Reportaje
Echamos un vistazo dentro de nuestras fronteras para destacar uno de los mejores y más divertidos títulos indies que se han hecho en los últimos años
En España hay más desarrolladores independientes de los que creemos, y juegos que nos sorprenderían por su calidad y propuesta pero que no siempre tienen cabida en la mayoría de webs y medios especializados. Es imposible abarcar todos los proyectos que existen en la actualidad y no morir en el intento, así que sirva este artículo hoy, tercero de la serie de 'Indies para el recuerdo', para rendir homenaje a todos los que anónimamente luchan día tras día por hacerse un hueco en este duro pero ilusionante sector.
El joven malagueño Locomalito es uno de esos currantes que a base de quitarse horas de sueño ha logrado hacerse un nombre en la escena indie española e internacional. Todos sus juegos ('8bit Killer', 'Hydorah', 'L'abbaye des Morts', y así hasta nueve publicados) son grandes odas a tiempos pasados en los que píxeles como puños y sonidos arcade convivían en perfecta armonía. Lo bueno es que en esta ocasión no es necesario echar ninguna moneda en una máquina, sino que para jugar tan solo basta con descargar sus proyectos en la web oficial y, si es de nuestro agrado, realizar un donativo para recibir en ocasiones algunos extras físicos (o simplemente aportar nuestro granito de arena desinteresadamente).
Si hay que destacar un juego de Locomalito es sin duda 'Maldita Castilla', el que a día de hoy es el más fomoso del autor y el que más le sirvió para darse a conocer en el mundo indie. Fueron 20 meses de desarrollo los que necesitó para crear esta peculiar versión del clásico 'Ghosts'n Goblins', pero el trabajo ha merecido la pena porque el resultado es sencillamente genial y emana nostalgia por los cuatro costados. Eso sí, preparaos para llorar desconsoladamente mientras lo jugáis, porque salvar Castilla del mal que la acecha os llevará muchas horas de ensayo y error.
Los gráficos de 'Maldita Castilla' son puro amor pixelado proveniente de las recreativas de finales de los 80 y alguna rezagada de comienzos de los 90, aunque a ello hay que sumarle la genial idea que tuvo Locomalito de incluir un filtro al juego que simula un monitor antiguo, lo que produce una inmersión aún mayor. También hay que tener en cuenta el excelente trabajo que ha realizado su paisano Gryzor87 con el apartado sonoro, utilizando el mismo chip Yamaha con el que se componían las melodías arcade de los 80. Los efectos de golpes, caídas y muertes son geniales, y las piezas musicales muy pegadizas.
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