Análisis Stronghold: Crusader II

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Defiende tu fortaleza

El simulador de construcción y gestión de castillos mejora notablemente sus bases en esta nueva entrega y se convierte claramente en la iteración más ambiciosa

Plataforma analizada: PC
25/09/2014 17:30
Firefly Studios se ha tomado su tiempo para traernos este 'Stronghold: Crusader II', especialmente para crear una experiencia que realmente fuera un salto cualitativo que mereciera el calificativo de secuela. Con el juego en las manos podemos decir que el salto es una realidad, con nuevas opciones jugables, más modos de juego tanto en solitario como multijugador y un motor gráfico en tres dimensiones que ofrecen una nueva perspectiva de lo que supone 'Stronghold'. A pesar de ello, le faltan algunos elementos clave como para considerarse un auténtico referente del género RTS.
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Levantándose sobre unos sólidos cimientos

La saga 'Stronghold' ha logrado altas cotas de popularidad desde hace largo tiempo. Desarrollada por un equipo no demasiado grande, en el seno de Firefly Studios, se trata de una franquicia que se basa especialmente en la construcción de una villa-castillo y mantenimiento de la misma, asegurando el bienestar de los habitantes y la seguridad de nuestras tierras. Con la subsaga 'Crusader' no solo se han incluido algunos assets y elementos nuevos en la saga, sino que además se dio un paso hacia la ambientación de las cruzadas, que además abría nuevas puertas a la jugabilidad con una acción trepidante y constante. El territorio estaba plagado de contrincantes y debíamos tener siempre un ojo puesto a las fronteras.

Una de las principales críticas de 'Stronghold: Crusader' fue que simplemente expandía la experiencia de 'Stronghold', aportando un nuevo escenario de batalla y nuevos elementos pero siendo básicamente el mismo juego en su base. Por ello, Firefly Studios se ha tomado su tiempo para desarrollar esta secuela, demostrando en cada comentario, en cada tráiler y cada imagen, que esta entrega sí que iba a suponer un gran paso adelante. Aunque el título sigue basándose en la construcción de elementos en nuestro castillo para hacerlo crecer y crear una potencia militar, hay unas cuantas novedades que vale la pena mencionar.

Stronghold: Crusader II

Los cambios más evidentes son los que se refieren al salto a las 3D, con una vista más precisa de nuestros asaltos y también de nuestras defensas del fuerte. Pero más allá de eso, encontramos nuevas unidades y construcciones, además del hecho de que cada unidad tiene habilidades únicas. Algunos subirán la moral de sus compañeros, mientras que otros, como el asesino, podrán escalar muros para infiltrarse en un castillo enemigo y asesinar a su líder. También hay nuevas armas de asalto, como la carreta incendiaria, que dan una nueva dimensión a la ya de por sí alocada táctica. Decimos alocada, porque el hecho de poder, entre otras cosas, lanzar animales enfermos para molestar a los enemigos en su propio terreno no se puede catalogar de otra forma.

Los nuevos eventos dinámicos, como tornados, plagas o incendios, que cambian las circunstancias en un abrir y cerrar de ojo

Ojo también a las capacidades cooperativas del juego, que permiten unirnos junto a un amigo en el modo Escaramuza y Mulijugador para defender y gestionar un castillo juntos. Es interesante, aunque confuso en las primeras horas, y puede que muchos no le den el tiempo necesario para acostumbrarse a él. Por último, no podemos olvidar los nuevos eventos dinámicos, como tornados, plagas o incendios, que cambian las circunstancias en un abrir y cerrar de ojos. Como veis, hay una buena cantidad de novedades en esta entrega. Quizás podía esperarse algo más rompedor y revolucionario, pero también hay que tener en cuenta el tamaño y presupuesto de la empresa. El juego se sigue sintiendo como un 'Stronghold' en toda regla, a pesar de todo lo incluido.

Stronghold: Crusader II

Un rítmo de juego frenético

El juego, eso sí, se erige sobre las bases construidas a lo largo de varias entregas (qué símil más bien traído). Seguimos frustrándonos en las primeras partidas al ver que hace falta algo más que un castillo bonito para vencer. Unos edificios situados en un lugar concreto, o al lado de unos u otros, otorgará diferentes ventajas a nuestro poblado. Las defensas han de establecerse al más alto nivel, pensando en cualquier situación y defendiendo siempre al señor de la zona de los ataques directos o incluso de los asesinos. Los combates son complicados y constantes. 'Stronghold: Crusader II' tiene un ritmo rápido que puede incluso avasallarnos si no somos muy duchos en el género o la saga.

Caeremos mil y una veces, o no seremos capaces de avanzar en la historia por no poder vencer a un pueblo enemigo. Y eso nos desanimará. Pero volverá la sensación de que, tal vez, situando de forma diferente aquella torre o colocando una fila más en la muralla, podamos vencer. Y quizás no lo hagamos, pero no dejaremos de darle vueltas todo el día a las posibles situaciones. Y esa es la grandeza de la saga, que se ha plasmado y potenciado en 'Stronghold: Crusader II' gracias a las múltiples posibilidades nuevas. Por ello volveremos a él siempre que tengamos algo de inquietud por los RTS. La fórmula es muy, muy buena, y funciona, aunque puede ser tediosa o repetitiva para el jugador que no tenga esa inquietud.

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Lo mejor

Nuevos modos de juego en solitario y multijugador que multiplican la diversión

Mejoras a unas bases ya notables que ofrecen un sistema de juego profundo y preciso

El salto a las 3D sienta de maravilla a la franquicia

Las opciones de edición y creación de escenarios dan mucho lugar a la imaginación

Lo peor

El juego puede desanimar a los jugadores menos habituados al género y a la saga

A pesar de la mejora, gráficamente queda en evidencia frente a otros juegos del género

No está muy bien optimizado

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