Análisis Left Alive

Left Alive: Crónica de una muerte anunciada

Dentro del campo de la ciencia ficción, proliferan una multitud de conceptos de forma recurrente. El uso de equipamiento tecnológicamente avanzado hasta límites insospechados no es nada nuevo, de hecho, lo que conocemos como Mecas (Mech, Mechas... como queráis llamarlo) fue introducido en otro tipo de medios allá por los 80 y, aunque como recurso ya esté más que sobado, existe cierto componente que puede hacerte caer en sus redes para nunca jamás volver.

Tal vez sea la fantasía de poder, una que no parece tan alejada de la realidad y que permite a hombres de a pie convertirse prácticamente en dioses, otorgando unas capacidades que se les escapan de las manos y que plantean todo tipo de conflictos morales.

Fácilmente se puede establecer algún paralelismo con nuestro día a día y dar forma a historias sumamente interesantes. Así es como uno se termina enganchando a esta vorágine en busca de novedades como el que ansía un oasis en pleno desierto. Dentro de nuestro sector no existen tantas series que exploten sus posibilidades.

Left Alive

En el pasado teníamos licencias de renombre como Zone of the Enders o Armored Core, pero con Kojima dando forma a sus nuevas ensoñaciones y con From Software centrada en otros proyectos, no parece que vayan a reaparecer precisamente pronto. Aparte de los anteriormente citados existen otros tantos entre los que nos encontramos la franquicia Front Mission. Cuenta con un buen número de entregas y, aunque, algunas de ellas son notables, podríamos situarlo un escalón por debajo de ambos.

Tras el periodo de sequía, al fin se nos presentó algo inédito. Left Alive parte como spin-off de Front Mission, pero con un prometedor equipo de desarrollo a sus espaldas y una propuesta en la que también tienen cabida otras facetas como la supervivencia. Era un tanto difícil no dejarse llevar por la emoción.

Finalmente llegaron las reseñas, coronadas por un unánime vapuleo que sirvió para mitigar cualquier tipo de interés. De cara a realizar un texto de estas características tratas de no verte influido por ningún tipo de fuente exterior. El traspié ha sido tal que es casi imposible no terminar viendo de refilón alguna de las taras que se le achacan.

Novo Slava, foco del conflicto

Más o menos sabéis que nuestra situación no es la más idónea, de por sí los trámites de envío ya retrasan ponerse manos a la obra, y en mi caso particular no puedo dejar de lado otras responsabilidades que no solo me beneficien a nivel de autorrealización. Hubiera sido fácil quedarse en lo superficial y seguir el movimiento de una corriente tan homogénea, la cuestión es que la historia nos demuestra que la crítica de vez en cuando es cuanto menos injusta. Obras excelentes se han llevado varapalos impresionantes por ser incomprendidos, lo que me ha predispuesto a adentrarme con, tal vez, un punto de vista más optimista y gracias al cual me he llevado una grata sorpresa.

De errores va la cosa

Tomo la postura de la primera persona porque quiero justificar los motivos por los que he terminado disfrutando Left Alive entre este mar de dudas. Todo parte desde un punto de vista subjetivo, eso es cierto, pero todos conocemos qué es y qué no un error. Left Alive no tiene precisamente pocos, algunos de ellos tan graves que amargan un tanto la experiencia general. Sus primeros minutos son especialmente insufribles:

Conoce cuál es tu posición

Somos desplegados en la ciudad de Novo Slava, el punto caliente de un conflicto bélico en un futuro cercano. Las trincheras de dos poderosos ejércitos de Europa del Este son aquí trasladadas y entre el fuego cruzado se sitúa la población civil. En este tramo tomaremos el papel de Mikhail Shuvalov, un piloto novato de Wanzer (Mecha) en su primera misión en tierra. Su estreno es un tanto indeseable, sus compañeros se retiran y aquellos que se han quedado rezagados en la ciudad son cazados como animales.

