Análisis Toki Tori 2

El agua, otro elemento peculiar en los videojuegos, se ha representado de forma que se pueda interactuar con ella de forma directa, como si de un objeto viscoso se tratara. A pesar de ello, las corrientes fluirán y dejarán a nuestro polluelo empapado dejando tras de si un camino de gotas.

Algunas fuentes de luz en el exterior, como los vórtices teleportadores, no darán mayor iluminación al entorno ni interactuarán con él más allá del terreno jugable.

Por capas que no falte, y es que algunos escenarios llegarán a tener más de 15 capas apiladas una detrás de otra, algunas de ellas móviles. Esto da una sensación al juego de dinamismo, de vida y de alegría, además de, como no, finalizar con un resultado muy bonito.

El diseño de los personajes, empezando por el de Toki Tori, está muy cuidado y pretende despertar en el jugador una sensación de ternura. Y no lo decimos solo porque tenga los ojos desproporcionadamente juntos, si no también por sus animaciones, sus muecas, sus movimientos retro o sus silbidos.

Aun así, parece que a los creadores del juego les atraía la idea de hacer personajes con un solo ojo, y es que muchos de ellos tendrán que conformarse con una visión 2D. En cualquier caso, y aunque algunos de ellos sean monstruos deformes, hasta el más horrible de ellos querrás tenerlo de peluche.

Por otro lado tenemos los escenarios. Quizá esta sea la razón por la que el juego no llega a hacerse repetitivo, y es que podría pecar y mucho de ello. En la variedad está el gusto, y aunque ‘Toki Tori 2’ se desarrolla en el bosque, las cuevas, las zonas acuáticas o la ciudad le dan suficiente variedad como para no pensar que estamos haciendo siempre lo mismo, sin ir a ninguna parte.

Nos queda pensar cómo veríamos en el juego en Nintendo 3DS gracias al efecto estereoscópico y al gran número de capas que posee. ¡Quizá en un futuro el equipo se lance a ello!

Pio pio, piopiopio, pio pio

Lo reconozco; me encanta la banda sonora de este ‘Toki Tori 2’. Será por lo divertida, amena y clásica que es, pero lo cierto es que esa música te traslada a la época donde realmente te divertías con casi cualquier juego de GameBoy Color.

Como ya he dicho, la diversión y al alegría son dos premisas de la banda sonora del juego. Similar en algunos aspectos a ‘Rayman Origins’, con voces en off que cantan al ritmo de la canción de turno, el equipo ha encontrado la canción adecuada para cada momento. Pegadizas hasta la saciedad, hasta las cancioncillas de situaciones pasajeras se pegarán a nuestra mente y no se separarán durante unas horas después de las sesiones de juego, aunque las recordaremos durante largo tiempo.

Como si de la ocarina del tiempo se tratara, Toki Tori puede cantar una serie de notas (hasta 8 seguidas) para formar canciones que desembocarán en distintos sucesos. Podrá hacer dos tipos de sonido; uno que sube un tono y otro que lo baja, siempre comenzando desde uno neutro. Así, si pulsamos durante un breve periodo el botón A repetidas veces, el pollo piará in crecendo, in minuendo si pulsamos durante más tiempo el mismo botón.

La implementación del Gamepad se ha hecho de tal manera que si jugamos en el televisor, escuchemos la misma música en el mando. Como no, en modo Off-TV también escucharemos las melodías del juego desde el Gamepad.

Los efectos de sonido están bien implementados, tantos los golpes que da el pájaro contra el suelo como el sonido del agua cayendo o el aleteo de los pajaros. Además, cada personaje tendrá su propio sonido característico. Unos se escucharán más y otros menos, pero la sensación adorable seguirá ahí.

Os dejamos con un video gameplay donde podéis escuchar tanto los efectos como la melodía más característica del juego.