Análisis WWE 13

Prólogo

La saga de juegos WWE, como ya os he relatado más arriba, no me es desconocida, desde hace ya algunos años. Por aquel entonces jugábamos en mi nueva PS2, y como normalmente nos reuníamos unos 6 amigos para pasar el rato, algunas tardes de verano recurríamos a WWE Smackdown VS RAW 2006 y un multitap para echar unas partidas; eran una locura, puñetazos, patadas, sillazos, escalerazos,...

Sinceramente, pensaba que podía incluso llegar a ser una especie de sucedáneo de Super Smash Bros. para la PS2, un juego de lucha que podría llegar a mirar de tú a tú al plantel de Nintendo con una propuesta totalmente distinta, pero capaz de entretener a un número igual de jugadores al mismo tiempo. Era -con sus fallos y sus virtudes- un buen juego.

Tras unas partidas a la secuela de aquel episodio una idea general se apoderó de mi y me atizó en la cabeza como si 'El Gran Khali' descubriera que le hemos dado el cambiazo con el premio de su huevo Kinder y este trae un cutre e incompleto puzzle:

El 2006 era mejor...

Aún así, con sus fallos y errore,s de nuevo no era un mal juego, era inferior en general a su antecesor. Se eliminaron modos de juego, se añadieron otros, pero, como ya dijo Waylon Smithers Jr: "Tiene un sombrero nuevo".

Pasó algún tiempo y pudimos jugar a su siguiente entrega. Era prácticamente el mismo juego que los 2 anteriores, el roster se había ampliado, los gráficos mejoraron un mínimo, había mayor variedad... y de nuevo, como si 'Undertaker' nos gritara en nuestros oídos porque le habíamos quitado la última docena de huevos y además nos encontrase colocados delante de él con 3 carros en la cola del súper, una vieja idea resonó en nuestras cabezas:

El 2006 era mejor...

Llega el turno de 'WWE'13'. Mientras abría el paquete en el que llegaba el título e iniciaba mi consola, una vocecilla resonaba en mi cabeza, sin darle mayor importancia procedí a insertar el disco en la lectora. Era hora de ponerse manos a la obra.

Démosle caña...