Remakes: Resucitando el pasado para rellenar el presente

En el caso de las sobremesas de Sony y Microsoft ya tenemos que contar varios ejemplos que han salido en su primer año de vida. La potencia de ambas máquinas ha sido la excusa perfecta de sus desarrolladores para llevarlos a PlayStation 4 y Xbox One. Ante la evidente falta de potencia de sus antecesoras, ahora se puede conseguir lo que tanto ansiaban. Sobra decir que todos los lanzamientos son títulos de gran calibre. Es más, algunos podrían catalogarse como necesarios para medir las diferencias entre un hardware y otro. Ahora bien, una cosa es un par de ejemplitos y otra llenar el catálogo de la octava generación de refritos o ports.

Tanto PlayStation 4 como Xbox One han recibido, están recibiendo y recibirán una serie de títulos que ya hemos podido disfrutar en la pasada generación y en PC. Algunos de los que han llegado, como es el caso del más reciente, se trata de juegos de hace ya un par de años. Ahí tenemos a Sleeping Dogs. El juego de United Front Games es una gozada que hemos podido disfrutar en PC, PlayStation 3 y Xbox 360. Ahora sus sucesoras también lo harán y a precio de novedad. Le limpiamos un poco la cara y lo hacemos pasar como nuevo. Así con todos los que han salido, salvo un par de casos a lo sumo.

Aceptando la realidad

Como jugadores y fans empedernidos de este ocio virtual, el haber gastado 400 o 500 euros en una consola solo tiene un significado, juegos nuevos que aprovechen las capacidades de estas. Se hace una inversión de semejante calibre para disfrutar de experiencias nunca antes vistas. A nadie le hará gracias que el catálogo de una consola esté marcado por el lanzamiento de uno, dos, tres o hasta 10 juegos que ya tuvieron su gloria en otras consolas. ¿De qué me sirve gastar semejante pastizal si luego veo como una y otra vez me inundan de ports/remakes? Para eso sigo con la generación pasada o saco la consola antigua. Sí, se ven peor, pero son más baratos.

El tema del precio lo trataremos a continuación ya que también tiene miga. Ante esta situación de sacar las antiguallas, en sentido literal, del baúl de los recuerdos, solo queda la aceptación. Por mucho que nos emperremos en negar su salida, estos acaban saliendo. Ojo, aquí no hay nadie que esté libre de pecado, y el que sí lo esté que tire la primera piedra, pero cuidado con la pantalla. Todos, o casi todos, hemos caído en la tentación de comprar un remake/port o varios. Es más, el que os transcribe estás palabras tiene tres en su biblioteca. Hipócrita, dirán algunos. A medias la verdad. Uno de ellos no lo había jugado en su momento.

El caso es que, al final, todos acabamos cayendo en ese atrayente  campo gravitacional que envuelve al port/remake de turno. Sea porque somos unos flojos, deseamos tenerlo por nostalgia o por pura morbosidad de ver como se porta en una nueva plataforma, la inmensa mayoría caemos. Y es precisamente esto lo que da alas a los estudios de desarrollo para exprimir a esta nueva gallina. Saben jugar a la perfección con el ansia gamer, ese pequeño bicho que llevamos dentro, y es que como la tenia, que nos incita a comprarlo. ¿Es una crítica? Ni mucho menos, cada uno hace con su dinero lo que le place, que para eso se lo gana.

Abusando del precio

Y nos vamos al tema más candente y polémico de estos “resucitados”, el precio. La tónica general de estos lanzamientos, sean remakes o sean ports, lo mismo da uno que otro, es que el precio está por las nubes. El 95% de los juegos rescatados de la pasada generación con un lavado de cara para la nueva ostentan precio de novedad. Algunos ejemplos que podemos citar son 'Tomb Raider Definitive Edition', 'Sleeping Dogs Definitive Edition' o 'Grand Theft Auto V'. El precio de todos estos ha sido o será de novedad, es decir, entre 60 y 70 euros. Que un juego con dos años a sus espaldas, por mucha mejora gráfica que tenga, salga a ese precio es una salvajada.

Por suerte tenemos casos de juegos porteados donde sus desarrolladoras han sido un poco más condescendientes. Su precio ha sido más benevolente con el usuarios han sido más bajos de lo normal. Tenemos como caso más claro 'The Last of Us', en PlayStation 4, o el más notable de todos 'Metro Redux', que por 39.99 euros te llevabas dos juegazos a tu casa. Bien llevado el concepto de port/remake, en tema de precio y calidad del producto, incluso muchos podríamos hacer hasta oídos sordos. Sirven al cometido de rellenar las carencias de un catálogo primerizo o lleno de juegos cross-gen, que en algunos casos no son más que ports.