Análisis Need For Speed: The Run

Los cambios de coche a lo largo del modo historia se realizarán entrando en las gasolineras que encontraremos en algunos tramos de las carreras (siempre a pocos metros del principio). El problema es que hay que entrar en la gasolinera. Algunas tienen un ángulo de entrada algo cerrado y en general en necesario frenar o maniobrar para acceder a la gasolinera, así como acelerar desde cero para volver a cobrar velocidad. Esto hace que el cambio de coche nos cueste al menos cinco segundos, lo cual en algunas carreras puede condicionarnos bastante. Una decisión orientada a dar coherencia al modo historia, pero nuevamente algo discutible.

Una vez nos bajemos del vehículo la jugabilidad está basa en quick time events. Nunca llegaremos a controlar a Jack y simplemente realizaremos las secuencias de clicks que se nos presentan. Estas además no son aleatorias, así que antes o después superaremos la secuencia ante la que nos encontremos memorizando los botones a pulsar. En todo caso estas secuencias de QTE no son especialmente difíciles. Dejando esto a un lado, introducir QTE de esta forma en un juego de conducción... al menos resulta algo extraño. Resolver el modo historia de otra manera podría haber sido más interesante.

Por lo demás el juego muestra el comportamiento totalmente arcade que cabe esperar de un Need for Speed. Los coches colisionarán frecuentemente en cunetas y curvas, no perdiendo por ello demasiada velocidad. En cada accidente se muestra deformación, pero esta no afecta en absoluto a la jugabilidad. También hará acto de presencia el nitro, dándonos además de velocidad un curioso extra de control sobre el coche al endurecer algo la dirección. Los atajos también estarán presentes, aunque en esta entrega serán de uso casi obligado, ya que siempre aportan una enorme ventaja en caso de tomarlos. Por desgracia también está presente el “efecto Need for Speed” en la I.A. De los rivales. Si estos nos sacan mucha ventaja da la sensación de que nos esperen, mientras que si somos nosotros los que vamos en cabeza y les sacamos una gran ventaja, veremos como los demás coche nos comerán segundos a toda velocidad (aunque vayamos a 300 y con el nitro a fondo). Va siendo hora de que E.A. elimine esta característica en sucesivas entregas. En Need for Speed 2 podía tener su gracia para hacer más competidas las carreras, a estas alturas carece de sentido.

En la parte social, este juego vuelve a incorporar el genial autolog, incorporado por Criterion Games en Hot Pursuit. Esta idea es a todas luces acertada y garatiza el pique con los amigos. Autolog estará presente en todas y cada unas de las pruebas del juego, garantizándonos la comparación en cada detalle. El modo multijugador está planteado de forma simple y efectiva. Eliges un desafío, tu vehículo, se selecciona el premio para el ganador y a correr. Al jugar contra otros jugadores todos disfrutan de las mismas ventajas e inconvenientes del sistema de control, dando lugar a carreras si cabe más divertidas que el modo para un jugador.

Gŕaficos

En el apartado gráfico el juego vuelve a darnos una de cal y otra de arena. Los coches están bien diseñados, pero no son excelsos en detalle. La existencia de solo tres cámaras (ninguna de ellas interior) hace que no podamos disfrutar de una vista en primera persona con los controles del vehículo. En general el aspecto gráfico de los vehículos es satisfactorio, aunque da la sensación de que se podría haber hecho más.

Los exteriores si son bastante más impresionantes, pero solo si vamos a alta velocidad. Si paramos nuestro coche veremos que el nivel de detalle de los escenarios decae algo. Las texturas no tienen un nivel de calidad tan elevado como el que quizás cabría esperar. En todo caso el juego está pensado para ser disfrutado a alta velocidad, no siendo esto un verdadero problema. El motor Frostbite demuestra su sobrada capacidad de gestionar escenarios sobrecargados de polígonos y destruibles. En este sentido podemos disfrutar de fases memorables, como la bajada por la montaña nevada (de los momentos más recordados del juego). Lástima que en Black Box no hayan decidido abusar algo más de este tipo de efectos en carrera.