Análisis Metal Gear Solid V: The Phantom Pain

Base Madre: tu propia nación-ejército

Todo ello para desarrollar nuestra propia nación militar en medio del Océano Índico: la Base Madre. Se trata en sí mismo de un metajuego de gestión lleno de posibilidades que realmente forma el núcleo de la experiencia jugable de 'The Phantom Pain'. Tenemos que desarrollar la base a la fuerza para que nuestro personaje pueda progresar en todos los sentidos (mejores armas, habilidades de nuestro brazo mecánico, mejor apoyo táctico y de inteligencia, etc.), pero sin embargo lo veremos como una parte tremendamente divertida y adictiva del juego, no como una obligación tediosa. Al principio comenzaremos la aventura con un único núcleo en medio del océano, pero más tarde nos quedaremos muy impresionados cuando gracias a nuestro trabajo y progreso podamos desarrollar un complejo verdaderamente monstruoso. El reto de construir nuestra nación militar es algo verdaderamente adictivo y poder acceder a ella y explorarla, toda una recompensa para aquellos que ya disfrutaron de lo lindo con la anterior versión incluida en 'Peace Walker'.

A medida que vayamos progresando tendremos que gestionar cada vez más parámetros, como asignar correctamente a cada departamento el personal que vaya entrando o enviar a nuestras tropas a cumplir misiones como mercenarios para conseguir fondos. Estos fondos, sumados a los recursos materiales que conseguiremos en el campo de batalla no solo nos servirán para hacer crecer nuestro complejo, sino para desarrollar jugablemente a Big Boss en combate. Habrá infinidad de posibilidades para investigar nuevo armamento, equipo y mejoras que también afectarán a los personajes secundarios de apoyo y su accesibilidad depende de lo aplicados que seamos con los recursos. Todo un juego de rol y gestión escondido dentro de un título de infiltración, al que podremos acceder a través de nuestro dispositivo personal de gestión, el iDroid, que además servirá de nodo de acceso a las misiones, comunicación con nuestro equipo, mapa de cada zona y  que también servirá para solicitar apoyo aéreo.

Todo el equipo y armamento que consigamos desarrollar en la Base Madre estará disponible para su uso no solo al principio de cada misión (podremos elegir todas las herramientas que nos llevamos con nosotros), sino en medio del campo de batalla. Aquí es donde entra una de las novedades más importantes introducidas en 'The Phantom Pain': el helicóptero, al que tendremos acceso en cada momento a través del iDroid. Será el medio de transporte que nos llevará de una zona a otra, haciendo "más digerible" las distancias en este mundo abierto, además de trasladarnos a la Base Madre siempre que lo necesitemos. Sin embargo sus capacidades también pasan por proporcionarnos apoyo aéreo en combate y lanzarnos suministros de armas, munición, etc. para que pese a infiltrarnos en solitario, estemos arropados tácticamente.

Dejando claro que todo el apartado jugable supone una verdadera evolución en la saga, un salto enorme respecto a las anteriores entregas, merece la pena pararnos un momento en su apartado técnico, producto de FOX Engine, el motor específico creado por el estudio para dar vida a este ambicioso proyecto. Lo que más nos ha impresionado es la iluminación, que es increíble tanto en momentos diurnos con la luz del sol, como nocturnos con los focos y linternas enemigas, aunque no se queda atrás la calidad de los modelados, sobre todo de los personajes, pero también de cada uno de los elementos que vemos en el juego. La obsesión por el detalle ha llevado al estudio a crear un mundo convincente y realista, donde cada objeto está plasmado con la máxima exigencia en cuanto a calidad a una resolución de 1080p en PS4 que quita el hipo.

En el caso de los personajes, el complejo trabajo de captura de movimiento ha dado como fruto modelos realmente elaborados, con expresiones que de verdad transmiten y sobre todo, un grandísimo resultado en cuanto a las animaciones. Snake se mueve de una manera realmente fluida y satisfactoria para el jugador que tiene que pasar horas y horas controlándolo; es toda una delicia simplemente llevar a cabo acciones como agacharse y levantarse ya que cada movimiento está lleno de detalles, llevando a la pantalla una recreación cinética del cuerpo humano como nunca antes habíamos visto. Ya lo pudimos disfrutar el año pasado con 'Ground Zeroes' y en 'The Phantom Pain' se mantiene este dato; todo el juego se mueve a 60 imágenes por segundo, una cifra mágica que consigue una fluidez inaudita al menos en consolas para aventuras en tercera persona. El trabajo de programación y optimización es formidable, fruto de un motor gráfico que le saca punta al hardware de las consolas. A esto hay que añadirle que el juego llega realmente pulido, constándonos realmente encontrar nada que no esté perfectamente engrasado.

