Análisis Soul Sacrifice

El modo multijugador es uno de los mejores vistos hasta la fecha en la portátil, sin duda; aquí es donde la diversión se multiplica y el sistema de combate cobra todo el sentido del mundo. Veremos reflejada también la habilidad de sacrificio/salvación que podemos usar en el modo individual: cuando nuestros compañeros caigan en combate podremos dar la mitad de nuestra vida para salvarles o sacrificarles para desatar un poder devastador contra los monstruos (pero seremos una unidad menos en el equipo). Si deciden sacrificarnos seguiremos como espectros en la partida pudiendo influir en ella usando nuestra pantalla táctil. Si pulsamos repetidamente en los monstruos podremos bajar su defensa y su pulsamos encima de nuestros compañeros podremos aumentar su ataque.

Al caer nos saldrá a cuenta no abandonar la partida, ya que si nuestro equipo logra vencer también recibiremos recompensas (aunque no aumentaremos nuestro nivel). Por lo que podéis intuir, no siempre podremos esperar lo mejor de nuestros compañeros. Como hechiceros podrán aprovecharse de nuestra baja o por el contrario ser unos buenos samaritanos y revivirnos.

Algunos monstruos gigantéscos nos pondrán contra las cuerdas en más de una ocasión.

Apartados artístico y sonoro al servicio de una gran ambientación

Gráficamente, 'Soul Sacrifice' no es el no va más, pero sí despunta a primera vista por el genial aspecto de los gigantescos jefes finales, cuyo aspecto es fantástico, muy por encima de otros elementos del juego. Vemos que es un aspecto donde se ha arriesgado y eso es algo que valorar. Tampoco se quedan atrás los enormes escenarios, que son bastante variados y diferentes entre sí, aunque nos hubiera gustado que no estuvieran tan vacíos. Los efectos que se producen al utilizar las ofrendas están muy bien conseguidos y son bastante espectaculares; lo mismo sucede con los ritos en los que nuestro personaje tiene que sacrificar partes de su cuerpo. Como borrón en el apartado, decir que hemos experimentado algunos efectos extraños en la resolución de algunos escenarios en momentos puntuales, sobre todo apreciable en el suelo, que se pixelaba bastante.

El diseño artístico del juego es junto a su narrativa lo mejor de todo. Crear un universo desde cero, con un contexto e historia propios, es muy complicado. Para que todo eso sea creible se necesita un aspecto único que le entre por los ojos al jugador y eso es algo que bajo nuestro criterio 'Soul Sacrifice' cumple a todas luces. El diseño logra transmitirnos sensaciones de perdición, oscuridad, desamparo, tristeza, que son difíciles de describir y que hacen que el título tenga "algo" especial. Algunos aspectos como los sacrificios físicos que tendrá que hacer nuestro personaje o el proceso de salvación/sacrificio de almas se han cuidado al máximo y resultan muy convincentes.

Esperamos hasta tres DLC gratuitos para los próximos meses.

Al frente de la banda sonora está el aclamado compositor Yasunori Mitsuda, responsable de la música de títulos tan conocidos como 'Xenosaga', 'Chrono Cross' o el más reciente 'Kid Icarus Uprising'. Entre las piezas de la banda sonora destacan algunas de estilo muy barroco y melancólico sobre todo para los menús y mientras avanzamos en la historia en las páginas de Librom. Para las batallas encontramos melodías más épicas, orquestadas, que dan un colorido bastante acertado al fragor de las batallas. Nada que objetar en este apartado.

Como viene siendo costumbre en los títulos de PS Vita lanzados por Sony, no podía faltar la ración correspondiente de contenido descargable tan demandada estos días. Si el juego ha logrado atraparnos, pero nos hemos quedado con ganas de más, quiás nos interese una una magnífica noticia que hemos conocido esta misma semana. Sony tiene la intención de de lanzar hasta tres DLC totalmente gratuitos durante los próximos meses que introducirán nuevos monstruos finales, nuevas magias, hasta 24 misiones extra en total y una nueva funcionalidad de Realidad Aumentada. Toda una estrategia de premio y fidelización de los compradores del juego que no se suele ver estos días.