Análisis Resident Evil Code: Veronica X

Resident Evil Code: Veronica X, el retorno al terror más clásico

Después del boom que supuso la trilogía original de Resident Evil, nadie esperaba que en el año 2000, una consola llamada Dreamcast acogiera, a la que a la postre sería una de las entregas más queridas, reconocida de hecho por algunos de sus seguidores, e incluso de sus desarrolladores, como la auténtica tercera entrega de la saga. Resident Evil Code: Veronica, recogía los elementos más característicos de la saga (munición limitada, escenarios claustrofóbicos, enemigos en superioridad numérica....) pero con un apartado gráfico mejorado dejando atrás a los escenarios pre-renderizados.  

La entrega no tardó en popularizarse y acabó por hacerse un hueco en el corazón de los fans de la saga pese a no tratarse de una entrega numerada. Capcom lo sabe, y continuando con su política de exprimir su gallina de los huevos de oro, ha decidido lanzar una versión de esta popular entrega en la actual consola de Sony.

Capcom no se ha complicado la vida

El problema de esta versión de Resident Evil Code Veronica X que llega a nuestras PlayStation 4, es que es una emulación directa de la versión lanzada hace tantos años en PlayStation 2 (con unas mejoras mínimas en gráficos como texturas), es decir, estamos ante exactamente el mismo videojuego que se publicó en 2001. Esto ya nos puede ofrecer una idea del poco trabajo que ha dedicado Capcom al lanzamiento del juego en la actual consola de Sony, pero la cosa no acaba ahí. Hace unos años, se lanzó en PS3 Resident Evil Code Veronica en su versión HD, con mejoras en el apartado gráfico (iluminación, texturas, etc...) que esta versión no incluye. Es decir, la versión de PS3 (lanzada en 2011) se veía mejor que la actual.

No logramos entender, porqué Capcom ha preferido recurrir a la versión de PS2 en vez de utilizar la versión de la pasada generación (recordemos, con mejoras gráficas) para su lanzamiento en PS4. Y si el apartado gráfico es digno de ser criticado, no sería justo hacerlo con el apartado sonoro. Y es que, sin duda, uno de los puntos fuertes de la entrega es su banda sonora, con unas melodías que nos incomodan y nos mantienen en tensión constantemente, así como unas voces, que sin ser excepcionales, cumplen notablemente.  En cualquier caso, este hecho no marca una gran diferencia a la hora de disfrutar o no de Code Veronica X. 

Las mecánicas del juego están bastante anticuadas

Estamos hablando de un Resident Evil "de los antiguos", de aquellos de dedicar casi más tiempo a la exploración y a los puzles que al combate, y por lo tanto el control de los personajes también será de aquella época. Me explico, nuestro personaje se moverá de una forma conocida coloquialmente como "control tipo tanque": el personaje solo se moverá en línea recta adelante o hacia atrás, y para girar hacia derecha o izquierda tendrá que girar primero sobre su propio eje.  Hay que reconocer que este control tiene su encanto pese a lo frustrante que pueda ser en un principio, y al que, si además le añadimos su sistema de cámaras fijas, obtendremos una de las principales maneras que tiene el juego de ponernos en tensión: escuchar al enemigo acercarse sin saber a qué distancia está, y saber que nuestra velocidad de respuesta será limitada por lo rudimentario de su control, creando así una sensación de pérdida de control de la situación pese a ir armados. 

Es cierto que Capcom podría haber introducido la posibilidad de jugar con otro control más actual como se hizo con ejemplo con el primer Resident Evil en su versión HD remaster, y es cierto también que alguien que nunca haya probado este tipo de control sufrirá mucho en un principio, pero la realidad, es que se acaba dominando rápidamente, y salvo en contadas ocasiones, no piensas que otro tipo de control es 100% indispensable. Al control del personaje anticuado, y al sistema de cámaras fijas, faltan por añadirle 2 componentes más que seguramente acaben por hacer decidir a muchos usuarios que este no es su juego: el sistema de guardado y la gestión del inventario. Al igual que con los dos puntos anteriores, estamos ante elementos que van ligados a la saga Resident Evil desde su inicios, pero que sin duda, espantarán a muchos potenciales nuevos jugadores. 

El inventario es muy limitado, ocho casillas en un principio, expandibles a diez. En este reducido espacio deberemos llevar nuestras armas, hierbas y objetos para resolver puzles (como llaves, componentes de un suero, o tarjetas electrónicas). Como podéis imaginar, será imposible llevarlo todo a la vez, así que tendremos que ir visitando asiduamente (en ocasiones realizando largas y tediosas caminatas sobre nuestro pasos) las habitaciones con baúles donde podremos descargar y organizar nuestro inventario. En la mayoría de estas habitaciones donde se encuentras los baúles, también encontraremos las máquinas de escribir. Estas máquinas sirven para guardar nuestro progreso. Sin embargo, este sistema de guardado difiere del sistema de guardado manual de la mayoría de videojuegos, y es que necesitaremos cinta de tinta para escribir para poder guardar.

La existencia de estas cintas (bastante limitadas) hace que nos pensemos siempre dos veces, si realmente es necesario guardar partida o si creemos que podemos aguantar un poco más sin morir. Y es que no hay check points (salvo alguno ocasional antes de algún jefe), por lo tanto, la importancia de saber cuándo guardar partida acaba haciéndose un hecho capital. 

Buscando a Chris desesperadamente

Una vez aclaradas sus mecánicas, toca hablar del motivo por el que tendremos que enfrentarnos a sus distintas fases de combate, exploración y puzles, durante las más de 10 horas que puede durarnos la aventura (una cifra nada despreciable para el género y la época). Toca hablar, de su historia.  Sin entrar en detalles, por si alguien no lo ha jugado todavía, estamos ante una de las mejores historias de la saga, con giros inesperados, personajes muy bien definidos y que son bastante complejos para lo que nos tiene acostumbrado este tipo de aventuras, situaciones dramáticas y reencuentros con personajes de otros episodios. A la historia que vamos conociendo poco a poco mediante las cinemáticas, hay que añadir diversos una serie de documentos esparcidos por todo el mapa, que permiten indagar más en los entresijos de la historia de Claire Redfield, los hermanos Ashford y alguna cara mas muy conocida por los fans de la saga.

En conclusión, los juegos buenos siempre serán buenos por mucho que pase el tiempo, y en el caso de Resident Evil Code Veronica X la norma se cumple. Puede que sus elementos anticuados como el inventario o el control echen para atrás de primeras a muchos usuarios, pero los que sigan adelante, se encontraran con una gran aventura de las de antaño, que acabaran por disfrutar mucho. El problema es que el juego es exactamente el mismo al de hace más de 15 años, y molesta el poco trabajo que ha demostrado Capcom al no añadir ningún elemento que mejore la experiencia (tanto gráficamente como jugablemente) más allá de los trofeos.