(Pc, Mac)
Despedida por todo lo alto
Kerrigan. Raynor. Zeratul. Personajes inolvidables para los que llevamos disfrutando de Starcraft desde hace más de 15 años, pero para quienes ya hay un final escrito
Plataforma analizada: PCEl estudio responsable también de ‘Diablo’ ha sabido medir a la perfección los tiempos marcados para cada una de las entregas que se han ido lanzando para ‘Starcraft 2’; haciendo del conjunto de los tres capítulos posiblemente la obra más redonda en términos argumentales desde ‘Warcraft 3’. Aunque ‘Legacy of the Void’ puede disfrutarse en solitario sin pasar por los anteriores títulos de la trilogía, hacerlo sería como comenzar ‘Mass Effect’ por el tercer y último episodio de la marca, un destrozo vamos. Una de las cosas que hace grande a ‘Starcraft 2’ es la manera en la que Blizzard ha ido dando forma a la historia – pero también a las mecánicas jugables – con un guión más que decente en la trama protagonizada por Raynor; superándose con Kerrigan y su sed de venganza; y llevándola a extremos que rozan la emoción constante nivel a nivel con ‘Legacy of the Void’.
No vamos a hablar en absoluto del argumento, más aún si atendemos a que nos encontramos ante el episodio final de tres de los personajes más carismáticos que han pasado jamás por RTS alguno. Poco hay que decir también a estas alturas pues han pasado años desde ‘Wings of Liberty’ y unos pocos desde ‘Heart of the Swarm’; tiempo más que suficiente para adentraros en ambas obras. Y si no lo habéis hecho todavía, tranquilos, a pesar de lo transcurrido las dos entregas anteriores han envejecido de forma maravillosa tanto en lo jugable como por supuesto en lo argumental. Vale, no queréis saber nada del desenlace sobre la trilogía, lógico por otra parte, pero seguramente sí éste cumple. Por supuesto. Blizzard ha sabido poner punto y final de forma maravillosa a su historia; tomando esta vez como grandes protagonistas a Zeratul y su raza, principalmente caracterizados por luchar contra la extinción total y avisar al resto de pueblos de ese mal endémico llamado Amon.
El guión, plagado de tensión y escenas memorables desde el primer momento nos enganchará sin remedio nada más dar comienzo, el cual se ve aderezado por todo tipo de misiones que sirven de hilo conductor para avanzar en la historia. Blizzard no ha querido comerse la cabeza en este aspecto, y nos presenta niveles que beben mucho de la metodología utilizada ya en ‘Heart of the Swarm’. Sin llegar a ser negativo, nos hubiera gustado ver algo más de sorpresas en este aspecto. Dicho lo cual, no faltarán misiones en las que predominen “quest” secundarias para los jugadores más valientes – y avezados pues no serán del todo fáciles para los menos duchos en el género - ; otras que abogarán por un concepto MOBA en el que controlaremos a un único personaje, e inclusive segmentos argumentales que nos pongan delante de un imponente jefe final al más puro estilo ‘Diablo 3’.
No hay que olvidar tampoco las mejoras, presentes en la Lanza de Adún, buque insignia de los Protoss y centro neurálgico para controlar las diferentes tropas y sus habilidades en el campo de batalla antes de la confrontación. Al igual que ya viéramos en ‘Heart of the Swarm’, y de forma más superflua en ‘Wings of Liberty’, aquí se nos abrirá un amplísimo abanico de posibilidades en las que conocer mejor a los personajes que habitan en la nave, optimizar las unidades y sus dotes para el combate… en líneas generales, éste será nuestro único remanso de paz entre misión y misión, así que nada mejor que relajarse y “perderse” un poco entre el ambiente de la misma, aunque eso sí, todo lo que nos deje la tensión argumental.
Puede que para muchos ‘Starcraft 2’ sea un título en el que la Campaña es lo más importante dado el “temor” que provoca adentrarse en la vertiente multijugador de un RTS. No obstante, y superado el miedo inicial, es la apuesta con diferencia más longeva que ofrece el producto y que con ‘Legacy of the Void’ alcanza su culmen.
Además de las nuevas unidades, con un número que podría haberse visto ampliado si atendemos a las incluidas en el anterior capítulo, destaca con especial importancia el Modo Arconte y la opción Cooperativa. La primera de las modalidades nos invita a participar en partidas en las que compartimos base con otro compañero, una opción que nos ha parecido francamente divertida y en la que en todo momento hay que estar en contacto con él para poder llevar de forma óptima la gestión de recursos. Por otro lado, las Misiones Cooperativas plantean encargos similares a la campaña, pero con la novedad que cada jugador encarnará a Comandantes tan característicos del universo Starcraft como Raynor, Kerrigan, Zagara o Swann.
A las sorpresas para ‘Legacy of the Void’ también hay que añadir un multijugador que a día de hoy se presenta como francamente sólido. Tenemos desde las ya clásicas partidas contra la IA con las que poner a prueba nuestra habilidad con las diferentes razas; los encuentros clasificatorios – tremendamente adictivos una vez dominamos a los Zerg, Protoss o Terran – y por supuesto las siempre ingeniosas ideas del modo Arcade y en las que encontramos todo tipo de variantes fruto de la siempre activa comunidad de Starcraft.
Blizzard ha logrado lo que muy pocos estudios pueden decir, terminar una trilogía por todo lo alto, cerrando su arco argumental de forma sobresaliente y manteniendo en todo momento un nivel de calidad fuera de toda duda. ‘Legacy of the Void’ es una expansión standlone, entiéndase por ello que no necesitaremos de los anteriores títulos para ser jugada. No obstante, y para aquellos que no hayan jugado a ‘Heart of the Swarm’ o ‘Wings of Liberty’, cabe destacar que estamos ante un producto, que en el cómputo general, da como resultado una aventura que en su modo Campaña nos ofrece la friolera de más de 30 horas de duración si aunamos las historias de las tres razas; más luego la infinita duración que pueda albergar el modo multijugador.
Es importante hacer especial hincapié en esto, más que nada porque aunque ‘Legacy of the Void’ es un título sobresaliente en todos y cada uno de sus apartados; no puede entenderse sin la trama de Raynor y Kerrigan. Dicho esto, tenemos pues diferentes tramas perfectamente diferencias, a cada cual mejor; pero que además ofrecen formas bien distintas de ser abordadas gracias a las características de los Terran, Zerg y Protoss.
Si a todo ello le unimos un online adictivo gracias a la gradual curva de dificultad que plantea la Campaña para cada una de las razas que nos incitará a competir contra otros jugadores , ‘Starcraft 2’ es a día de hoy una apuesta segura para disfrutar en solitario, pero también en compañía. ‘Legacy of the Void’ es la guinda de un pastel que lleva cocinándose desde 2010, y a pesar de las despedidas, nos ha dejado maravillados como pocos juegos han hecho en su género.
Lo mejor
El final de la trilogía se cierra de forma magistral, una conclusión épica y a la altura del legado de Starcraft
La Campaña es variada y ofrece todo tipo de misiones con las que es imposible aburrirse
El Modo Arconte y las Misiones Cooperativas, muy divertidas
Starcraft 2, en su conjunto, es de lo mejor en RTS y con una calidad incuestionable
Lo peor
Por ser exigentes, nos hubiera gustando algunas novedades más en términos de nuevas unidades
Aunque la Campaña derrocha calidad, se reciclan algunas ideas de Heart of the Swarm
Blizzard no ha cuidado mucho a los jugadores más novatos en el género, sigue siendo un RTS que requiere paciencia y práctica
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