Un ejemplo del estado en el que debe lanzarse un juego

En una época en la que se ha convertido en costumbre recibir lanzamientos a medio terminar, con gran cantidad de parches para solucionar errores, fallos de rendimiento y apartados técnicos que no terminan por sacarle partido al hardware donde se mueven, 'Metal Gear Solid V' nos recuerda que aún hoy sigue siendo posible hacer las cosas bien. En nuestra partida no hemos encontrado fallos dignos de mención o bajadas de tasa de imágenes en ningún momento; 'The Phantom Pain' hace trabajar a PS4, pero el juego está tan bien optimizado que todo fluye con total normalidad, sin momentos que estropeen la experiencia. Estamos hablando de una producción tan grande, compleja y extendida en el tiempo (5 años de planificación y desarrollo) que a día de hoy, con la inversión que hace falta para sacar adelante un proyecto como este, parece difícil que se vuelva a repetir un caso similar en los videojuegos. Afortunadamente para los jugadores, con 'The Phantom Pain' se han dado las condiciones necesarias para que este juego, sin fisuras, se haga realidad.

El apartado sonoro no se queda atrás respecto a las otras áreas del juego. En cuanto a los sonidos, se siguen manteniendo algunos típicos de la serie, como cuando usamos el inventario o abrimos puertas automáticas, pero se han prescindido de otros como los del códec (que nos ha dejado). El doblaje del juego por otro lado cuenta con ilustres como Troy Baker en el papel de Ocelot y Kiefer Sutherland como Big Boss; este último no gustará a todos, pero sin duda el tono de voz del actor se siente más natural y menos forzado que el de David Hayter (pese a ello se hace raro no escucharle en 'The Phantom Pain'). Respecto a la banda sonora, esta corre a cargo de Harry Gregson-Williams, que lleva detrás de la saga desde 'Sons of Liberty', volviendo a agradarnos los oídos con material de gran factura. La elección musical, en la que Kojima siempre se involucra profundamente , nos deja algunos temas que automáticamente pasan a formar parte de lo mejor de la serie, como el caso de 'Quiet's Theme', inolvidable.

The Phantom Pain se convierte en el mejor juego de la serie

'Metal Gear Solid V' es la mejor entrega de la saga por el entretenimiento sin fin que nos proporciona, su profundidad, la obsesión por el detalle que destila y el enfoque por el que se ha llevado la trama; lo que ya es mucho decir tratándose de una de las series más aclamadas de las últimas décadas en los videojuegos. Kojima se retira de la dirección de 'Metal Gear' brindándonos su mejor trabajo hasta la fecha y restando argumentos a sus detractores gracias al uso de una nueva narrativa en la que el jugador es total protagonista y no un mero espectador, como solía ser. Esta es una de las razones por las que 'The Phantom Pain' seguramente consiga convencer a muchos jugadores que todavía no le habían dado una oportunidad a la saga, recelosos de la gran carga de cinemáticas en las que se apoyaban los anteriores juegos.

Kojima Productions ha sabido identificar lo mejor de la saga, mateniéndolo, pero prescindiendo de elementos que a día de hoy restarían agilidad e inmersión jugable a 'The Phantom Pain', como las raciones o el sistema de radio Códec. 'Metal Gear Solid' ha sabido reinventarse abrazando algunas mecánicas que hasta ahora le eran ajenas, como el autoguardado o la autorregeneración, y lo cierto es que funcionan realmente bien. Como resultado, nos encontramos ante un juego realmente bien balanceado; la experiencia de infiltración definitiva que estábamos esperando y el 'Metal Gear' más "jugable" de todos los que se han lanzado hasta el momento. En definitiva, una de las mejores aventuras que hemos jugado nunca.