Poca ayuda tiene y tendrá que sacarse las castañas del fuego por sí mismo. Tal como Mikhail nosotros apenas tenemos experiencia en combate, se nos introduce a los diferentes sistemas que tenemos a nuestra disposición, pero apenas son efectivos. Debemos avanzar por escenarios pequeños repletos de enemigos que nos superan en fuerza e inteligencia. Los recursos no son demasiado numerosos y apenas tenemos armamento. Nuestro principal recurso para seguir adelante es el sigilo, sin embargo, nuestros enemigos tienen unas capacidades de detención que en ocasiones rozan lo ridículo.

Es relativamente fácil morir incluso en dificultades bajas, incluso estando a cubierto seremos detectados y con más de un enemigo delante ya se nos antojará complicado no morir acribillados. Es más, existen diferentes tipos de enemigos, vehículos y los ya mencionados Wanzer ante nosotros, un simple soldado novato que apenas tiene una pistola y un par de balas. Es injusto y frustrante, tanto que en apenas unos pocos minutos quieres librarte del infierno que supone.

Left Alive

Cicatrices de Guerra

El escenario es una especie de París de la Segunda Guerra Mundial, y nosotros somos lo poco que queda de la resistencia local ante la todopoderosa invasión. Sin duda como pocos consigue abrumarnos, hacernos entrar en el papel de último eslabón de la cadena alimentaria, utilizando nuestro ingenio no como recurso para librarnos de nuestros enemigos, sino como método para pasar completamente desapercibidos, evitando cualquier tipo de conflicto. Aprendemos a las malas, de forma burda y desagradable con un primer nivel que pone todo en nuestra contra para ponernos en nuestro lugar.

No hay camino ni salida fácil, tanto para nosotros como para el resto de personajes que nos encontremos a lo largo del juego. Estamos acostumbrados a decir obviedades para conseguir objetivos fáciles, pero aquí descubrimos que a veces la comprensión o la empatía no siempre pueden tomarse por bandera. Cada uno tiene sus motivaciones y formas de ver el mundo y seguir adelante un día más en esta tesitura es un logro difícil de alcanzar.

Left Alive

Es una reflexión compleja que terminas asimilando tras superar unas primeras bochornosas situaciones que sin duda motivan la mala recepción. Pero es importante destacar la importancia de este trámite. Es lo que determina qué Left Alive pase a ser una experiencia que merece la pena. Conocer con precisión el rango de tus movimientos, el funcionamiento de los distintos utensilios, las capacidades de nuestras armas… nos terminan convirtiendo en un veterano en el campo de batalla al que ya pocas situaciones se le resistirán.

Esa situación que intenta recrear, el paso de blanco indefenso sobrecogido por las circunstancias a inteligente superviviente curtido por cicatrices, se realiza de forma tan orgánica que parece partir de tí mismo, eliminando aquellas rabietas iniciales infantiles para convertirlas en una constante actitud de calma que nos será de extrema utilidad en este arduo desafío.

Los métodos obviamente no son los adecuados, ya que parten de errores que se presuponen mecánicos, pero no podemos ignorar que terminan cumpliendo su función. La cuestión ahora es si, a cambio de la satisfacción que transmite haber asimilado este mensaje, deberíamos ignorarlos.

El campo de batalla nos hace madurar

Es posible hacerlo y disfrutar de una trama llena de conspiraciones que tampoco aporta demasiado y de una jugabilidad a la que sin duda se le puede sacar jugo aunque tenga sus problemas. Se nota que este no es el campo prolífico del equipo a pesar de su experiencia.

Los pocos tramos en los que manejamos un Wanzer demuestran un nivel de depuración muy por encima del resto de capacidades del juego. En ello se basa su carrera, al moverse hacia nuevos horizontes han sabido acuñar ideas muy interesantes con no la mejor ejecución, pero que si sabéis mitigar disfrutaréis de forma amplia.