Análisis Red Johnson's Chronicles: Uno Contra Todos

Sin embargo, y aunque originales, no todo iban a ser maravillas acerca de los puzles del juego. Bastantes de estos enigmas campan a sus anchas como cabras en celo por el terreno de la más tremenda absurdidad, tanto por su propio diseño como por las situaciones en las que topamos con ellos. Esto, a la larga, imposibilita bastante terminar de engancharse con una historia que se queda en segundo plano, provocando a menudo la sensación de encontrarnos, más que ante una trama detectivesca, ante una excusa de unos desarrolladores cuya intención real era ofrecernos un repertorio de sus ideas más disparatadas. ¿Submarinos cuyos torpedos se disparan mediante minijuegos de tiro al blanco? ¿Camiones que se pasean con ecuaciones pintadas en la carga? Pues sí, 'Red Johnson Chronicles' es todo eso y mucho más...

Y no, no es que la extravagancia sea un concepto ajeno a los grandes referentes del género ni mucho menos, pero no es menos cierto que en más de una ocasión llegaremos al punto de pensar, simplemente, que "esto no viene a cuento de nada" o que "ya no tengo ni pajolera idea de lo que estaba haciendo".

A eso habría que añadir, además, que si bien la dificultad se presenta muy bien ajustada al principio, sin dar nunca la sensación de estar todo masticado pero sin tampoco pasarse, todo da un vuelco hacia la mitad de la historia. En este punto empezaremos a topar con puzles exageradamente frustrantes, ya sea por su excesiva pesadez, por llegar a un punto de absurdidad que impide ni tan solo intuir por dónde van los tiros, o por una combinación de ambas cosas.

Cuando esto suceda -y, en serio, sucederá- podremos por lo menos echar mano del sistema de pistas incluído de serie en el juego, en forma de aparición repentina de un excéntrico viejo amigo de Red con extrañas pintas y más que irritante modo de hablar. Un sistema que, al contrario de lo que sucede en otros juegos similares, se ha logrado dotar de la información justa y necesaria como para resultar sugerente en lugar de resolutorio, dejando entrever de qué va la cosa pero sin decir nada claro. Algo que, después de haber visto sistemas de pistas como el de 'Runaway 2' que son más bien guías dentro del propio disco, es de agradecer.

Luces, cámara... ¡Investigación!

Pasando a otros aspectos, esta segunda entrega de 'Red Johnson Chronicles' mantiene el atractivo y característico estilo visual del que hacía gala su primer episodio, con un look a medio camino de la caricatura y una ambientación con tintes de cine negro. Los escenarios, aunque estáticos y no muy abundantes, son muy ricos en detalles y guardan alguna que otra sorpresa oculta, pero no lucen tanto en cambio las animaciones, que son un poco toscas.

En algunas ocasiones, además, nos encontraremos con algunas secuencias de vídeo en blanco y negro que acrecientan el ambiente peliculero. Secuencias en las que, por lo general, seremos retados a completar unos pocos "quick time events" con los que se intenta dar algo más de variedad, aunque en la práctica molestan bastante tanto por lo poco que se ven venir como por el escasísimo tiempo del que se dispone para completarlos.

A nivel sonoro, cabe destacar lo realmente pegadizo que resulta tema principal de la serie, que por desgracia sólo tendremos ocasión de disfrutar en la pantalla de título. El resto de la banda sonora no va más allá de melodías ambientales francamente olvidables, mientras que el doblaje -en inglés- es correcto sin mayores pretensiones.

Desafortunadamente, y volviendo al apartado jugable, el mimo por el diseño de enigmas no se ha visto trasladado al resto de elementos de la aventura, dando como resultado un conjunto que trastabillea de forma contínua. Sin ir más lejos, uno de los pilares básicos del género, como es la recolección de objetos y su uso en interacciones de tipo llave-cerradura, ha sido en este caso totalmente obviada. Todos los objetos con los que contaremos a lo largo del juego serán una lupa de aumento y una lámpara ultravioleta que usaremos mucho más de lo que la lógica permitiría predecir, echándose en falta algo tan tópico pero a la vez gratificante como "encontrar el objeto A que por fin podré usar de una vez sobre el dichoso elemento B".

La interacción con el resto de personajes tampoco es que brille con demasiada fuerza, tanto por su escasa cantidad -apenas seis o siete y la mitad de ellos sin personalidad alguna- como por la banalidad que suponen la mayoría de los diálogos, desprovistos de todo ingenio para ser rellenados con comentarios fuera de tono que nada aportan al desarrollo de una historia que se antoja bastante floja.