Potencia sin presupuesto

¿Será la potencia de Wii U un obstáculo?

Desde 2005 lleva Xbox 360 con nosotros, un año más que la actual sobremesa de Nintendo hecho que no impidió a los de Kyoto lanzar una consola técnicamente inferior con un aliciente único que vendió millones: su mando.

En aquel momento poco parecía importar la potencia frente a la diversión inmediata y accesible para cualquier persona, pero con el paso del tiempo la diferencia visual entre las máquinas de Microsoft y Sony frente a la vetusta Wii se ha hecho más palpable. Todo hasta llegar el punto de apenas recibir apoyo de terceras compañías en su último año ofreciendo productos que los jugadres demandaban desde su salida como puedan ser Xenoblade o The Last Story.

Las sucesoras de Xbox 360 y PS3 parecen próximas a su presentación oficial prometiendo una potencia bruta casi inimaginable mientras que Wii U podrá ser adquirida este mismo año aún a falta de información oficial sobre sus características. Se teme sobre su potencia a causa de varias declaraciones a través de la red de gente que dice saber cosas sobre ella y tachándola de similar a las actuales HD. Movimiento que haría a más de uno echarse las manos a la cabeza. Pero…¿Es necesaria más potencia? O mejor dicho…¿es viable?

Si bien es cierto que se acusa de un determinado cansancio en el catálogo muy pocas compañías han sido capaces de exprimir todo lo que ofrecen las máquinas actuales siendo las terceras partes de Gears of War y Uncharted algunos de los afortunados.

La acción parece mandar sobre el resto de géneros ofreciendo más posibilidades de ventas satisfactorias y dejando a un lado todo tipo de propuestas excelentes provocando el cierre de las desarrolladoras o relegando sus proyectos al terreno descargable. Es en este punto cuando uno se plantea si hay vida más allá de Unreal 3, motor elegido por las compañías por su solvencia y la inviabilidad de crear uno propio, o de si realmente las empresas pueden afrontar costes de desarrollo tan elevados como se presupone lo serán en las generaciones venideras.