Análisis Spider-man: Edge of Time

Cada hombre araña cuenta con una serie de características que le definen. Mientras que el Spidey de toda la vida se las apaña la mar de bien con sus telarañas para crear ataques potentes, su homólogo del futuro utiliza la maña con la velocidad y los señuelos para crear distracciones fatales para sus enemigos. Aún así la jugabilidad con ambos viene a ser prácticamente calcada. Lo único que difiere en los episodios protagonizados por Spider-Man 2099 son las áreas en las que tendremos que planear en caída libre sorteando el mayor número obstáculos posible, o lo suficientes como para no convertirnos en papilla de araña.

Evidentemente, el sentido arácnido esta presente y nos ayudará a localizar enemigos y nuestros objetivos haciendo, si cabe, todavía más fácil el juego. La dificultad es más que asequible en modo normal y el juego es muy corto y excesivamente repetitivo, entre 6 y 7 horas invertidas es el tiempo necesario para completar el juego por primera vez, estancándonos un poco en alguna que otra batalla. Los jefes  son muy, muy, muy fáciles siempre y cuando des con la manera de acabar con ellos. Para extender la vida del juego existe la red de desafíos, desbloqueables a medida que avanzamos en la campaña principal y en el que se plantean retos al jugador a modo de objetivos a batir a contrarreloj. Como recompensa podremos desbloquear trajes alternativos, periódicos y figuras.

La jugabilidad, en resumen, es sencilla y  está bien implementada. Sin embargo, mi mayor reproche es como Beenox desaprovecha la oportunidad de hacer un juego de Spider-Man en el que se pueda hacer lo que todos los fans del trepamuros esperamos: desplazarnos por un amplio mapeado balanceándonos con la telaraña.  En todo momento estaremos encorsetados en habitaciones y estancias en la que el uso libre de la telaraña es prácticamente inútil.

Apartado técnico

Poco se le tiene que reprochar al estudio francés en lo que respecta al apartado visual del juego. Los personajes principales constan de un modelado y detallado impecables,  lastima que sean lo únicos. Los lacayos del juego se basan en unos pocos modelos a los que luego se les cambia de color para hacerlos más malotes o más fuertes. Festival de copy & paste. Tanto en un plano dimensional como en el otro, los escenarios estan bien pensados para facilitar la linealidad y su limitación espacial juega a favor del lucimiento técnico en cuestión de detalles... pero son ultra-repetitivos. El juego ofrece poquísimas ubicaciones de interés estético, provocando que aumente la sensación de claustrofobia y rutina. El juego utiliza, en determinados momentos, escenas cinemáticas pre-renderizadas, una práctica que va progresivamente en desuso, aunque he de admitir que son espectaculares.

En el apartado sonoro, la cosa pinta mucho mejor. La banda sonora corre a cargo de  Gerard Marino, igual el nombre os suena más bien poco pero ha sido el responsable de poner acordes a las aventuras de Kratos en la saga God of War.  El juego, pues, cuenta con una buena orquestación de las aventuras vividas y, el reparto actoral no se queda atrás. La habitual voz de Spider-Man Josh Keaton, vuelve a ponerse en los labios de Peter Parker junto a Christopher Daniel Barnes, quién da voz a Miguel O'Hara. Los nombres más populares se han guardado para los villanos. Katee Sackhoff, la popular Capitán Starbuck de Battlestar Galactica, insufla vida a la Gata Negra mientras que Val Kilmer hace lo propio con el profesor Sloan.

Conclusión

Spider-Man: Shattered Dimensions ofrecía algo de esperanza, marcaba el buen camino hacía el juego de Spider-Man definitivo. Con Edge of Time la esperanza se desvanece al encontrarnos un título correcto, pero del montón. ¿Vale la pena jugarlo? Sinceramente, con la oferta que tenemos hoy en día, no. En un mundo justo, le revocarían a Beenox los derechos de explotación "videojueguil" del trepamuros, pero solo nos queda cruzar los dedos para que esta se ponga las pilas en el próximo juego, encorsetado en la adaptación del reboot cinematográfico del personaje.