Análisis Quantum Break

Al estilo Remedy

La nueva obra de los padres de ‘Alan Wake’ nos pone en la piel de Jack Joyce. Éste decide acudir a la llamada de “auxilio” de su amigo Paul Serene. ¿El motivo? Se ha quedado sin financiación para lograr, atentos, hacer funcionar una máquina que permitiría los viajes en el tiempo. El proyecto, por supuesto ilegal por ahora, es activado entre Paul y Jack, yéndose al traste los planes y saliendo todo cuanto cabría esperar mal no, peor.

Jack se cruza con su amigo Paul 17 años después, pero claro, las tornas han cambiado. El que también es hermano del protagonista, Will, se ve involucrado en la prueba no saliendo muy bien parado de ésta, ¿o tal vez sí? Eso lo tendréis que descubrir vosotros, al igual que el resto de la historia. A partir de aquí se sucederán todo tipo de situaciones. Paul, obsesionado con los poderes que le ha concedido el experimento, tratará de llevar la compañía Monarch a ser la pionera y más poderosa empresa en lo que a ciencia en este campo se refiere, cueste lo que cueste. Jack tratará de frenarlo en el intento, pero por el camino se encontrará con todo tipo de inconvenientes.

Es difícil ahondar en la historia de ‘Quantum Break’ sin caer en algún que otro spoíler, por lo que os recomendamos encarecidamente que tratéis en la medida de lo posible cualquier tipo de visita a foros o gameplays. La historia, narrada con saltos en los que vemos las brechas creadas por Paul durante 17 años, también aporta todo tipo de información gracias fragmentos en los que Jack narra lo sucedido, además por supuesto de la serie de TV, incluida en el juego. Si bien ésta no es 100% necesaria para comprender la trama del juego, su visionado ayuda a conocer por completo el trasfondo del título y el universo creado por Remedy.

Para aportar un extra de inmersión para con el usuario, el estudio también ha sumado al paquete varias tomas de decisiones denominadas Nudos. En ellas podremos comprobar cuál sería el futuro que depara a la sociedad en base a nuestras acciones. Sin duda un detalle que ayuda a la rejugabilidad de la obra.

Si queréis conocer más sobre Quantum Break y su jugabilidad de forma más que detallada, os invitamos a que paséis por el análisis original que publicamos en su día para la versión de Xbox One. 

Quantum Break hace los deberes en PC

Quantum Break es uno de esos juegos que sabrá sacar partido de los PCs más potentes. La premisa de la versión que encontramos en compatibles es exactamente idéntica a lo visto en Xbox One si atendemos a la jugabilidad - con mando - y por supuesto la historia. No obstante, hay ciertos elementos que dejan a la versión de PC un escalón por encima de lo visto en la consola de Microsoft.

El primero y más importante es sin duda lo referente al apartado gráfico. Salvo un par de opciones, Quantum Break se ha movido con soltura a 1080p y 60 imágenes por segundo en nuestro PC de pruebas. Este estaba compuesto por un procesador i7-4790K, 16GB RAM y una tarjeta gráfica Nvidia GTX 980; todo con detalle en Ultra a excepción de dos elementos que son un auténtico consume recursos. El principal y más importante a la hora de salvar bastantes frames es el referente al "reescalado" de resolución que hace el juego. Una característica que Remedy ha implementado con el fin de aplicar un AA temporal y que funciona francamente bien pues nos permite subir el resto de parámetros como resolución de texturas, sombras, iluminación, etcétera... eso sí, a costa de emborronar la imagen.

Desactivar dicha característica otorgará una increíble nitidez en la imagen, bastante vistosa por cierto, pero en nuestro caso hemos pasado de jugar a 60fps como una roca a hacerlo con altibajos entre 40 y 60 frames según la zona. Aún así, el resultado en términos de optimización y perdonando dicho traspies es más que óptimo, siendo una auténtica gozada disfrutar de Quantum Break y sus frenéticos combates a 60fps con todo tipo de efectos gráficos en pantalla. 

Por otro lado, y no menos importante, el control con teclado/ratón se nos ha antojado mucho más cómodo que lo que teníamos en Xbox One y su gran mando. ¿El motivo? La libertad y rápidez que ofrece el ratón, junto a una gran distribución de los poderes/armas en el teclado por defecto. El resultado es que ahora los combates se vuelven mucho más precisos, lo que aunando esos 60fps en caso de que nuestro PC pueda alcanzarlos, dotan a la acción de Quantum Break de un título adictivo y muy divertido.

Un juego de los que ya no quedan

Remedy siempre se ha caracterizado por hacer obras con una fuerte carga narrativa y fases de acción que vienen protagonizadas por elementos como el tiempo bala o en el caso de Alan Wake por la linterna junto a armas de fuego. Este título, junto a Max Payne, han sido santo y seña del estudio, llevándolo a lo más alto y en cierta manera creando una forma única de hacer videojuegos que recuerda a las obras de hace años, esas en las que hablábamos de la llamada vieja-escuela.

Aunque Quantum Break llegue en pleno 2016 es innegable que se nota ese tufillo a esencia Remedy y por supuesto old-school de la que hablamos: Niveles muy lineales, secuencias cinemáticas que enlazan a la perfección con la trama y por supuesto una jugabilidad exquisita que apuesta por la acción más directa y divertida. A toda la fórmula sumad, en este caso para PC, un apartado visual sobresaliente y que saca partido de los actores utilizados, una serie que podemos seguir sin cortes conforme terminamos el episodio de turno en el juego y una optimización notable.