¿Somos cada vez más exigentes con los videojuegos? ¿Solo compras "sobresalientes"?

Asumiendo que no le gusta el videojuego y tenía un 9,5

La exigencia a la hora buscar la diversión en un videojuego

Como redactor de JuegosADN no voy a negar que he sufrido en muchas ocasiones los clásicos comentarios referentes a '¡pero cómo has podido darle a este juego un 9!' o '¡madre mía! ¡Un 7! ¿! Pero en qué estás pensando?!'. A fin de cuentas es algo a lo que me expongo, pero como siempre digo, queda perfectamente reflejado en el texto que acompaña a la nota (prometo que estoy mejorando en lo que a extensión de análisis se refiere).

Mirar una nota directamente sin leer el texto es tentador, algo así como los adictos a Metacritic que deciden basar su compra de acuerdo a la media de los medios. Pero, ¿qué hay de la opinión de los jugadores? Más allá de lo que puedan decir unos u otros, no cabe duda de que hay diversos factores que pueden decantar la balanza hacia un lado, entre ellos el precio o la misma duración del producto en cuestión.

La primera y más importante pregunta que debemos hacernos es: ¿realmente un juego de 7 me va impedir disfrutar? Puede que tenga carencias como el manejo de la cámara o incluso la IA, pero más allá de eso, ¿qué juego de sobresaliente no se libra de aspectos así? Se me vienen a la cabeza títulos como CONTROL, ahora disponible en los juegos de Game Pass. La obra de Remedy ha sido tachada de simple, un producto sencillo y sin profundidad que a veces no sabe ni a dónde quiere ir. Curiosamente y en las últimas semanas a raíz de estar disponible con los juegos de PlayStation Plus y el servicio de Microsoft, muchos jugadores se han encontrado con una grata sorpresa: Control no es el mejor juego en cuanto a trama, ¡pero es divertídisimo!

CONTROL

Cuando precio y duración son puntos clave a considerar

Vamos un paso más allá a la hora de hablar de la exigencia que parece reinar entre los jugadores a la hora de comprar un videojuego. Puede que nos encontremos con juegos catalogados como obras maestras por la prensa. Dejamos de lado a veces si pertenece a nuestro género favorito, pero también el precio. "Es una joya que todos deberían tener en su colección", dicen muchos. Frase más que leída en infinidad de ocasiones que hace temblar a la cartera.

De la mano con este concepto va también el precio. Parece que mientras un juego sea superior al 9 el coste a pagar por él es lo de menos, más aún cuando el precio de los títulos ha subido con PS5 y Xbox Series, disparándose en algunos casos hasta los 80€. "Si voy a gastarme un pastizal en un juego, qué menos que me ofrezca más de 40 o 50 horas, ¿no?". Otro de los "quotes" habituales y que por otra parte también ha sido el principal motivo del éxito de los juegos cómo servicio.

Todas y cada una de las opiniones son respetables; sin duda. Cuando tenemos meses en los que se agolpan lanzamientos AAA, con el regreso de sagas icónicas, las producciones menores pasan a un segundo plano. No les culpamos, pero debemos mantener la mente abierta a que esos juegos también pueden ofrecernos una diversión de idéntica calidad a los de mayor renombre en la industria.

Tal vez debamos replantearnos la forma en la que compramos los juegos. Tengamos aspectos en cuenta como el precio: "¿sale a precio reducido?" "Tenía este juego pendiente de compra desde hace meses y ha bajado de precio, ¿debería comprarlo?". Son sencillas preguntas que todos deberíamos de hacernos y nos llevan al siguiente punto.

Red Dead Redemption 2

La "imperiosa" necesidad de jugar todo de lanzamiento

Reconozcámoslo: a quienes nos gustan los videojuegos tratamos siempre de jugar a todo lo que podemos, y nos gusta, de lanzamiento. Somos unos ansias. Comprar todo lo que vaya saliendo en consolas/PC desde el Día 1 supone un desembolso considerable. Dicen que en la variedad está el gusto y precisamente la industria de los videojuegos es un medio que lleva a su máximo exponente este factor.

Necesitaríamos dos o hasta tres vidas para jugar a todo lo que se ha publicado. Año tras año pasan frente a nosotros juegos que, seguramente, nunca probemos y esperan una oportunidad. ¿Qué quiero decir con esto? Controlemos el afán de la compra compulsiva y abramos nuestra mente a títulos más humildes y dicho sea de paso, "peores". Que una mala cámara, determinados errores o una trama irregular no os hagan desmerecer ciertos juegos. Si lo conseguís os habréis llevado como premio la experiencia de poder disfrutar mucho más del hobbie y valorar el trabajo que todo proyecto tiene a sus espaldas, con sus aciertos y errores.

Lo confieso: Me he aburrido con RDR2 y disfrutado con mayúsculas de AC: Odyssey

Si estabáis esperando mi opinión al respecto, la más directa y ejemplificada posible, la váis a tener. Red Dead Redemption 2 es uno de los títulos más laureados de los últimos años. Ha entrado de lleno en la lista de mejores juegos de la historia sin ir más lejos. Yo fui uno de esos que lo compró de lanzamiento. Y sí, durante sus primeras 60 horas me dejé llevar por Arthur Morgan, la inmersión del Lejano Oeste creado por Rockstar, la historia... pero me aburrí.

Assassin's Creed Odyssey

Mi tope fueron 60 horas y de ahí no pasé. Se dice pronto, pero 60 horas es tiempo más que de sobra para saber si te gusta o no un videojuego. No llegué a terminarlo y lo reconozco. A pesar de que 'disfruté' ese camino hasta el abandono, llegó un punto en el que me veía superado. RDR2 me exigía un tiempo que no podía darle, además de tener la sensación de haberlo visto todo en lo jugable.

Sin embargo, y mientras que Assassin's Creed Odyssey es un juego también enfocado a la acción y al concepto de mundo abierto, me cautivó durante más de 100 horas. Por supuesto, lo terminé, completando todo lo que veía en pantalla. Es mucho peor a la hora de poner sobre la mesa ciertos apartados: misiones secundarias, coleccionables por doquier, una historia predecible... ¡pero es que me lo pasé como un niño interpretando a Cassandra!

Desconozco si fue la ambientación o la sensación de constante recompensa que te brinda Odyssey en forma de armaduras y armas, además del concepto de exploración; pero es un claro ejemplo de que un videojuego inferior en nota puede hacerme disfrutar mucho más que uno que haya sido encumbrado a la ya larga lista de Mejores Juegos de la Historia.