Análisis Mushroom Men: Las Guerras Espora

(Wii)

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Plataforma analizada: Wii
31/05/2010 22:04

Jugabilidad

Tras la extraordinaria labor de diseño visual, la idea de tener un plataformas 3D de los que cada vez pueblan menos las consolas actuales, hacía de Mushroom Men un título a tener en cuenta para los aficionados al género y que tras jugar a la primera aventura galáctica de Mario podría servir como un estupendo postre a degustar. ¿Qué podemos esperar de Las guerras Esporas?

Lo primero: una aventura que recuerda a los fantásticos plataformas que pudimos ver en la mencionada 64 bits de Nintendo. Segundo: un enorme potencial desaprovechado. Pero vayamos por partes y viendo todo lo que ofrece jugablemente la negra historia de Pax, que no es poco. Controlándolo con el stick del nuchuck y saltando con el botón A del WiiRemote tenemos los movimientos básicos de tan extraño ser, a los que suma planear tras un salto gracias a nuestra cabeza de hongo y poder llegar a, por ejemplo, una lata de conservas situada a una distancia que con un salto sencillo no conseguiríamos pisar.

Mushroom Men Spore Wars

Pero el absorber meteoritos no sólo lo limita a esto si no que apuntando a diferentes objetos podremos cogerlos con nuestra telequinesia y lanzarlos, bien contra enemigos o simplemente apartándolos de nuestro camino. Esto sería muy valioso para ciertas situaciones, sobretodo de combate, de no ser por lo poco claro que queda reflejado en nuestro puntero cuando podemos interactuar un objeto y cuando no, tanto por su diferenciación visual como por su exigente precisión a la hora de coger cualquier cosa. Con la misma función de puntero podremos lanzar un brazo pegajoso sobre diferentes chapas para llegar hacia lugares de otra forma inalcanzables. Exploraremos los niveles recopilando objetos desde el primero de ellos presentado en forma de tutorial e introducción al juego, caminado de aquí para allá saltando, planeando por varias plataformas y…¡hasta construyendo nuestra propia arma!

Sí, porque con los diferentes materiales que vayamos recopilando por estos mundos conquistados por los hongos fabricaremos el armamento que nos permitirá defendernos de los enemigos. Consiguiendo un simple lapicero, un chicle y un cristal puntiagudo crearemos una especie de lanza; o bien con un palo, un hilo y una chapa de botella obtendremos un arma de largo alcance con la que poder golpear a varios enemigos a la vez.

Más de 30 armas que podremos tener en nuestro inventario si encontramos los materiales necesarios repartidos por los diferentes lugares que visitemos. Para golpear enemigos agitaremos el mando de Wii hasta tres veces consecutivas…y ya está. No podemos saltar sobre ellos como en otros títulos del género, pero sí que podemos cubrirnos con las cabeza de Pax y rodar para evitar diferentes ataques del adversario.

Mushroom Men Spore Wars

La antes mencionada telequinesia puede ser utilizada para estos combates, pero es altamente imprecisa y realmente poco útil. Tal abanico de quehaceres, objetos por recoger y demás sólo puede incluirse en un juego muy completo es lo que puedes pensar y más sabiendo que todo esto se ofrece al jugador con menos de una hora de juego. Entonces, ¿qué problema hay? Precisamente ese, que tras la hora inicial el título divierte y entretiene por sus atractivos niveles y situaciones pero al cabo del tiempo se abalanza sobre el jugador una sensación de monotonía en todos los sentidos, sobretodo en los planos combates que no evolucionan prácticamente en todo el juego, sólo durante los jefes finales que presentan un jugabilidad distinta y que merecen mención especial.

Eso por la parte de más acción, el problema es que esto mismo se traslada a la parte de aventura donde el principal problema no radica en el diseño de niveles propiamente, sino en la estructura de su objetivo principal. Y es que, además de pasar totalmente desapercibidos muchos objetos a recolectar, es bastante probable que acabes el nivel sin querer y quedarte sin explorarlo en su totalidad.

El objetivo muchas veces no sabes muy bien cuando lo vas a cumplir por lo que para recoger todos los ítems repartidos por el nivel nos tocará repetirlo de nuevo desde el menú inicial. Y este es uno de los graves problema del título, además de no tener muy claro para qué te pueden servir muchos de estos objetos ni si son realmente necesarios para avanzar o simplemente si obtendremos algún tipo de recompensa al recogerlos puedes llegar a pasar por a lado de algunos sin saber que se pueden recolectar ya que no se diferencian de otros objetos del escenarios, eso sí algunos ítems en concreto. Los que sí distinguiremos correctamente serán los fragmentos de meteorito, que brillan y se nos advierte con una pequeña vibración mediante el Wii Remote de su cercanía.

Mushroom Men Spore Wars

Aún y teniendo estos defectos, Las Guerras Esporas intenta introducir al jugador variantes jugables como los mencionados jefes finales, con un planteamiento en el combate distinto al modo de enfrentarnos a los enemigos comunes pero que no llegan a funcionar correctamente en algunas ocasiones sobretodo cuando debemos hacer uso del puntero que como ya hemos venido comentando en el análisis es muy poco comunicativo con el jugador. Más cosas que nos podemos encontrar son pequeñas secciones con avance lateral que saben a poco y algunos minijuegos bastante flojos (la mayoría sólo podemos jugarlos desde el menú principal) y que no quedan más allá de una simple curiosidad.

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7.5

Lo mejor

La parte artística es brillante y técnicamente es superior a la media.

Estilo de juego al borde de la extinción, muy pocos representantes.

El sentido del humor que se respira.

Se esfuerza por ofrecer variedad jugable y además poder recolectar cientos de objetos…

Lo peor

...aunque no lo consigue transmitir correctamente. Le falta intensidad.

Completarlo al 100% es una tarea demasiado breve y depende en muchos casos de suerte a causa de no saber cuando va a finalizar un nivel.

Un potencial enorme que se ha quedado a medio gas.

Los minijuegos que incluye son muy flojos, aunque ajenos a la historia principal.

¿Cómo analizamos?