Análisis OutLast

Uno de los proyectos más sonados para este 2014 dentro del survival horror es ‘The Evil Within’. Lo nuevo de Shinji Mikami parece tocar ese género que tan apagado últimamente; al menos en la anterior generación no hemos tenido una gran lista de títulos de miedo como el caso que nos llega esta semana para PlayStation 4.

El título del que hablamos se trata de ‘Outlast’, que tras haber aterrorizado a los jugadores de PC, ahora da el salto a consolas. Los chicos de Red Barrels quieren dejar su huella y seguir asustando a los usuarios que recientemente se han comprado una PlayStation 4 y con ello una suscripción al servicio PlayStation Plus con la que podemos descargar de manera gratuita este estupendo videojuego.

¿Te gusta el terror?, ¿te gusta pasarlo mal?; sigue leyendo, pero recuerda: ten cuidado con la oscuridad:

[REC] sin zombis

El jugador asume el papel de Miles Upshur, un periodista que quiere escribir la historia de su vida viajando hasta Mount Massive, un manicomio en el que años atrás ocurrieron extraños experimentos con sus internos. Con el tiempo y los terribles experimentos ocurridos, nunca se descubrió qué es lo que realmente pasó allí, por lo que Miles decide colarse en el lugar y descubrir por su propia cuenta los secretos del sitio. Para su desgracia, Miles comprueba que algunos de los internos del centro siguen vivos y muchos de ellos quieren acabar con su vida.

PlayStation 4 da la bienvenida al auténtico survival horror haciendo uso de las mejores características de este género, y es principalmente la de no tener que utilizar armas, simplemente buscar la verdad en lugares oscuros mientras escapamos de monstruos, escondiéndonos de seres completamente deformados y moviéndonos por la oscuridad sin tan siquiera tener un cuchillo en nuestra manos.

El jugador nunca tendrá la oportunidad de defenderse. Su única maniobra es sobrevivir y utilizar una simple cámara de vídeo, una cámara que en realidad será nuestra arma más poderosa durante toda la partida. La cámara nos ofrece los momentos más espeluznantes del videojuego, ya que para ver entre la oscuridad, tendremos que hacer uso de su visión nocturna para movernos entre las zonas más oscuras, que acaparán aproximadamente un 80% de la aventura. Las situaciones con la cámara son muy estresantes y nos recuerdan en muchos momentos a la franquicia cinematográfica ‘[REC]’, pero sin infectados.

Red Barrels ha sabido recrear aquellos aspectos técnicos de grabación como el granulado, la perdida de enfoque al cambiar de iluminación o los ruidos típicos de una cámara de vídeo. Lo malo de la visión nocturna es que necesita pilas para cargarse; no hay tiempo para ponerle una fuente de alimentación al producto, por lo que mientras escapamos de esta terrible pesadilla, también tendremos que explorar todas las habitaciones para conseguir pilas que se encuentran tiradas por ciertos lugares. Lo mejor de esto son los segundos de tensión que se producen en el momento que la cámara se queda sin batería; es ese momento en el que alguien nos persigue y necesitamos la visión nocturna y tenemos que pulsar el triangulo para cargar, lo que nos dejará sin saber lo que se encuentra de frente de nosotros mientras andamos en oscuras, la tensión que produce este juego es realmente espectacular.

Es asombroso como Red Barrels consigue que el juego juegue con el propio jugador; es decir, sabe utilizar los mejores clichés conocidos por todos para seguir asustándonos en todo momento. Cualquier esquina del escenario puede producir un momento de susto, voces que se escuchan en nuestras espaldas y al girarnos únicamente se oye silencio, momentos en los que somos rodeados por varios deformes y nos ponemos tan nerviosos que no sabemos hacia donde seguir… Y lo mejor de todo es que el sonido se encuentra sigue perfectamente al ritmo del videojuego. Si empezáis a escuchar una lúgubre melodía, vigilad todos los frentes, algo se acerca hacia vosotros.

El personaje cuenta con movimientos originales que enriquecen la experiencia de terror. Uno de esos movimientos es el de mirar hacia atrás mientras corremos, algo que nos servirá para ver hasta que distancia se encuentra nuestro perseguidor. Otro de los detalles del personaje son sus movimientos, muy naturales, puesto que nos podremos apoyar en una pared y ver cómo usa sus manos para asomarse por una esquina y visualizar al otro lado sin temor a ser vistos; un detalle de animación que hace del protagonista un personaje totalmente vulnerable.

La falta de puzles durante la aventura puede hacer el juego para aquellos jugadores que buscan algo más de variedad que el susto y una historia adecuadamente recreada, pero hay que tener en cuenta que ‘Outlast’ funciona perfectamente como videojuego de terror y lo que se propone lo hace de una forma muy eficaz. El juego únicamente se basa en ir del punto A al punto B mientras buscamos una tarjeta para abrir una puerta automática, activar válvulas mientras somos perseguidos por locos y escondernos debajo de camas o en lugares a oscuras para esquivar un gigante llamado WallRider, una especie de Nemesis de ‘Resident Evil 3’ que nos buscará en varias partes de la aventura para decapitarnos con sus propias manos.