchísimo, unos gráficos tan sencillos no me impedían fijarme en todos y cada uno de los detalles, cualquier cambio en el escenario, aunque sólo fuese el color predominante de fondo, era para mí algo genial.

Cuando por fin una NES entró en mi casa, yo seguía siendo muy pequeño, pero la perspectiva de tener videojuegos en casa era, como algo utópico del futuro, el primer juego que tuve, el Super Mario Bros 3 debí jugarlo y re-jugarlo cientos de veces, sobre todo las primeras fases, que no te las podías saltar para acceder a las siguientes, pero me encantaba, cada vez descubría cosas diferentes, hasta aprendérmelo totalmente de memoria.

Todos los juegos que tuve en la NES y SNES me los aprendí de de arriba a abajo, y los jugué y re-jugué hasta volver locos a mis padres, sólo podía comprarme tres o cuatro juegos al año como mucho, y esto hacía que saborease cada segundo de juego, que probase todos los trucos, y que me fijase en cada detalle, era un modo de jugar muy pausado.

Pero poco a poco fui creciendo, y descubriendo el juego en el PC, las aventuras gráficas, los shooters en línea y los grandes RPGs, me fui volviendo más exigente, empecé a fijarme en los fallos de los juegos, los efectos luz, el sonido FX... e incluso a desesperarme cuando tenía que repetir más de una vez una simple fase.

Actualmente tengo tres consolas de presente generación en mi casa, debido al trabajo/vida social no doy abasto para las tres, pero sigo jugando siempre que puedo, aunque sea media horilla al día, pero de una manera muy distinta.

Cuando arranca el juego, desde el primer momento valoro todo, presentación, música, buen funcionamiento de los controles y un largo etc, sin duda mi condición de redactor de DsWii ha acentuado todo esto, y considero positivo tener una actitud crítica, pero a veces echo en falta la inocencia y expectación con la que contemplaba los videojuegos antaño, el hecho de que me durasen tanto tiempo etc.

Hoy, cuando juego a esos títulos de mi infancia, me los paso sin despeinarme, lo que antes me parecía una barrera complicadísima me lo paso en un par de pulsaciones de botón, eso también contribuye a que los juegos me duren menos, además, al tener poco tiempo para jugar voy mucho más rápido, no me paro a contemplar totalmente un enemigo, como hacía en SMB: observar el comportamiento de los enemigos si hago esto o lo otro, comprobar qué pasa si lanzo un objeto desde tal posición...

En fin, quizá por ello soy tan amante de lo retro, simplemente por evocar la época en la que me enfrentaba a un videojuego de una manera tan intensa, viviendo cada momento, y sorprendiéndome por todo, no digo que hoy no disfrute con los videojuegos actuales (todo lo contrario, disfruto como un enano), pero considero que me centro demasiado en avanzar y conseguir todo a la primera, sin fijarme en pequeños detalles.

El hecho de tener que pasarme el juego, porque en nada me voy a comprar ya otro que no me puedo perder, no ayuda, en estos momentos tengo siete juegos empezados, y sólo puedo dedicarme a uno cada día, probablemente sólo termine dos o tres de esos siete, algo impensable e imperdonable cuando era un chaval.

Creo que he ganado mucho en variedad, en tener un punto de vista muy amplio, pero irremediablemente, he perdido las pequeñas cosas que en mi infancia me hacían disfrutar como un loco de los videojuegos, las hecho de menos, aunque la verdad, no volvería a ello sacrificando esa variedad que tengo ahora.

Este artículo va dedicado a todos los jugadores de veintitantos (o treinta y tantos) que llevan jugando desde su infancia, respecto al futuro, estoy seguro de que seguiré jugando dentro de muchos años, la incógnita es cómo y a qué...

¡Viva lo retro!.