Análisis GoldenEye 007: Reloaded

Historia

La acción nos sitúa como cualquier película de Bond en unos primeros minutos que nos servirán para entrar en calor; para después dar paso a las clásicas introducciones donde nos presentarán junto con el tema musical propio de la película nos meteremos en el meollo directamente.

Goldeneye como muchos ya sabréis es una película que fue estrenada en 1995 y protagonizada por Pierce Brosnan; dos años después salió el juego de mismo nombre para Nintendo 64. Esta versión del juego-película ha sufrido algunos cambios con respecto a la temática principal, entre ellas cabe destacar que la acción está protagoniza por Daniel Craig, el actual Bond; al mismo tiempo ahora encontraremos algunos escenarios nuevos que no aparecían anteriormente como una discoteca situada en Barcelona o como ciertos niveles han sido remodelados; pero en cualquier caso se sigue conservando ese ambiente de glamour que destilan las películas del agente secreto británico más famoso de todos los tiempos.

El juego comienza en 1986 donde James y Alec Trevelyan deben infiltrarse en una presa que está situada sobre el río Dvina en Arkhangelsk al norte de la Unión Soviética. El motivo de esta operación es que bajo dicha central se cree que puede haber un almacén de armas químicas; es por ello que el servicio secreto británico MI6 envía al mejor agente inglés, 007, y a su compañero de origen ruso, 006 (Trevelyan) dados sus conocimientos de la zona.

No todo sale como esperaban los dos espías y tan pronto como la situación empieza bien, todo da un giro de 180 grados y ambos se ven envueltos en la búsqueda de dichos datos que confirmen la posesión de armas químicas en la presa y escapando por tratar de sobrevivir.

En mitad de esta situación Bond será puesto contra las cuerdas y en una de sus muchas genialidades para salir airoso de las situaciones, empezará la introducción de Goldeneye Reloaded, de la misma forma que lo hiciera como si estuviéramos viendo una película.

Jugabilidad

Si antes os contaba que el guión ha sufrido algunas variantes introduciendo nuevos personajes o escenarios, es tal vez el apartado de jugabilidad donde más cambios vais a notar con respecto a la versión original.

Goldeneye para nintendo 64 era un juego donde gracias a la multitud de gadgets que teníamos a nuestra disposición y a nuestra querida Walther PPK 9mm con silenciador podíamos superar algunas pantallas usando el sigilo; aquí la cosa cambia.

Desde el primer momento nos damos cuenta que los gadgets escasean reduciendo la cantidad de los del título original ahora a un móvil que tendrá diversas aplicaciones para desactivar alarmas, abrir puertas o hacer fotos para completar algunos objetivos; el superar las zonas con éxito acabará dependiendo más de nuestra puntería a la hora de disparar y a los fallos de la IA. Durante el transcurso del juego en según qué escenarios encontraremos rutas alternativas como por ejemplo conductos de ventilación que realmente no acabarán de cuajar ya que solo conseguirán llevarnos a la habitación contigua y poco más, habitación que para más inri se encontrará vacía en muchos de los casos. La siguiente opción que nos queda para poder seguir tirando de sigilo pasa por nuestra arma 9mm con silenciador, la cual si bien es útil en algunas localizaciones se presenta totalmente descartable en otras situaciones debido al enorme número de enemigos que hay y donde el escenario no ayuda a pasar inadvertido.